Pov’s Shayla.
Puedo sentir el aroma que desprende el cuerpo de Miguel, pero por más triste que me siento, Lara se encuentra deseosa de ir a descuartizarlo, pero no solo a él, sino que también a los humanos que se encuentran en el calabozo contrario al mío. Aunque cabe decir, que a la persona que más anhela asesinar es a Dante, no sé si es por el hecho de que es mi mate o si es porque dentro de mi corazón hay una pequeña parte que no lo quiere.
La puerta del calabozo se abre, el olor es tan potente que Lara se calma y se agacha un poco, aun me encuentro en mi estado humano, pero eso no quiere decir que soy yo la que está manejando mi cuerpo.
—Hola Shayla — un gran hombre aparece al frente de mí, por el olor lo reconozco y bajo la cabeza demostrándole mi respeto, o por lo menos, Lara lo hace — sé que la persona que está delante de mí no eres tú, pero también soy consciente de que me estas escuchando.
Deja un bolso en el suelo y se acerca más a la celda, mi loba rápidamente intenta acercarse para atacar, pero cuando él pone sus ojos de un color amarillo, esta se calma rápidamente.
—¿Cómo te llamas?
¿A qué se refiere con eso? ¿No acaba de decir mi nombre?
—La… Lara — esa no he sido yo, pero su voz es idéntica a la mía.
—Bien Lara — el hombre se quita su camisa dejando su cuerpo al descubierto, lo más probable es que en su momento haya tenido un abdomen bien marcado, pero ahora se encuentra flaco y lastimado — ese cuerpo no es el tuyo, tu no deberías ser la persona que lo está manejando, ni mucho menos dejar a tu dueña oculta por ahí — Lara se mueve incomoda y le muestra sus dientes bien afilados — y lo sabes.
Él también le muestra sus dientes, no se ha convertido en lobo, de hecho se encuentra en el mismo estado en el que esta Lara. Él abre la celda y entra a pasos firmes, se acerca bien a mí, sigue gruñendo desde arriba, mientras que mi loba se encuentra en el suelo mostrándole los colmillos. Así pasamos unos cuantos segundos, hasta que al fin ella termina gimiendo en el suelo, demostrándole sumisión.
—Shayla — me llama — tu loba en estos momentos no entiende bien las palabras humanas, ella solo reaccionara a gruñidos. No hay que olvidar que es una loba, en libertad ella lucharía por ganar un título en la manada donde se encuentra, pero teniendo en cuenta que sabe que soy su alpha, no intentara quitarme el mando. Aun así, debo hacer que entre en razón.
Tras decir aquella se convierte en lobo, uno mucho más grande que yo, completamente marrón y de unos intensos ojos amarillos, los cuales de vez en cuando toman un color rojizo. Lara intenta hacer lo mismo, pero teniendo en cuenta que estamos encadenadas, solo logra hacer que sus colmillos aparezcan. El alpha ataca por varias partes de mi cuerpo, pero ninguno de esos ataques me duele a mí, aunque a la pobre de Lara la hace sufrir. Segundos después, los dos se calman, mi loba ha quedado llena de sudor y sin energía para seguir intentando defenderse.
—Ya es hora — susurra el alpha — toma control de tu cuerpo Shayla, hazlo ahora que ella está agotada.
Y eso hago, me pongo al frente de ella tomando mi lugar, ese mismo que siempre me ha correspondido. Siento el ardor de algunas heridas no muy profundas, aunque estas ya se han comenzado a curar. Por la puerta aparecen Aine y Riley, ambas tienen sus ojos brillosos y aguados, les duele verme en este estado.
—Chicas — susurro e intento sonreirá, pero todo el agotamiento que era para Lara, se ha quedado en mí también.
El alpha les hace un movimiento de manos para que ellas comiencen con su trabajo, el cual consiste en limpiarme. Peter siempre fue un hombre de familia, él cuidaba a todos como si fuéramos parte de ella, su esposa era una mujer encantadora y sus hijos, menores que yo, también lo eran. No sé si es que habrán logrado sobrevivir, pero si no lo hicieron, lo lamento mucho por ellos.
—Dante me ha rescatado de mi prisión Shayla, pero no solo con el objetivo de recatarte solo a ti de tu propia loba… yo tengo el poder de salvar a todos aquellos que se encuentran encerrados por culpa del anciano… — se da la vuelta al mismo tiempo que las chicas han comenzado a limpiar mi cuerpo con trapos húmedos — pero necesito de tu ayuda. Necesito que luches con todas tus fuerzas contra Lara, no dejes que ella tome control de tu cuerpo. Antes de su muerte, Miguel ha logrado conseguir muchas inyecciones, ideal para unas cuantas semanas, y para mantener a más de un hibrido calmado. Esas inyecciones son para que los lobos internos se calmen, dejándole así paso a sus amos para ponerlos en su lugar. No puedo decirte que será una lucha manejable, porque dudo mucho que lo sea.
—Hare… — trago el nudo que se ha formado en mi garganta, la cual la tengo bastante seca, no recuerdo cuando fue la última vez que me alimente — todo lo que este a mi alcance.
Las mujeres me han puesto ropa limpia y ahora se están dedicando a limpiar mi cabello, mientras que Aine me corta mis uñas.
—¿Tienes hambre?
—Sed.
—Lo se… — se pasa una de sus manos por su cabello — pero el agua no te servirá de nada en estos momentos. Lo que necesitas es sangre, Dante tiene una buena reserva allá arriba — saca algo de su bolsillo, un pequeño frasco lleno de sangre, se me hace agua la boca al verlo — y yo tengo un poco aquí.