Pogo fue tan amable al cumplir algunos caprichos para mi, aunque solo seria por ser mi primer día en ese lugar, tal vez debo comenzar a acostumbrarme a estar en estas cuatro paredes y claro el resto de la academia. Recordé lo dicho por ese hombre “entrenamiento” ¿A que demonios se refería?
Luego de comer, deje la bandeja a un costado. No había mucho que hacer en ese cuarto, solo mirar el techo y ya. Me acomode en la cama de costado, quería que las horas avanzaran lo mas rápido posible y que llegará el día siguiente, tenia altas expectativas para del siguiente día, esperaba muy en el fondo que las cosas fueran mejores y que mi pasado quedará atrás, ya no quería recordar ese día, aunque sabía bien que tardaría bastante tiempo en superar todo lo sucedido con mi familia, ahora solo queda centrarme en el futuro y en todo lo que me espera en este lugar.
Me termine por quedar dormida, mi cuerpo se sentía pesado y mi mente no ayudaba demasiado a esa mejora. Desperté a mitad de la tarde, la cabeza me dolía y el estómago comenzaba a doler, tal vez sea por el hambre. Me reincorpore ante la repentina llegada de Grace a mi habitación, aún no me podía acostumbrar a esa deslumbrante sonrisa sobre su rostro. –
Grace extendió su mano hacia mi misma que dude un momento pues aún siento cierta desconfianza con todo el mundo en este lugar. Su mano era suave y cálida, me recordó a la calidez por parte mi madre. Junto a ella salimos de la habitación avanzando a paso lento por el pasillo hasta estar nuevamente hasta llegar al comedor en donde ya todos se encontraban reunidos, mi mirada se fue de inmediato a uno de los chicos que estaban ahí, delgado con nariz respingada y unos ojos que provocaban ¿Escalofríos? Si creo que esa es la mejor palabra para describir la sensación que ese chico provoco en mi.
Regularmente las cenas suelen ser animadas y llenas de charla, pero esto en cambio es deprimente, todos en silencio solo centrados en su comida. Estuve a punto de hablar para hacer una pregunta a la cabeza de la familia, pero vino a mi mente las palabras del señor Reginald “no se habla durante la cena” por eso mismo preferí mantenerme en silencio. Una vez que todos acabaron el señor Reginald se puso de pie para avanzar hasta donde estaba, una corriente recorrió mi espalda al sentir sus manos sobre mis hombros.
¿Ser vigilada? ¿Cómo que ser vigilada? No creo ser tan peligrosa ¿O sí? Me quede en blanco, esas palabras me calaron en lo mas profundo, pues tal si debo ser vigilada, después de todo asesine a mi familia. El silencio nuevamente inundo la habitación haciendo que me sintiera fuera de lugar.
Poco a poco nos fuimos conociendo, todos ellos me contaron cuales eran sus poderes y como funcionaban, todo el tiempo que llevaban dentro de la academia salvando el mundo y lo poco que conocían el mundo, todos tenían su historia. A diferencia de Cinco, quien era el único que se mantenía en total silencio ignorando por completo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Ahora sentía mas curiosidad que nunca sobre él, sobre todos ellos en realidad.
Nos quedamos un momento en silencio viéndonos con una expresión extraña en el rostro. Ninguno se percato que Cinco se mantenía en un rincón observándonos en silencio con una gran taza de café en sus manos, nuevamente cruzamos miradas lo que provoco que la piel de mis brazos se erizara por completo. Volví la mirada hacia Klaus quien hacia señas con sus manos frente a mi rostro sacándome de mi pequeño trance.