Desperte a mitad de noche, confundida y desorientada sin saber en donde me encontraba, a mi alrededor solo paredes de color negro y una tenue luz de una lámpara alumbrando esa fría habitación y otra mas ingresando por debajo de la puerta. Mi mente era un caos total. Además el silencio era molesto e incómodo.
Con cuidado e intentando hacer el menor ruido posible me levante de la cama avanzando hacia la ventana para observar fuera de ese lugar, apenas si podía divisar la calle, mimsma que no conocía, no era nada parecida a Village street en donde había pasado mi vida, apenas recorde eso a mi mente llego la imagen de mi familia ¿En dónde estaban? Mi corazón comenzó a later a toda prisa, mi respiración se agito de inmediato, los recuerdos comenzaban a invadir mi mente.
Nos encontrabamos en la sala de estar, mis padres discutían una vez mas sobre como harían para pagar la universidad de Darcy sin terminar completamente endeudados, el rostro de mi hermana reflejaba dolor por todas las discusiones que causaba su futuro. La voz de mi padre se alzo, ahora sus gritos retumbaban en mis oídos, llevaba ya diesciseis años escuchando sus gritos y sentía que ya no podía más. Mi cuerpo comenzó a reaccionar sacando un lado de mi que desconocía, los gritos de dolor y miedo por parte de mi hermana y mi madre me calaban profundamente mientras toda la casa se desplomaba sobre nosotros debido a ese poder que salía de mi.
Casi de rodillas al suelo con los ojos llenos de lagrimas, ahora los recuerdos eran tan claros como agua quieta, había asesinado a mis padres y a mi hermana, mis manos estaban temblando y de igual forma todo a mi alrededor comenzó a crujir, estaba pasando de nuevo.
Hey, hey calma.-Sentí una voz tras de mí, sin darme cuenta termine por volver a quedarme dormida sobre el suelo.
Desperté a la mañana siguiente con los rayos de sol ingresando por la ventana, ahora podía distinguir de mejor forma el cuarto en donde estaba. Di un saltó al ver entrar a una mujer de cabello rubio y demasiado bien vestida con una enorme sonrisa sobre el rostro, en sus manos un ¿Uniforme? Avanzo hacia mi dejando la ropa sobre mi regazo.
Hola querida, buenos días. Vístete, ve a lavarte y luego bajas a desayunar. Te estaremos esperando.-Su voz era cálida y dulce.- Soy Grace. Puedes decirme mamá.
¿Ah? Yo soy Julce Evans.
No tardes.
Me quede un rato en la cama viendo de forma fija la puerta una vez que esa mujer se fue ¿Mamá? ¿Por qué la llamaría mamá? Nuevamente el rostro de mi madre llego a mi cabeza haciendo que mi corazón doliera. Respire profundo, por alguna extraña razón comienzo a creer que mis emociones despiertan ese extraño poder en mi. Salí de la cama avanzando en primer lugar hacia el cuarto de baño que se encontraba en mi habitación. Me asegure de lavarme bien y peinar mi cabello hasta sentir que me veía apropiada para conocer a quien estuviese esperando. Tarde un rato en estar lista, mas por el hecho de sentirme nerviosa, mis piernas se sentían como fideos.
Tome el suficiente valor para salir de mi habitación, ese uniforme me hacia sentir de regreso a la escuela ¿Esto es? Confundida avance por el pasillo hasta las escaleras que me llevaron finalmente hacia el primer piso de ese lugar repleto de cosas interesantes que nunca imagine, a diferencia de mi pequeño hogar, esto era impresionante, aunque mi cuarto me sigue pareciendo horrible y sin vida. Al llegar al primer piso me quede de pie viendo de forma fija a las personas que se encontraban sentados en la larga mesa comiendo en silencio, sentía las miradas sobre mi haciéndome sentir incomoda y nerviosa, ahora quería salir corriendo de ese lugar y buscar a mi familia. Aunque esta ya no este.
Aprete los puños al sentirme nuevamente asustada, con una mezcla de enojo por esa actitud tan prepotente. Una vez que se puso de pie, hice lo mismo siguiéndole con calma, por alguna razón no podía verlo a los ojos, el me daba miedo y lo único que quería era salir de ese lugar. Al llegar a su despacho me quede de pie hasta que me indico tomar asiento frente a una de las sillas.