164 Girasoles

1.Una chica irritante

GIRASOL NÚMERO 2

Sarah Mancini

Paso el labial mate por mis labios y sonrío ante mi espejo, reviso mi vestido lleno de colores y de figuras abstractas que me queda hasta por el muslo, también veo mis zapatillas vans blancas, sujeto mi cabello rubio en una trenza y concluyo que me siento bastante conforme con como me veo.

Hoy será un buen día, lo presiento.

—Buen día, hija, ¿Quieres que te vaya a dejar a la universidad?— pregunta mi tía entrando a mi habitación, niego con la cabeza.

—Está bien, puedo ir sola.

—Está bien. Cuídate, ¿Si? Lleva un swéter.

Sonrío y asiento, besa mi frente.

—Iré a trabajar, que tengas un buen día.

—Claro, también tu— le digo y ambas nos sonreímos antes de que salga de mi habitación.

Mi tía me ha cuidado desde que tengo trece años, es decir, de hace seis años. Ella me acogió cuando mis padres murieron por un accidente automovilístico, fueron tiempos muy duros, pero ella me ha enseñado a ponerle una sonrisa a la vida y aunque sea difícil demostrarle que soy valiente y que puedo con todo lo que me haga pasar, además recuerdo a mis padres todos los días, eso me hace sentir que aún están conmigo y a pesar de que es un dolor permanente, he podido sobrellevarlo.

Cuando salgo de casa camino a la universidad, siempre voy a pie porque no queda tan lejos de casa, como de costumbre camino en frente de la florería de la señora Greyson, me queda de pasada. Sonrío y paso a verla.

—¡Mi niña! Ya me extrañaba que no pasaras a verme en dos días— dice con una sonrisa, ella es una mujer mayor de edad con la sonrisa más dulce y sincera que he visto en mi vida, siempre me anima e inspira.

—La vez pasada compré muchas, pero ya se acabaron. Me gustaría que me de una docena de girasoles, por favor.

—Por supuesto. Girasoles otra vez, ¿Eh?

—Son mis favoritos.

Me guiña un ojo mientras va a sacar los girasoles y yo la sigo.

—¿Y cómo le ha ido, señora Greyson?— le pregunto.

—La gente ya no compra tantas flores como antes, pero el negocio se sostiene.

—Solo basta que las personas la vean sonreír para querer comprarle.

—Oh, me alagas, cielo.

Sonrío.

—¿A quién le regalarás estos?— me pregunta mientras deja los girasoles sobre una mesa y comienza a arreglarlos.

—Hay un chico en mi universidad— comienzo y no me deja terminar.

—Oh, un chico, ¿Y cómo es?— pregunta en un tono con el que sé muy bien a qué se refiere, sonrío.

—No, no, no me refiero a eso, señora Greyson. Ayer lo vi haciendo un graffiti en una muralla y se veía muy triste.

—Oh, claro. ¿Le diste un girasol?

Asiento— Si, pero no se veía muy contento.

—Tu solo insiste, esa clase de chicos creen que no necesitan apoyo, pero por dentro están gritando ayuda.

—Si, pensé lo mismo.

Me tiende el ramo de girasoles, lo tomo y le paso el dinero.

—Muchas gracias, señora Greyson.

—A ti, linda. Suerte con el chico.

Sonrío— Gracias.

Camino rápidamente a la universidad para no llegar tarde y gracias al cielo no lo hago, una vez adentro abro mi casillero y dejo el ramo de flores dentro mientras arreglo mis libros.

—¿Otra vez pasaste a la florería?— pregunta Liam a un lado de mi casillero, a su lado está Julie, son mis mejores amigos.

Sonrío con culpabilidad.

—Si, no he podido evitarlo.

Quito dos girasoles del ramo y se los paso uno a cada uno.

—Gracias— dice Julie con una sonrisa.

—Debo admitir que tu obsesión con regalar girasoles es muy tierna— dice Liam.

La campana suena, indicándonos que debemos entrar a clase.

Mi primera clase es literatura con el señor Foster. Liam, Julie y yo no podemos evitar conversar por teléfono cuando el maestro nos da la espalda, no está mirando o se está quedando dormido en su escritorio.

Los tres somos mejores amigos de hace muchos años, son como mi familia.

Cuando tenía 10 años tuvimos que irnos de Italia por el trabajo de mi padre y de mi tía, ellos trabajaban juntos.

Conocí a Julie y a Liam del primer día que vine a vivir a Virginia, ellos ya eran amigos y me incluyeron, luego de que salimos de la preparatoria los tres entramos a la universidad a estudiar administración de empresas.

Mi sueño siempre ha sido poner mi propia florería, como la señora Greyson, mis padres siempre quisieron  que entrara a la universidad, así que supuse que estudiar administración me ayudaría mucho para levantar mi florería.

En fin, volviendo al tema de mis amigos.

Julie es una chica callada y tímida, algo deprimida, ha pasado por mucho luego de que su padre abandonó a su familia hace tres años y ha tenido que levantar a su madre y a sus dos hermanos gemelos trabajando y estudiando al mismo tiempo, es una persona realmente fuerte, aunque ella no lo sabe.

Liam es un chico muy dulce y algo protector, tiene dos hermanas y una madre que ha protegido toda su vida y además dos mejores amigas, así que siempre ha sido algo así como el protector del asunto, le gusta estar al tanto de todo y calmar la situación si se vuelve complicada para alguien.

Cuando la clase termina guardo mis libros en mi mochila y me dirijo a mi casillero, los chicos prefieren ir a comer algo a la cafetería.

Guardo los libros de la clase de literatura en mi casillero y saco el de álgebra para la siguiente clase, doy un vistazo a mi al rededor y por un ventanal veo aquel lugar de la universidad que tiene un árbol muy grande y una muralla graffiteada detrás, suelto un suspiro al ver a Zayn dibujando en un cuaderno con la espalda afirmada en el árbol. Digo, supongo que está dibujando.

Zayn es un chico muy solitario, recuerdo cuando lo vi el primer día que pisé esta universidad, he de admitir que lo primero que pensé fue...



#24634 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, sadstory

Editado: 05.09.2021

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