You´re my umbrella

Una propuesta rechazada.

 

Ya tenía los boletos en mis manos y obviamente traería a Vanya y Klaus conmigo. Busque mi teléfono para llamar a mi hermana, apenas le conté esta no tardo en aceptar mi invitación, era obvio que aceptaría, iba a llamar a Klaus, más mi intención fue interrumpida al recibir una llamada desde un número desconocido, apenas conteste reconocí la voz de mi querido hermano, podía reconocer en el tono de su voz que estaba jodidamente ebrio, no sé porque no me sorprende que lo esté desde tan temprano. Revise mi agenda asegurándome de tener está vacía para poder rescatar a mi hermano de prisión, en qué momento mi hermano se convirtió en eso, un montón de basura.

  • Hey Julce. -Voltee la mirada hacia atrás viendo a Benjamín. -Oye ¿Iras a la fiesta?
  • Claro, lo siento, podemos hablar en otro momento.
  • ¿Estás bien?  
  • Si, solo tengo que ir por mi hermano.
  • ¿Tienes más hermanos? Pensé que solo era Vanya.
  • Tengo seis más, bueno cuatro que aún siguen vivos.
  • Oh lo siento.
  • No descuida, ya tengo que irme. Nos vemos más tarde ¿Vale?

 

Sin darle la oportunidad de responderme me fui corriendo hacia la parada de autobús, no sé porque tengo el ligero presentimiento de que esto se va a volver una rutina entre Klaus y yo, salvarlo de sus adicciones y de prisión. Debería darle las gracias a mi querido padre por llevar a mi hermano hacia el borde de la locura. Fue inevitable no recordar el día que Klaus me conto lo que nuestro padre le había hecho durante tanto tiempo, ahora creo mi hermano tiene una razón para comportarse de esa forma, las drogas y el alcohol se han convertido en una forma de escapar de sus fantasmas, literalmente.

 

Tarde un rato en dar con la estación de policía, apenas entre este corrió hacia mi abrazándome con fuerza como si yo fuese una especie de protectora para él.

  • ¿Pagarás la fianza?
  • ¿Es en serio Klaus? Me debes devolver hasta el último centavo.
  • Lo prometo ¿Y me llevas a comer?
  • Abusas de mi amor por ti.

 

Le di un sutil golpe en la nuca antes de ir a pagar su fianza, agradecía que no fuese tanto, mis finanzas no son las mejores desde que dejé umbrella. Juntos fuimos hacia un café cercano para pedir algo de comer, una hamburguesa y Klaus algo de huevos y tocino para llenarse. Mantenía la vista fija sobre mi hermano notando lo despreocupado que podía llegar a ser, a veces me gustaría vivir como el, tan solo disfrutando la vida sin mayores preocupaciones.

  • ¿Quieres hablar?
  • ¿De qué?
  • De como terminaste así Klaus. En prisión por Dios ¿Quieres pasar así el resto de tu vida? ¿Tocando fondo?
  • Tal vez… -Hizo una pausa mostrando una amplia sonrisa. -Y tu cierra la boca Ben.
  • ¿Qué dice Ben?
  • Que te vez hermosa hoy y que tienes razón. En fin, estaba saliendo de una fiesta, ebrio y me puse a orinar en una fuente, por eso me arrestaron. Hermanita ¿No vas a regresar a la academia? Se siente tan vacío sin ti, te extraño. -Dijo mientras sostenía mis manos moviendo estas de arriba abajo.
  • Yo te extraño a ti Klaus, pero ya no volveré, estar en ese lugar me hace mal.
  • Lo sé, pero no solo yo te extraño, han estado preguntando por ti. -Me miro con una sonrisa extraña mientras se inclinaba apenas hacia mí. -Diego no ha dejado de preguntar por ti. Algo se trae ese malhumorado. Y comienza a volverse insoportable, todos los días lo hace.
  • Dale mis saludos cuando regreses a casa.

 

 

Pase un par de horas hablando con Klaus y claro le deje la invitación hecha para ir a la fiesta conmigo, a lo que acepto sin pensarlo tanto, mi querido hermano, aun con todo lo problemático que es, hablar con el saca toda la tensión. Al principio me costó entender porque durante mis momentos de irá, el que Klaus estuviese conmigo lograba de inmediato calmar mi humor, ahora después de tantos años me doy cuenta de que él tiene un aura tan positiva que me hacía sentir totalmente en calma.

 

En la entrada del edificio estaba Noah con sus amigos, apenas me vio se alejó de estos para avanzar hacia mi quedando de frente. En silencio me acompaño un momento hasta quedar en las escaleras.

  • ¿Cómo te fue?
  • Bien, ya ayudé a mi hermano.
  • Qué bueno, mh oye Julce, me preguntaba si quisieras ir a la fiesta de bienvenida conmigo.
  • Oh, eso. Lo siento Noah, ya me puse de acuerdo con mis hermanos, pero si gustas nos podemos ver en la fiesta y bailar un rato.
  • Claro, suena bien. Entonces nos vemos en la fiesta.




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