—Violet tienes que conseguir esos nombres.
Oliver y Violet habían salido de la estación por primera vez en días, desde que habían llegado se la vivian ahi y en el hotel, el agente Gray y la agente Davis habían sido los encargados de ir a hacer preguntas a los cercanos a Sara y al caso, mientras que ellos al ser más jóvenes los dejaron en la oficina porque tenía una mente más fresca la cual podía pensar en más teorías, porque eso era todo lo que tenían, teorías. Y ahora estaban sentados en la cafetería junto a la estación, ambos deseaban mucho algo dulce por lo que habían pedido un par de malteadas.
—Lo sé, Redd ya lo está buscando, dijo que tardaría un poco porque todo estaba en papel.
—Bien —Oliver miró sobre su hombro de su compañera y al ver aquella castaña sonrío, Violet lo miró extrañado y este solo le hizo una seña para que guardara silencio, está solo lo ignoró y siguió leyendo los informes que tenían.
Oliver se levantó de su asiento y caminó hasta la mesa de la castaña, se puso detrás de ella noto como tenía una libreta en la mesa mientras sostenía un libro. Antes de que ella pudiera darse cuenta y guardar la libreta Oliver la tomó, inmediatamente Elizabeth se giró molesta, pero al ver que era el agente quien le había robado su libreta solo se quedo callada y le dio la espalda, el agente solo la movió de lugar y se sentó junto a ella mientras leía lo escrito en la libreta.
—¿Cuánto tiempo tienes escuchándonos? —preguntó mientras hojeaba la libreta sin entender muy bien lo que decía, estaba todo muy desordenado.
—Yo no.
—No lo niegues, si? —dejó la libreta en la mesa y se giró a verla, ella solo tenía la mirada fija en la mesa—. ¿Entonces?
—No mucho.
—¿Para qué quieres esto? —preguntó señalando la libreta.
—Soy periodista —al oír eso el dejo salir un “tss”—. ¿Qué?
—Esto no puede salir al público, el ignoto podía leerlo y matar más gente o ir detrás de ti, lo sabes ¿no?
—No iba a salir al público —Por fin volteó a verlo y sintió que el rostro del mostraba arrogancia o tal vez solo estaba molesta con él.
—¿Entonces para qué es esto?
—Hago las investigaciones y las publicaré hasta que atrapen al culpable o dejen el caso, no soy tan estúpida como para poner en peligro a más gente.
—¿Así que eres detective?
—No.
—¿Quieres serlo? —preguntó con una ceja levantada.
—Tal vez —respondió con una pequeña sonrisa, en algún momento lo había pensado.
—Tienes teorías, ¿no? Disculpa ¿cómo te llamas?
—Elizabeth y depende —dijo ladeando la cabeza.
—Oliver —respondió presentándose casi de inmediato pero luego de procesar lo que ella había dicho frunció el ceño—. ¿Cómo que depende?
—De si me darás algo a cambio de esas teorías.
Al oír la respuesta de la castaña le dio risa lo atrevida que podía ser «¿Enserio estaba pidiendo un intercambio?»
—Que tal si me dices esas teorías y yo no te arresto por robar información confidencial, que te parece?
—No estoy robando información.
—¿Y como tienes esto Elizabeth? —señaló la carpeta medio escondida entre los libros y libretas, carpeta que Gerald le había dado
—Bien —respondió resignada.
—Iré a tu casa más tarde para hablar —respondió poniéndose de pie.
—¿Es una cita? —al oír su pregunta él solo rodo los ojos y ella sonrió—. Ve al periodico local, no trabajo esto en mi casa.
—Bien, iré a las 5.
—Perfecto.
Ahora fue el turno de Elizabeth de poner los ojos en blanco al ver como el castaño le guiñó el ojo para después levantarse y regresar a la mesa con su compañera, la cual solo lo observo con una ceja levantada y espero hasta que este tomo asiento para preguntar:
—¿La conoces?
—Ahora sí —respondió en el momento en que la mesera les entregó sus malteadas, una de vainilla para Violet y una de chocolate para él.
—Enserio ya estás coqueteando con las pueblerinas?
—No estoy —respondió al mismo tiempo que volteaba rápidamente a ver a la castaña quien ya se estaba yendo—. No estaba coqueteando con ella.
—Desde aquí parecía que sí.
—Aja si, y que me dices del veterinario que llegó ayer a la estación? —al oír eso la de ojos azulados rodo estos y negó—. ¿Me vas a decir que no le estabas coqueteando?
—Yo no coqueteo Oliver, y eso ya lo sabes —respondió dándole un sorbo a su malteada.
—Ah claro —respondió asintiendo—. Aún esperas a aquel chico de tu adolescencia.
—No estoy esperando a Christopher —dijo rodando los ojos
—Yo no dije su nombre —respondió con una sonrisa a lo cual ella solo le lanzó su servilleta a la cara.
Una media hora después regresaron a la estación en donde se encontraron con sus otros compañeros y el sheriff Lee, pero a oliver no pudo importarle menos ya que su mirada se fijó en el pelirrojo que leía una carpeta en su escritorio, sabía que aquel chico le había dado la carpeta a Elizabeth y ahora solo tenia una pregunta en mente «¿De donde se conocían?» «Deben ser muy cercanos como para comprometer así su trabajo».
Y no fue hasta horas más tarde que pudo escaparse de la estación, realmente no tuvo que poner una excusa ya que nadie lo cuestiona, ni siquiera la agente Davis, quien desde que había tomado el puesto de líder de equipo se había puesto muy estricta con todos ellos.
—¿Hola? —preguntó al entrar al lugar pero no había nadie a la vista—. ¿Elizabeth? Soy el agente Hill.
—¿Agente? —La campana había sonado y el agente se dio la vuelta para toparse con el pelinegro que lo miraba extrañado.
—FBI —respondió mientras le mostraba las placas.
—¿Liz está en problemas?
—¿Elizabeth? No, espero que no —respondió guardando sus placas.
—Ah agente —Liz iba saliendo de la puerta tras el mostrador y se quedó quieta al ver a Daniel ahí, no pensó verlo a esas horas—. Dani ¿Qué haces aquí?
—Vine por el periodico viejo.
—Pensé que habías venido por él en la mañana.
#806 en Joven Adulto
#1198 en Thriller
#552 en Misterio
pueblo misterioso, trio amoroso romance amistad, detective amor romance
Editado: 01.11.2024