Jerry se fue directo a su casa, su esposa lo esperaba pero no con la misma emoción, al saber que su lindo fajo de billetes venía en camino.
Jerry ingresó somatando todo, su misma fuerza hizo que el sonido de la puerta al chocar contra la pared se escuchara por toda la mansión.
-¿A dónde fuiste amor? te estuve esperando-Pregunta Violeta.
-No te importa, yo puedo hacer lo que quiero sin tener que avisar.
-Esta bien, como digas.
-Déjate de estupideces. Mañana saldrás conmigo a un almuerzo por parte de mis amigos, arréglate, necesito que te mires lo mejor posible. Mañana te llevaré de compras.
-Por supuesto que me arreglaré para ti amor-Se Pone en posición de brindarle un beso pero que él se lo rechaza después de todo lo que le pasó hoy.
Ya no está dispuesto a seguir insistiendo a Luisa pero sí está en condiciones de presumir a su pareja a todos hasta el punto que Luisa se arrepienta de tal “error”. Al día siguiente él llegó de su trabajo y lo primero que dijo fue:
¿Por Qué estás tan desarreglada? Te dije que te arreglaras.
-Esto es lo más elegante que he estado últimamente, ¿acaso ya no te gusta?
-No dije eso.
-Pero eso quieres decir en pocas palabras.
-Todo lo haces problema, no entiendo porqué me casé contigo, mi ex no sería así.
-Soy mejor que todas las que has tenido, tengo tanta experiencia como modelo, si tanto es tu problema déjame.
-Pues demuestras ser la peor, vístete mejor que quien paga los trapitos costosos que te pones soy yo.
-¿Cómo quieres que me arreglé?
-Mira que te pones pero yo te quiero irresistible el día de hoy.
Violeta buscó en su armario y trató de ponerse más bella para su esposo. Fue a mostrarle su nuevo atuendo convencida que está vez estaba bien, pero a Jerry no le gustó el vestido, la mandó a ponerse otra cosa. Empezó a ponerse nerviosa de no saber qué ponerse al cabo de unas 3 veces.
Jerry estaba esperándola en la sala de estar mientras bebía una gran botella de vodka. No era que Violeta se viera mal, era que no tenía nada de parecido a Luisa. Jerry estaba hundido en una gran obsesión por ella pero sabía que no quería ir a la cárcel y quedar como un acosador ya que esta vez sus alcances no servían para hacer justicia y era porque algo se lo decía. Recordó la escena que había vivido con Luisa y para ese entonces ya estaba muy ebrio, y cuando Violeta fue a modelarle su vestido, uno que la hacía ver semidesnuda e incómoda porque atraería muchas miradas acosadoras de parte de tipos enfermos él se decidió por ese, no porque le gustara como se viera sino porque ya se hacía tarde y su triste final era aceptar que fracasó en su relación anterior.
-Como sea vamos.
-Pero no me has dicho si te gusta.
-Me da lo mismo, te tardaste demasiado.
-Pero fuiste tú quien no se sentía bien con mi vestimenta.
-¡No me siento bien con nada de ti!
-No tienes por qué gritarme, pensándolo bien ya no quiero ir.
-Deja tu maldito orgullo o haré que te lo tragues-Posicionó su mano en su cabeza, después jaló su cabello y la llevó a puros jalones al carro.
Violeta sintió que por su seguridad debía de permanecer callada y no dijo ni una sola palabra en el camino. Por suerte Jerry no chocó estando bajo las influencias del alcohol.
Llegaron al lugar y Violeta atrajo varias miradas lo cual la hacía sentir sucia por dentro y a Jerry desinteresado por pensar en cosas que empeoraban su carácter. Pasaron a la mesa y estaban varios amigos y sus esposas cada quien con una mesa aparte. Todo fluía normal y por estupideces de Jerry derramaron toda la bebida en la mesa de ellos dos, estamos hablando de una botella muy costosa la cual se echó a perder. Una muchacha de limpieza fue directamente a limpiar dicho desastre. Pasó tantas servilletas de tela y lo primero que hizo Jerry al verla le derramó la bebida de Violeta en la cabeza, por puras ganas de desechar su furia en algo.
-¡Haz tu trabajo bien pobretona!-Dijo con tono ebrio.
-¿Por qué hizo eso? ¿acaso está bien de la cabeza?-Se empezó a quitar el líquido para que no le cayera en los ojos.
-Ten cuidado cómo me hablas, yo gano más que tú, mugrienta.
-Lo sé, pero estoy haciendo mi trabajo, no es motivo para que me tire una bebida muy fría y me haga ensuciar mi uniforme.
-Tan enojada me saliste- La mira de pies a cabeza- Tienes suerte que tengas buen cuerpo a pesar que tienes esos asquerosos trapos que te impiden mostrar más.
Por conveniencia la chica de limpieza se quedó callada y siguió haciendo su trabajo, un objeto de limpieza se le cayó al suelo y al recogerlo Violeta pisó sus dedos con su gran tacón.
-Cuando tengas mi cuerpo entonces puedes ver como quieras a mi marido, de lo contrario jamás lo lograrás.
-Señorita, me lastimó-Soba sus dedos del dolor que causó en ella.
-Te lo mereces, ví como viste a mi marido.
-¿De qué está hablando? solo estoy haciéndo mi trabajo, déjenme hacerlo bien.
-Más te vale, él jamás estará a tu altura.
La chica analizó esa última frase e hizo uso del contacto visual sin tener ni un sólo tipo de expresión en la cara, la observó así por 10 segundos.
-Como usted diga-Respondió con bastante misterio.
Ese corto lapso de tiempo fue el necesario para poner a Violeta algo nerviosa.
Terminó de hacer su trabajo lo más rápido.
Se dirigió a otro lugar lejos de esa mesa.
Todos terminaron de comer y al salir del restaurante Jerry se quedó y se dirigió hacia donde la muchacha se encontraba.
-No te di propina pero ten-Le tira una cantidad de dinero al suelo, viéndose forzada a recogerlo-Agradece que te dí dinero.
-Esto no alcanza pero ni para una goma de mascar- Lo mira desde arriba por lo que rápido se para.
-Eso te mereces, si la próxima vez te encargas de tratarme bien, podrías obtener algo más.