Ha pasado una semana desde el funeral de Ben y ahora en el patio se alzaba una estatua en su memoria, cada tarde a media tarde Vanya se quedaba de pie frente a el, solo de pie o en ocasiones limpiando la suciedad de esta. En silencio avance hacia ella con intención de acompañarla un momento, estaba por salir cuando fui jalada hacia un pequeño armario donde estaban las cosas de limpiezas, el lugar estaba a oscuras y olía a humedad, pero el perfume de Cinco era incomparable y podría reconocerlo en cualquier momento. Su perfume era ciertamente hipnotizante.
Sin decir mas salí del armario topándome con Diego cuya mirada me hizo sentir nerviosa. Esbozo una sonrisa desviando la mirada hacia el interior del armario, donde por suerte Cinco ya no se encontraba.
Le enseñe el dedo de en medio antes de alejarme hacia el comedor para la comida de medio día. El resto de mis hermanos se encontraba ya en sus lugares, de igual forma Cinco el que me ignoro por completo, si ese es el Cinco que conozco, el que me ignora cada vez que estamos con los demás. MI rostro dejaba ver la decepción por esa actitud tan estúpida que solo hace que quiera golpearle el rostro. Me senté junto a Vanya, donde me correspondía sentarme por el número que me corresponde. La comida paso en total silencio, Klaus de vez en cuando me dirigía miradas de complicidad a las que solo correspondía con gestos de burla.
Aun escuchando los regaños por parte del Sr. Reginald me apresuré a irme hacia mi habitación, apenas entre cerré la puerta con seguro evitando así que alguien viniera a molestarme. Sentí el pecho apretado, una mezcla de dolor por la muerte de Ben, culpa y enojo por haberme comportado como toda una cobarde. Me senté junto a la ventana viendo a las personas que pasaban con total libertad, en cambio yo estoy aquí encerrada compartiendo espacio con un montón de lunáticos. Escuché el golpe en la puerta y la voz de Vanya. Suspire un poco antes de ponerme de pie y abrir la puerta para dejarla pasar.
Nos quedamos un buen rato con Vania hablando, no se porque no había hablado con ella antes, es una gran chica y bastante sabía y muy buena consejera. Gire la vista hacia el baño notando un pequeño reflejo de color azul asomarse. Suspire con algo de pesadez ante la llegada de Cinco quien solo asomo la punta de su nariz por la puerta. Vanya se quedó un rato más junto a mí, por mi parte me quede aún sentada en la cama tomando mi libro favorito para volver a leerlo, estas páginas se habían convertido en un escape de la realidad. Ignore por completo a Cinco quien se recostó a mi lado apoyando su cabeza contra mi hombro.