Han pasado ya tres años desde que Cinco desapareció de la vida de todos y un poco mas de tres años desde que Ben nos dejó en ese fatídico día. Las cosas en la mansión han estado algo tensas y cada día que pasa se vuelve más caótico para todos. Hoy es un día importante tanto para mi como para Vanya pues hemos tomado una importante decisión ahora que somos mayores de edad y podemos guiar nuestras vidas a nuestro completo antojo. Tenía ya un pequeño bolso sobre la cama con todo lo necesario para poder irme de la mansión umbrella, es algo que hemos estado planeando desde hace ya bastante tiempo, se que será difícil empezar desde cero alejadas de todas las comodidades que nos ofrece este lugar, pero tengo la confianza en mi hermana, de que todo va a salir bien y a nuestro favor. Vanya comenzará en la Academia Legsinton con una beca en música gracias a su talento en la música y yo tengo una beca completa en diseño en la universidad de Wesnorth.
Al bajar las escaleras nos encontramos con Diego y Alison quienes solo nos vieron con cierta nostalgia, no pude evitar acercarme a Diego y darle un abrazo, no esperaba que correspondiera, pero me dio gusto el sentir sus brazos alrededor de mi cintura apretándome tan fuerte, de cierta forma sentí que no me quería dejar ir de su lado.
Deje el bolso en la entrada de la puerta, no me gustaban las despedidas, busque a Klaus encontrándolo medio ebrio tras un sofá, desde hace mucho había comenzado a beber mas de la cuenta, siento miedo de dejarlo solo, siento que hará locuras estando así de ebrio.
Podrás solo, no bebas mas ¿Vale? -Bese las mejillas de Klaus repetidas veces antes de levantarme.
Afuera ya nos esperaba un Taxi que nos llevaría hacia nuestro nuevo hogar, un pequeño apartamento de dos habitaciones que quedaba lo suficientemente cerca de nuestras universidades. No había marchar atrás y eso ambas lo teníamos mas que claro, Pogo fue el último en despedirnos, agito su mano al vernos alejar ya dentro del taxi, con Vanya nos mantuvimos de las manos aferrándonos la una a la otra para darnos seguridad y valentía, era la primera vez para ambas el enfrentar el mundo por primera vez.
Recargue mi cabeza sobre su hombro “los cambios son nuevas oportunidades de vivir” aquella frase se había convertido en una de mis favoritas de mi libro el que claramente me lleve conmigo, tenia la intención de devolverlo a la biblioteca, pero esas páginas se habían vuelto mi escape de la realidad, lo había tenido desde que mis primeros días en la academia y desde entonces no lo había soltado. Era un recuerdo de mis pocos años dentro de ese lugar.
El taxi nos dejo fuera del edificio, las ventajas de tener pocas pertenencias era que no tendríamos que cargar tantas cajas hasta el piso diez, lo malo tener que subir un montón de escaleras para poder llegar a nuestro nuevo hogar. Me detuve en la entrada al chocar de frente con un muchacho haciéndole derramar su vaso de café, desde que había estado en la mansión los únicos chicos que veía eran los mismos tontos de siempre. Pero no había tenido la posibilidad de ver otros chicos así de cerca.
Junto a Vania subimos hasta el decimo nivel de ese edificio, exactamente al apartamento número 345 donde viviríamos. Apenas abrimos la puerta quedamos bastante sorprendidas, después de todo no era un cuchitril como pensábamos, la sala de estar era de color blanco con unos bonitos muebles en tono azul oscuro, unos cuadros que decoraban todo el lugar. Ambas fuimos a nuestras respectivas habitaciones que al igual que la sala tenían los muebles necesarios para hacer de nuestra estadía grata.