Katherine y Eric llegaron al campo de batalla, dónde ya había comenzado la guerra entre los discípulos de Charles y las diferentes especies que formaban el consejo. Estaban en un descampado, y al principio había un dominio claro por parte del consejo, pero a medida que iba pasando la batalla, eran más los guerreros que salían a través de los portales.
Eric y Katherine estaban expectantes detrás de unos árboles, habían decidido no entrometerse en esa guerra para guardar fuerzas para el más posible encuentro con Charles. Contrario a lo que estaban haciendo Sarah, Jake, Stephen y Derex, que estaban en primera fila combatiendo junto con vampiros, elfos y hombres lobos, un hecho histórico e inusual.
Eric veía como Sarah clavaba su espada en dos guerreros de los Kirox en apenas varias décimas de segundos, muriendo casi simultáneamente. Al verla como se recogía su pelo, le vino a la cabeza el beso que se dieron ayer. Por un lado se sentía mal por Katherine, pero por otro lado se sentía algo distinto, nunca antes le habían besado de esa forma tan pasional y romántica, llegando a pensar si Sarah estaba realmente enamorado de él. Sus pensamientos se pararon al ver que a través de los portales entraron dos especies de búfalos que tenía diez veces más su tamaño.
– Yo creo que ya va siendo hora de aparecer en la batalla – dijo Katherine sacando la espada y adentrándose en mitad de la guerra.
Eric se quedó paralizado viendo como los enormes búfalos empezaban a envestir a gente, muriendo todos al instante, o eso pensó él. Esperaba que apareciera algún bicho enorme por parte de ellos para poder contrarrestarlos, pero no se dio el caso. Así que no tuvo más remedio que ser él quien parase a esos enormes animales.
Siguió escondido en el mismo sitio, pero ahora estaba creando un vínculo con la naturaleza, en concreto, con los árboles, arbustos y todo lo verde que había alrededor. Cuando ya lo tenía todo bajo control, enfocó hacia el búfalo más cercano a él y con toda la rabia del mundo, alzó su brazo hacia el aire. Como es de costumbre, al principio no pasó nada, pero después, una raíz enorme salió justo debajo del búfalo y lo atravesó por completo, cayendo muerto sin apenas poder hacer nada, le pilló por sorpresa.
Cuando Jake vio lo que le pasó al búfalo, fue en busca de Eric, ya que sabía que él hizo eso, pero no le encontró, ya que estaba bien escondido. No se entretuvo mucho con eso, ya que estaba en mitad del campo y sabía que podía ser atacado en cualquier momento.
Eric siguió centrado y se enfocó en el segundo búfalo, que estaba mirando al suelo, atentó por si acaso salía otra de las raíces que hizo morir al primero. Pero a pesar de estar en alerta, Eric aprovechó un despiste que tuvo e hizo sacar otra raíz del suelo, ocurriéndole lo mismo que al primero.
– Dos bichos menos – dijo Eric mirando como el segundo búfalo caía al suelo.
Fue decir eso y empezaron a salir a través de los portales una especie que no había visto nunca. Tenían el aspecto de un humano normal, pero tenían 4 brazos y parecían llevar un par de branquias en el cuello. No solo eso, sino que también aparecieron acompañados de otros cinco búfalos más.
– ¡Venga ya! Para qué leches hablo – soltó angustiado.
Eric se preparaba para luchar contra los búfalos cuando detrás de él notó que el suelo vibraba, así que se giró y miró hacia los árboles en busca de algo, descubriendo que se trataba de varios Ent, que se unían a la batalla por parte del consejo.
Cuando los Ent entraron en el combate, la guerra parecía haberse parado para contemplar a aquellos enormes árboles andantes. Pero poca paz tuvieron, ya que los búfalos se fueron directamente hacia ellos, creando una batalla propia e independiente.
Lo malo no se acababa ahí, si ya tenían suficiente con la nueva pelea entre aquellos enormes monstruos, aparecieron a través de los portales varios ogros de diferentes tamaños, siendo el más preocupante el que media casi cuatro metros.
Cuando Eric vio a los ogros, se adentró en la guerra en busca de su equipo. En mitad de la batalla tuvo que vérselas con algún miembro del Kirox e incluso con algún hombre de cuatro brazos. Éste último le costó un buen rato, pero al final pudo desprenderse de él gracias a la invocación de la fuerza primigenia. Después de esto, siguió corriendo entre los luchadores hasta llegar a primera fila de la batalla, dónde estaban todos sus compañeros peleando contra todo tipo de monstruo.
– ¡Eric! ¡Ya estás aquí! – Soltó Jake aliviado –. Necesitamos algo de ayuda.
Eric se unió a la batalla y estuvieron luchando juntos un buen rato, justo hasta que el ogro de cuatro metros se les puso delante, momento en el que todos se pararon y contemplaron el enorme monstruo. Se prepararon para luchar hasta que escucharon a alguien gritar que no lo hicieran.
– ¡No! Ya me encargo yo de él – se escuchó una voz femenina.
Todos se giraron y vieron ni más ni menos que a la reina élfica, que iba vestida con el típico atuendo de los elfos y portaba en el brazo izquierdo una vara, aparte de llevar un arco con flechas a su espalda y varios cuchillos en su cintura.
– Esta no es vuestra lucha – se acercó elegantemente hacia ellos –. Mirar – señaló hacia el este, hacia fuera de la guerra.
Todos siguieron su brazo y vieron algo que les aterrorizó a todos, al parecer alguien estaba formando una tormenta eléctrica, lo suficientemente grande y poderosa como para destruir una ciudad.
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Editado: 03.04.2024