23 Historias Cortas de Terror

Darkness

No sé dónde estoy, no tengo idea de cuánto llevo aquí ni lo que sea este lugar, he caminado durante hora y aun no puedo palpar alguna pared o muro, todo aquí es oscuridad.

Cada vez al despertar puedo sentir a mi lado un paquete, unas especies de bolsas, las cuales por su textura deduzco son de papel, estas contienen comida en envases que desaparecen tal y como llegan. Hoy decidí no dormir, me mantuve sentado con los envases de comida sobre las piernas para asegurarme que no desaparecieran, sentí los parpados pesados conforme pasaban las horas, tenía mucho sueño pero estaba deicidio a desvelar el misterio, en esta oscuridad reina también un silencio absoluto o eso creía yo, mientras intentaba no dormirme un lejano ruido se alcanzaba a escuchar un leve siseo como si una serpiente se deslizara a unos cuantos metros, durante varios minutos el siseo fue lo único audible pero poco a poco se fueron uniendo más y más sonidos hasta parecer una orquesta nocturna compuesta de crujidos, silbidos parecidos a los del viento, el croar de algunas ranas y algo parecido a la corriente de un rio, entre otros muchos sonidos que me son imposibles identificar.

El mío se apoderaba de mi acorde pasaban las horas, no podía explicar lo que sucedía a mi alrededor, no sabía si me encontraba en peligro o era una ilusión causada por la paranoia que de mí se adueñaba con el tiempo que tenía aquí.

Aun me encontraba sentado y temeroso, seguía sin entender nada, cuando sentí algo deslizarse por mi pierna, intenté agarrar aquello pero terminé por tacar mi propia piel, ahora entendía mucho menos la situación. Puede sonar estúpido a esta altura, pero luego de eso todo fue oscuridad.

Desperté nuevamente, como era de suponerse los envases de comida desaparecieron y en su lugar se encontraba otra bolsa de papel; vagamente se escuchaba aun aquella orquesta. Me puse de pie y arroje lejos la comida, grité desesperadamente, corrí hasta agotarme, finalmente caí de rodillas y llorando pedía clemencia a quien fuera que me escuchara.

<<Ya no lo soporto más, no permitiré que gane esta jodida oscuridad, debo escapar, volver a mi vida normal>> – Por favor, déjenme salir de aquí, sé que, mi vida no era perfecta pero la prefiero a estar un segundo más en esta “nada” – susurre entre llanto, pero de nuevo y como ya esperaba nadie respondió a mi llamado.

He despertado ya sesenta y tres veces desde que me di cuenta que estaba atrapado en esta oscuridad, hace diecisiete sueños que no pruebo la comida que aparece, perdí ya las esperanzas y las fuerzas, ya es normal escuchar ruidos en medio de este “mi mundo”, de hecho a veces puedo oír voces, murmullos lejanos, pero ya no tengo miedo pues esos murmullos y demás ruidos son mi única compañía.

Comencé a contar las veces que despertaba como “días”, hace dos días una de las voces dijo “aún sigue con vida”, no sé si fue real pero quiero creer que lo fue, desde ahí no he parado de gritar intentando darle una muestra de vida, no ha dado resultado alguno. Ochenta y cuatro días han pasado ya, desde ayer me siento más débil de lo normal, hoy no me he movido, estoy acostado en posición fetal y creo que ya no despertare jamás…

Abrí los ojos de nuevo y pensé que todo sería igual, pero ahora me encontraba en mi habitación, de vuelta a mi vida normal pero algo no se sentía del todo bien, no  me sentía cómodo, a pesar de lo horrible que había sido todo eso en cierto modo lo extrañaba así que me dirigí al baño, tome una cuchilla de afeitar, respire profundo y comencé a rasgar mis ojos, el dolor fue insoportable pero al comenzar con mi otro ojo ya estaba algo adormecido por lo que fue menos doloroso pero no por eso más fácil.

Ahora todo está bien ya hay de nuevo oscuridad.




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