1770kfj: Tras la sombra de los Palafox [libro 1]

CAPÍTULO 16: La cabaña del bosque

Nia

 

A la salida de clase nos despedimos de Sophie y continuamos nuestro camino Ali y yo.

—Vale, despejado. Ya te lo puedo contar—me dijo Allison.

—¿Qué? ¿El qué?

—¿Te acuerdas de Steve verdad?

—Claro, si va a nuestra clase—dije sin entender a que quería llegar.

—Pues  me ha contado muchas cosas.

—¿Él? ¿A ti?

—Sí.

—No sabía que hablabas con él, pensaba que te gustaba Gilbert.

—¿Qué? ¿Cómo sabes que…?

—Te conozco—la interrumpí—, se cuando te gusta un chico.

Me dio un codazo nervioso, pero se rió. 

—Bueno, ¿y que te ha contado Steve?

—Pues que le gusta alguien.

—¿A si? ¿Con cuál de todas las chicas trata de ligar esta semana? —digo poniendo los ojos en blanco.

—No, creo que es más que eso.

—¿Más que eso? Venga ya, es Steve.

—Creo que le gusta de verdad—dijo, parecía muy decidida.

—No serás tú…

—¿Qué? ¡No!

—¿Y quién es? —digo interesada.

Allison suspira.

—Es Sophie.

—¿Qué dices? —digo poniéndome delante de ella, dejando de andar—. Me estás vacilando, ¿no?

Ella niega con la cabeza.

—No, ¿por qué crees que ha vuelto a sección?

—¿Por que quiere dejar de ser tonto?

—¡No! Lo ha hecho para estar con Sophie.

—Pero, ¿que de verdad le gusta?

—Sí, ¿no le has visto? Que estaba como un tomate en Inglés.

—Pues no la verdad, estaba muy ocupada con que el niño cebolla no se pasase de la línea—dije.

—¿La línea? —preguntó.

—Como nos han puesto juntos, hemos pintado una línea en la mesa, para establecer nuestro espacio. Y él no hace más que traspasarla con sus cosas.

—Con la de gente que hay en clase Carolina te tiene que poner con Graham—dice riéndose.

—Te juro que esa señora me odia por naturaleza—resoplé.

—Le vendrá en la sangre–sonrió.

—Bueno, ¿y se lo vas a decir a Sophie? —le pregunté.

—¿Qué? —dijo un poco perdida.

—Lo de Steve—le recuerdo.

—Ah, no, no. Que se lo diga él, o que lo descubra ella.

Me reí y nos despedimos porque ya habíamos llegado a casa de Allison.

Vaya risas nos habíamos echado Ali yo en el camino, me alegró el día aunque también me sorprendió. ¿Steve y Sophie? Qué raro. Bueno ahora me tocaba comer e ir a ballet, así que mejor me empezaba a dar prisa.

Toqué al timbre y mi madre me saludó con una agradable sonrisa como siempre.

—Hola Nia, ¿qué tal el día?

—Bien, he venido muy contenta la verdad.

—¿Ha pasado algo en especial?

—Muchas cosas—reí.

—Bueno pues ya está la comida lista, ¿vamos a comer?

—Sí, que tengo mucha hambre.

Después de comer, me preparé y cogí mi mochila de ballet dirigiéndome a la academia.

—Hola Nia—me saludó Maya.

—¡Hola!—respondí.

—Vamos a cambiarnos las zapatillas, que llegamos un poco justas de tiempo.

***

—Ya estoy lista, ¿y tú Nia?

—No, ahora acabo, puedes ir llendo si quieres.

—Vale, te espero en la pista.

—¡Vale!—dije atándome las cintas de las zapatillas de ballet.

Al terminar, fui a darme unos últimos retoques en el pelo. Al acercarme al espejo la volví a ver. A ella. La chica extraña cubierta de sangre. «Atentas, os quiere decir algo» recordé. Mantuve la calma y la miré, sintiendo ese escalofrío recorrer mi cuerpo de pies a cabeza poniéndome el pelo de punta. Ella no se movió, yo tampoco, solo nos observábamos. Tenía el pelo castaño claro y un poco ondulado. Los ojos color miel un tanto apagados y la cara muy, muy pálida. Llevaba un vestido blanco, que sería muy bonito si no tuviera esas manchas rojas. 

Mire las manchas y me empecé a preguntar cosas sobre ella por primera vez. ¿Qué le habría pasado? ¿Cómo habría muerto? ¿Por qué se me aparecía a mi? Y lo más importante, ¿quién era?

—¡Nia, a pista ya! —escuché la voz de mi profesora desde fuera.

—¡Ya voy!

No me la podía sacar de la cabeza. Al principio el tema del fantasma me causaba rechazo y miedo, mucho miedo. Pero ahora ya no siento ese rechazo, sino curiosidad. ¿Quién es ella, por qué se nos aparece, y por qué ahora?

De repente quería saber más, sobre ella, sobre los fantasmas, sobre los misterios de Bahía Marisma, sobre sí todas esas historias de fantasmas sí que eran reales en realidad. Quería saber la verdad, ¿sobre qué? No lo sé, sobre todo, sobre nada, quería saberlo todo.

***

—¿Os acordáis de la cabañita que montamos en el bosque?

Nada más salir de ballet había llamado a Ali y a Sophie.

—Sí, claro que me acuerdo—aseguró Sophie.

—Pues— lo había estado pensando durante toda la clase de ballet, y de verdad que me parecía una buena idea—, esa va a ser nuestra base de operaciones.

—¿Nuestra qué, para qué? —preguntó Ali perdida.

—Nuestra base de operaciones. Para descifrar lo que nos quiere decir el fantasma.

—Nia, esa cabañita está destruida—me recordó Sophie.

—Pero la podríamos adecentar—sugerí, con un tono más bien de súplica.

—A mi me parece buena idea—dijo Ali.

Escuché el suspiro de Sophie por el otro lado del móvil, y supe que la habíamos convencido.

—Está bien, mañana en clase pensamos en la hora.

—¡Gracias chicas, os quiero! —dije animada.

—Y nosotras a ti, loca—dijo Sophie antes de colgar.

Cuando volví a mi casa les conté a mis padres que restauraríamos la cabaña del bosque para hacer proyectos, como hacíamos antes.

***

—¿Cómo pretendéis arreglar esto? —dijo Sophie mirando al montón de tablas de madera y cortinas rotas en medio del bosque.

—Pues quedándose parada ahí desde luego que no— dije cogiendo algunas tablas y apartándolas para poder empezar de nuevo la cabaña—. Aunque no pensaba que en solo tres años se fuese a destrozar.



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En el texto hay: misterio, fantasma, amigas

Editado: 01.06.2024

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