[2] Mi niña de coletas I Sinrin

Capítulo 6

Era martes y justo aquel día el profesor se había pasado del horario y seguía dictando su clase. Era hora de receso, pero este seguía hablando.

Si hubiera sido un día común no le hubiera importado demasiado, pero ahora era muy diferente. Sinb miraba el reloj del salón con prisa, tenía que salir de ahí rápido.

¿Razón? Simple: había quedado con Eunha para encontrarse en la cafetería. Planeaba saber todo lo posible y resolver sus dudas de una vez por todas.

Desde aquella conversación no pudo ver con los mismos ojos a su madre. Aunque quisiera preguntarle miles de cosas, solo le quedaba fingir su cambio repentino.

Yerin lo valía.

—Y eso es todo por hoy, la tarea en borrador me la envían por correo y se los corregiré para que me entreguen en físico, eso valdrá su nota final.

Sinb ni siquiera había escuchado cuál era la tarea, pero eso era lo de menos. Podría preguntar después a algún compañero de su clase.

Se dispuso a guardar sus pertenencias lo más rápido posible y salió del salón encontrándose con Eunseo a fuera. Por primera vez maldijo verla.

—Oye, compré la saga de Crepúsculo. ¿Vamos a verla a mi casa?

—Me gustaría mucho, pero esta vez necesito ir a otro lado. ¿Te parece si te llamo después? —Eunbi después de decir aquello corrió por el pasillo.

—Claro. —Eunseo se extrañó, pero no le tomo tanta importancia. Seguramente iba al baño y estaba muy apurada; ya después le preguntaría la razón. Retomó su camino y salió del campus.

Eunbi comenzó a bajar la velocidad de su andar ya estando cerca a la cafetería. Dió un suspiro antes de entrar por la puerta y vió a Eunha sentada en una mesa de dos, apartada al lado de una ventana mientras jugaba con su celular.

—Llegas tarde. —Eunha se quejó al verla sentarse frente suyo.

—Lo siento, el profesor de economía se pasó la hora y no nos dejó salir hasta terminar.

—No importa. Voy a ir a pedir un combo, ¿Quieres algo?

—Lo mismo está bien.

—Está bien, espérame. —Eunha se levantó de su silla para dirigirse al mostrador a pedir su comida.

Se tardó menos de cinco minutos y regresó con una bandeja dejándola en la mesa. Repartió su parte a Sinb y tomó la suya.

— ¿Tu novia? —Preguntó Sinb por Sowon, algo que extrañó a Eunha un poco.

—Correción: prometida. Sojung y yo nos comprometimos. —Eunha levantó su mano enseñando el anillo en su dedo anular.

—Felicitaciones. —Eunbi dio un mordisco a su emparedado. El combo consistía de un emparedado, un café y una torta de chocolate.

—Gracias. —Eunha tomó un sorbo de su café. —Y respondiendo a tu pregunta de Sojung, ella ahora está en sus prácticas. Los de último año necesitan experiencia.

— ¿Qué estudia?

—Medicina. Por ahora es ayudante, pronto conseguirá un puesto mayor. Lo sé.

—Me alegro por ella. ¿Tú?

— ¿Yo qué?

— ¿Qué estudias?

—Sociología. Y no me vengas con que terminaré respondiendo llamadas en una central telefónica porque me he dejado crecer las uñas y no tengo miedo de usarlas. —Eunha amenazó a sabiendas que la mayoría de personas nueva que conocía la molestaban con eso. La frustraba escuchar lo mismo siempre.

—No te preocupes, es una buena carrera aunque no conozca mucho de ella. Solo el nombre.

—Es una hermosa carrera.

— ¿Yerin? ¿Qué estudia?

—Derecho. Quiere ser abogada.

—Interesante. Espero logré sus metas.

—Lo hará, tú mamá ya no podrá interferir en su vida nunca más.

—Créeme, no lo hará.

— ¿Has hablado de ella sobre Yerin? —Eunha la miró confundida. No quería que se volviera a repetir lo que pasó hace años.

—Ni loca, no pienso perjudicar a Yerin.

—Oh, bueno. Ya que estamos aquí será mejor que vayamos al punto. ¿Qué quieres saber?

—Todo. Desde el principio; cuéntame todo lo que sepas.

—Está bien. —Eunha tomó un sorbo de su café antes de comenzar. —Todo comenzó en el instituto, Yerin era muy tímida para acercarse a ti, así que se le ocurrió algo tonto pero cursi.

— ¿Qué cosa?

—Comenzó a dejar cartas en tu casillero. Cartas escritas por ella misma. Cuando me enteré me sorprendió mucho ya que Yerin no era de hacer esas cosas, pero lo hizo. —Eunbi miraba atenta a Eunha mientras narraba su historia de amor, nunca pensó que ella haría tales cosas ni que lo hubiera pasado. —Besaste a Jackson y Yerin se sentía fatal. Hubo un chico que hizo una fiesta en su casa, la lleve y mágicamente terminaron besándose.

— ¿Nos besamos?

—Sí, fue su primer beso.

— ¿Qué? —Ahora sus sueños cobraban más sentido. —Continua.

—Tu le respondías las cartas y ella te respondía a ti. Creo que la comenzaste a buscar por cuenta propia con tus amigos.

— ¿Amigos?

—Sí, Jackson, Dahyun, Sana, Momo, Tzuyu y Moonbin. No recuerdo si tenías más, solo a ellos.

—Los recuerdo a ellos, pero no lo que me dices. —Eunbi bajó su cabeza un poco decepcionada de ella misma. Aún no sabía porqué no la recordaba aunque hubiera buscado todos los caminos posibles para hacerlo.

—No importa, al menos ya sabes la verdad.

—Sí, sígueme contando.

—Un día Yerin se accidentó. Un carro chocó con ella y se lastimó la pierna izquierda, no fue grave pero no le permitió ir al instituto la última semana de clase. Eso llamó tu atención, la búscaste aún más. Seguiste a mi cuñada y a su novia para encontrarla.

— ¿Las seguí?

—Sí. —Eunha metió un trozo de pastel en su boca. —Lograste encontrarla. Tu plan era seguirla a escondidas pero un día te descubrí y hablamos sobre ello. Quedamos en que ibas a decirle la verdad a Yerin y así fue. Le entregaste una carta cuando entraste al cuarto de Yerin; ella quedó impactada pero sabía que tarde o temprano eso iba a pasar. Fue cuando se dieron su segundo beso y le pediste para estar juntas. Fue un lindo día hasta que tú mamá llegó. No sé porqué ni cómo se enteró de que estabas ahí pero las vió besándose y te llevo a rastras con ella.



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En el texto hay: kpop, gfriend, sinrin

Editado: 30.12.2020

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