Vigésimo octavo día de encierre total. Sábado, 8 de abril del 2045.
—Papá, mamá, tenemos que hablar—dije toda convencida. —¿Asi?
—¿Por qué te cuesta tanto hablar con tus padres?
—No me cuesta, es solo que el tema es Mila y su familia, y lo llevo sabiendo hace días, no sé como reaccionaran.
—Empezamos de nuevo, empieza.
—Papá, mamá, tenemos que hablar.
—¿De qué quieres hablar?—preguntó mi madre al escuchar la pregunta que hice en mi cuarto, vio a Fiona y se quedó sorprendida y quieta.
—De ella. Y de Mila.
—Hola—dijo nerviosa.
—¿Quién eres y que haces aquí? Estamos en confinamiento por dios Lara.
—Todo esto tiene una explicación muy sencilla que ahora so iba a contar, bueno, sencilla no es, pero se intentará.
—Soy todo oído.
—Mejor que papá también se entere, si no tendré que explicarlo dos veces y no me apetece—Nos fuimos al comedor, senté a mis padres en frente de mi y de Fiona. Mi hermano estaba jugando online con sus amigos.
—Cuenta.
—Ella es F12020F1, conoció al profesor Borroso cuando era niña y desde entonces vivió en el laboratorio, el caso es que Mila…—miré a Fiona y luego volví la mirada hacia mis padres. —Mila ha muerto.
—¿Qué dices?
—Hay pruebas. Hay un video que F1 me envió, donde unos científicos decían que Mila había muerto, se que le querían poner un antivirus, osea un anti cuerpo de esos para no tener el virus, y se ve que su cuerpo ha reaccionado mal y finalmente…
—No puede ser, ¿y sus padres?
—Seguramente ya lo saben, no creo que estuvieran en la cabaña de la isla Takatuki, creo que siguen aquí, en isla Luz.
—Enséñame el video—dijo mi padre.
Baje el portátil y le enseñé el video que Fiona me envió al principio.
El video empezaba en un pasillo oscuro, se podía ver por la cámara nocturna de vigilancia. Ahí pasaban dos hombres con batas, nada fuera de lo normal.
Después, la imagen cambiaba a un laboratorio iluminado, con sus mesas de metal, el material necesario para hacer eso, etc. En una capsula grande como de clonación, había sangre en el suelo.
—¿Entonces qué hacemos?—Se escuchó una voz masculina pero no veía a nadie por la cámara.
—Seguimos con la prueba, hay que asegurarnos de todo antes de soltarlo—Parece que son los mismos hombres que vi en el pasillo ¿están hablando del virus?
—No ha podido contraer el anticuerpo, lo ha rechazado y ha muerto.
—¿Deberíamos decírselo al profesor Borroso?
—¿El profesor Borroso? ¿Esto es un chiste? ¿Porque están hablando de él?
—Le diremos que su hija ha fallecido cuando intentamos ponerle la vacuna para el virus 37.
—¿Su hija? Mila…
Se acabó el video, mis padres no daban crédito a lo que vieron y escucharon. Ya me creyeron, y a Fiona también.
—Entonces es verdad… Mila ha muerto—dijo mi padre.
—¿Pero entonces? Como, osea, ¿qué ha pasado con sus padres? ¿Donde están?—preguntó mi madre.
—No he tenido comunicación con el profesor Borroso ni con su mujer en semanas, estaba intentando conéctame a través del portátil para poder localizarlos, pero de momento no he tenido suerte.
—¿Y tu como has encontrado a mi hija? ¿Cómo sabias que Mila era su amiga?
— En el video hay una foto de Mila y Lara cuando eran pequeñas, hice un escáner de rostro y la intenté localizar, yo cuando era pequeña, tuve un accidente y a consecuencia de eso, partes de mi no son humanas, y por eso pude localizarla.
—¿Y no te pueden rastrear? ¿Y si nos metes en un lio con la policía?
—Tome todas las precauciones para que eso no ocurriera.
—¿Y desde cuando estás aquí?
—Esto no es un interrogatorio.
—Llegue el sábado 1 de abril del 2045, a las 15:04 de la tarde.
—Otros 15 días más será lo apropiado—el presidente anunció por la televisión. —Hasta el 23 de abril.