—Si, siempre debemos saber lo que queremos, estar seguros y saber que nos traerá en consecuencia de que por si alguna razón sale mal o no. Dime Lindsey ¿Tú realmente quieres enamorar a tu mejor amigo?
Eso fue lo último que hable con Alejandro...
Fue inesperado.
Yo estaba segura de que quería eso, pero cuando el pregunto no respondí.
Me cuestione mi realidad...
Esa pregunta estuvo en mi mente en los últimos días, Me hizo sacar más preguntas y todo me lo cuestionaba, observaba a Jean en las clases y me preguntaba ¿Realmente me gusta Jean? ¿Me gusta mi mejor amigo? ¿Cómo puedo contestar eso?
Baje de las escaleras y fui a la cocina, pero ahí estaban mis padres jugando.
Mi padre estaba en casa aun no podía creerlo, ahí estaba abrazando por la cintura a mi madre mientras ella le daba comida, era hermoso mi mamá se quería alejar pero mi padre no la dejaba ir para que se quedara junto a él, siempre que los veía ellos reían y jugaban, evitaba interrumpir o meterme entre ellos.
No imagino la falta que le debe hacer a mamá, o sea si yo extraño a mi papá no puedo imaginar lo que mamá lo extraña también.
Quiero una relación como la de mis padres, a pesar de estar casados y amarse, siempre actúan como amigos.
Aunque ayer discutieron, es raro que pase algo así, no se la razón de su discusión, pero se nota que lo resolvieron. Lo que si se, es que mi padre pidió permiso en su trabajo para venir a vernos y eso nunca lo hace, dando a entender que se enteró de algo importante y por eso regreso, espero que no tenga nada que ver con July y que ella este bien...
¿Sera esa la razón por la que discutieron?
Estamos por entrar a noviembre, ya se pueden sentir el cambio de temperatura y aparte no habrá clases por los días festivos.
Dia de Muertos, Te amo.
Aunque no te celebro.
Mi padre me vio de reojo y soltó a mi padre para posteriormente arreglarse la camisa
—¿Lista para ir a la escuela? —Me pregunto mientras me mostraba su sonrisa completa.
Yo en respuesta asentí con mi cabeza y una sonrisa de oreja a oreja.
Tener a mi Padre en casa ha hecho todo super diferente, me lleva a la escuela y me va a buscar. Solo han sido una semana, pero para mí es siempre.
Alejandro y Guillermo no se encontraban porque ellos estudian en las mañanas mientras yo estudio en la tarde. Respecto Alejandro, no lo evito, pero pareciera que sí.
La mayoría del tiempo libre en el que coincidimos nos la pasamos bien, me gusta su compañía. Me hace sentir yo, estar con el trae un ambiente cálido y acogedor. Me siento acompañada junto a él.
Subí al coche y me coloqué el cinturón de seguridad, mi progenitor comenzó a manejar rumbo a la escuela, no dejamos de platicar en el corto camino que teníamos, al llegar me sonrió y me dio un beso en la frente despidiéndose de mí.
—Hoy no voy a poder pasar por ti, pero mañana tenlo por seguro ¿Okey?
—Ok papi —le di un beso en la mejilla seguido de un pequeño y fuerte abrazo— Nos vemos en casa, te quiero —me despedí y entre a la escuela.
Pase a la cafetería para comprar una malteada de fresa, mi siguiente clase empezaba en 10 minutos, no había visto a Isme en la entrada y eso significaba que probablemente se quedó dormida. Caminé en dirección a la clase que me tocaba mientras sacaba mi teléfono, le marqué a Ismerai, pero me mandaba directo al buzón de voz.
Mery, no puede ser posible que, viviendo en frente de la escuela, llegues tan tarde.
—Porque no contestas —Murmure.
seguí caminando esta vez acelerando mi paso, estaba en una esquina de la escuela y debo ir hasta la otra esquina para llegar a mi clase, Incline mi cabeza para escribirle un mensaje.
—Señorita Lindsey está prohibido utilizar teléfonos dentro de la institución—Oí una voz varonil detrás de mí—Entrégueme ese teléfono jovencita —Cerré mis ojos y fruncí mi ceño al escuchar la orden que me habían dado.
—Lo siento yo... —me había girado en mis talones con la cabeza agachada, no había visto a la persona que me estaba hablando, hasta que escuche como se empezó a reír.
Alcé mi cabeza para ver al chico que acababa de bromear conmigo.
— ¡Ay contigo! —exclamé mostrando mis colmillos con frustración, había zapateado contra el suelo —Me espantaste ¡Imbécil!.
El chico rio levemente.
—Wow, eso es nuevo. Lindsey Dalyn acaba de insultarme—comentó humorístico fingiendo sorpresa —¿A dónde vas tan concentrada? —me preguntó mientras colocaba su brazo izquierdo sobre mis hombros y me pegaba a él.
—Eres tan testarudo y frustrante
—Oh, yo también te quiero mucho Lind —Respondió burlón.
No dudo que me quiera.
Jean bajo su mirada y la dirigió a mi mano, me quito mi malteada y bebió de ella.
—¡Hey! yo la compre —Reclame para que me la devolviera, Jean se alejó de mi para seguir tomando, lo seguí y daba pequeños saltos para quitársela de la mano, pero alzaba sus brazos, haciendo imposible para mi quitársela — ¡Ojalá tenga algún virus para que te enfermes y no vuelvas a tomar de mis cosas! ¡Devuélvemela! ¡Ale! —Ordene hinchando mis mejillas como niña.
Jean dejo de burlarse de mis intentos de quitársela, su rostro cambio completamente.
No entendí la razón, él me entrego mi vaso de malteada sin decir nada y siguió caminando.
Me quede confundida pensando en lo sucedido y me detuve de golpe al entrar en razón.
¿Qué Duraznos acabo de decir?
¿Cómo pude decirle Ale a Jean?
Mi cerebro entro en un estado de pánico ¿Cómo arreglo eso?
Jean se giró al darse cuenta que no iba junto a él y regreso por mí.
—¿Te sientes bien? —me pregunto con un semblante caído.
Verlo y escuchar el tono de su voz me reafirmo que lo había hecho sentir mal.
—Perdón —me disculpe de inmediato.
No sabía que decir, pero quería que supiera que no fue mi intención decirle Alejandro.