164 Girasoles

4.Una conversación normal

GIRASOL NÚMERO 16

 

Zayn Sanderson

Sandra y yo entramos a mi departamento.

Joder, desde que entramos al edificio no deja de mencionar lo lindo que es todo, es un edificio de mierda que se caerá en cualquier momento, ¿Qué tan genial puede ser?

—Puedes sentarte si quieres, por allá está la cocina, si quieres hazte un café o no, como quieras, pero no toques el que tiene cobertura dorada, es café del bueno y es solo mío.

Asiente mientras se abraza a si misma por el frío, está empapada.

—Tienes un departamento muy lindo.— dice con la voz temblorosa.

—Por supuesto que si— digo con sarcasmo y ruedo los ojos, no hay nada que no encuentre lindo y mi departamento es un asco— Iré a mi habitación, haz lo que quieras.

—Espera. Podríamos hablar un poco.

Alzo una ceja.

—¿De qué?— le pregunto desinteresado.

—No lo sé, uhm... De esto— dice acercándose a la guitarra que está afirmada en la pared— ¿Tocas?

—No te importa.

Suelta un suspiro.

—Siempre quise aprender algún instrumento, ¿Es muy difícil?— pregunta, llevo mis dedos a mis cienes estresado. ¿Por qué le gusta hablar tanto?

—No, no tanto.— decido responder.

Sonríe— ¿Desde cuando tocas?

—Desde los ocho, da igual, iré a mi habitación— intento darme la vuelta, pero ella vuelve a hablar.

—Mi padre me tocaba la guitarra cuando era una  niña, sentía que estaba en las nubes por un par de minutos.

Mi padre igual hacía eso.

—Le gustaba mucho The Beattles, Jhon Lennon... me tocaba Imgine cada vez que podía— dice con una sonrisa en su rostro.

—Es un clásico— digo alzandome de hombros.

Asiente— ¿Qué te gusta tocar a ti?

—Me gusta crear mi propia música de hecho— le cuento e inmediatamente frunzo el ceño sorprendido.

¿Qué acabo de contarle? Nunca se lo había dicho a nadie.

Joder, es buena haciendo que la gente hable.

—¿En serio? ¿Me mostrarías algo?— pregunta y niego con la cabeza.

—No.

—¿Por qué no?

—Porque no.

Suelta un bufido.

—Qué aburrido— dice temblando y abrazándose a si misma.

Ruedo los ojos.

—Puedo traerte ropa seca si quieres— le digo y sus ojos saltan.

—¿En serio?

—Si, no es para tanto— digo y me doy media vuelta para ir a mi habitación, saco un buzo y una sudadera, ambas son antiguas y ya no las uso, antes de salir de la habitación me cambio a ropa seca también.

Cuando llego a la sala le dejo la ropa en el sofá.

—El baño está en el pasillo a la izquierda— le informo.

—Gracias— dice y va a donde le dije.

Enciendo la televisión y la dejo en un episodio de Friends en Warner Bross, siempre están dando Friends en este canal.

Siempre me quejo, pero igual lo veo.

Luego de unos dos minutos Sandra vuelve a aparecer por la sala, el buzo y la sudadera le quedan gigantes, se ve... algo tierna.

—Gracias por la ropa seca— dice de nuevo, asiento.

—Si, claro.

Sonríe cuando ve la televisión, se acerca y se sienta en el sofá individual.

—¿Es un episodio de Friends? ¡Me encanta! Oh, es el episodio donde Rachel termina con Ross, siempre he creído que hace una muy buena pareja.

—¿Buena pareja? Dios mío, son más tóxicos que Chernóbil.— digo, no sé porqué le respondo.

—Bueno... si, pero Ross puede ser muy tierno.

—Es un bobo.

—Y se nota que Rachel realmente lo quiere.

—Rachel está loca.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Pues ella terminó con Ross, pero aún así nunca dejaba que él avanzara.

—Él la engañó.

—Estaban tomando un respiro.

—Si, pero se metió con una chica de inmediato, es como si la hubiera engañado.

Me alzo de hombros.

—Tu fuiste la que dijo que hacían una buena pareja— digo.

—Bien, puede ser que si sean un poco tóxicos— dice sonriendo, frunzo el ceño.

—¿Ahora por qué sonríes?

—¡Porque por primera vez dejaste que tuviéramos una conversación normal! Yo hablo, tu respondes normalmente y no con un "porque sí" o "porque no"

Niego con la cabeza.

—No podía aceptar que pensaras que Rachel y Ross eran una buena pareja— me defiendo y ella ríe.

—Te agrado.

—Dios mío, no.

—¡Te agrado solo un poco!

Niego con la cabeza.

—¿Un poquito menos que un poco?— pregunta y vuelvo a negar, suelta un suspiro y se gira a mirar la cocina— Puedo cocinar algo si quieres.

Me alzo de hombros.

—Como quieras— respondo, ella se pone en pie.

—Soy la mejor cocinera, vas a ver.

—Con que no quemes mi cocina...

—¡Claro que no!

—Bien...

Me quedo viendo el capítulo de Friends y juego con mi teléfono de vez en cuando al mismo tiempo.

Escucho como Sandra canta en la cocina la canción principal de la película Juego De Gemelas, niego con la cabeza divertido. Ella vive en las nubes, es extraña.

Después de un par de minutos aparece por la sala de nuevo.

—Me costó encontrar algunas cosas, pero he aquí unos panqueques.

Los deja encima de la mesita de centro, los estudio con la mirada... se ven decentes y comestibles, si tengo que ser sincero.

—¿Te gustan con dulce de leche o caramelo?— pregunta con un tarro de cada uno en cada mano, frunzo el ceño.

—Dulce de leche— respondo.

—Igual a mi— dice y se vuelve a la cocina para dejar el caramelo.

Después de que les echa dulce de leche me los tiende para que saque uno.

—No tienen veneno, ni nada con lo que pueda intoxicarme ¿O si?— pregunto alzando una ceja.

—¡Claro que no! Vamos, pruebalos.

Suelto un suspiro y saco el que tiene más dulce de leche, lo pruebo y me sorprendo de que esté tan delicioso.



#24674 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, sadstory

Editado: 05.09.2021

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