Me cuesta entender hasta que punto somos capaces de llegar, habían pasado ya algunos días, no tenía planeado salir de esta habitación y no lo hice.
Recibía llamadas constantes de Patrick, a veces contestaba, otras no. Es que me es difícil seguir con esto y saber que en algún momento me enamórare y habré perdido más de lo que en este momento quiero ganar.
Me levanté de la cama al escuchar que alguien estaba entrando al apartamento, por un momento me quede tranquila pensando que quizás sería mi chófer, pero me acordé que él no tiene llaves de mi apartamento, haci que decidida a hacer cualquier cosa me puse de pie, con el alma en mis manos, tome un bate que había cerca de la chimenea que hay en la habitación y me escabulló entre aquel pasillo, sin hacer mucho ruido claro.
Al estar al límite de aquel pasillo, miro hacia la sala, no hay nadie, vi parte de el comedor y no había nadie, mi teléfono comenzó a sonar inmediatamente mire hacia la habitación....
-¡CARAJO! -Susurro, deseando que la llamada se pierda y mi móvil deje de sonar, no fue así.
En un intento de ir a la habitación, me doy la vuelta y camino lo más rápido que puedo sin hacer ruido, de repente siento como mi cuerpo se eleva y el bate ya había caído al suelo. Mi corazón se llenaba de aire hasta ya no poder más, me sentía atrapada, y recordé lo que mi padre (Bueno, adoptivo) me había enseñado para defenderme. Enrolle una de mis piernas a la pierna de aquel hombre que intentaba que yo no gritara, hice fuerza con mi pierna hacia adelante, el hombre se tambaleó un poco y dejo que mis pues tocaran suelo, era eso lo que necesitaba, hice fuerzas para doblar mi cuerpo y tomar una de sus piernas con mis manos, jale de la pierna y en cuestión de segundos aquel tipo estaba en el suelo, sufriendo de algún dolor.
Inmediatamente me di la vuelta para verle, de verdad que me dio un ataque de risa al ver que era Patrick, él seguía con los ojos cerrados, yo solo aún reía.
-¿Es en serio? -Se queja Patrick.
-¿Que haces aquí? -Le pregunte, imaginando miles de escenarios posibles o razones por las que vino.
-A ver si te había pasado algo malo, pero veo que te puedes proteger hasta tú sola ! -Me contesta ironizando algunas palabras, mientras se ponía de pie.
Mientras yo moría por dormir, él aún se quejaba de el dolor. Y fue ahí donde me pregunte por qué coños no aviso que venía, por qué no dijo mi nombre cuando entro al apartamento y por qué me tomo de la espalda.
Igual no pregunte, me vería como una estúpida si llegaba a preguntar. Pedimos el almuerzo, el silencio no era incomodo pero me empezaba a estresar un tantito.
Sabía que la llegada de él no era para ver si yo estaba bien, se traía algo más entre manos y no tardaba en soltarme la bomba. Haci que antes de eso me puse de pie.
-¡Tengo que irme! -Le aviso, a lo cual el me mira con tanta curiosidad que me es imposible hablar sin siquiera tararear.
-¿A donde? -Me pregunta
-Tengo una cita! -Sonrio lo más sincera que puedo. Tome mi bolso de el sofá y salí de el apartamento.
Al cerrar aquella puerta, sentí un poco de alivio, pensé que me detendría al decirle cita, mi mejor amigo si me hubiese detenido.
Caminé por algunos pasillos de el piso, no tenía ni idea a qué hora se iría, o si se quedaría por algunos días, estaba empezando a creer que me tocaría dormir en alguna banca de algún parque para no verle, es que en verdad tengo que esquivarlo todo lo que pueda si quiero sobrevivir a sus preguntas de cómo va todo con Clark, y la verdad ni siquiera he comenzado a trabajar en eso.
-¡Veo que espera a alguien! -Escucho al lado de mí. No soy de las mujeres que se asusta solo por qué le hablen al lado cuando creía que estaba sola.
-¡Me has pillado! -Le digo al mirarle. -¿Tienes algún plan para este momento? -Siento que mi corazón no tarda en acelerarse.
-¿Me estas invitando a una cita? -Habla él, con un tono un tanto subido.
-¡Olvidalo! -Digo lo más rápido que puedo y comienzo a caminar hacia el elevador.
-¡Ustedes las latinas son algo serias para las bromas! -Es un chiste verdad! Nosotras las latinas, como que si los europeos fueron los reyes de las bromas.
Como sea, esta vez el silencio si estaba siendo incomodo, después de todo creo que si iremos a algún lugar, íbamos en el ascensor y empezaba a sentirme incómoda, pensando en que Patrick está en el apartamento, con quien sabe que intención, yo he inciso a una cita a Clark, solo hace falta que Cameron aparezca, me llame y me grite que el plan es una falta de moral hacia mi persona, o que sé yo, que caiga sobre mí quizás un rayo.
-¿Entonces si? -Me pregunta él, le miro y veo que está algo sonrojado.
-¿Alguna vez te has enamorado? -Le pregunto ya que siempre que habla conmigo se sonroja por todo.
-No tengo tiempo para eso! Ademas no se que hay que hacer para enamorarse! -Contesta tímidamente.
Me da tanta ternura que sea así, es tan lindo.
-¿Por qué no haces tiempo para tí? -Pregunte, con la intención que me contestara el por qué no tiene tiempo para enamorarse.
Aunque para enamorarse no se necesita hacer tiempo, solo necesitas ver a alguien, conocer a alguien y creo que eso pasa sin necesidad que te des cuenta.
-Solo me concentro en el trabajo, no creo tener la necesidad de enamorarme. -Dice finalmente, luego de pensar mucho quizás que responder.
-¿Te enamorarías de mí? -Pregunte sin siquiera pensar, matenme... Como se me ocurrió decir esto. -¡Perdón! -Dije nuevamente para que no contestara.
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Estaba sentada en una de las bancas esperando a que Clark apareciera, había tenido una llamada de camino a los juegos mecánicos y en el estacionamiento decidió salir de él auto, caminar hacia la calle principal, le vi un instante hablando con un habré de traje gris, el hombre era joven, no tanto pero no pasa de los treinta años.
Cuando me percate que estaba cerca de llegar hacia mí me puse de pie y entramos a la zona de los juegos, creo que era caballerosidad o algo más pero no me dejó pagar mi entrada siquiera. Solo tenía la esperanza que al menos me dejara pagar cada juego al que subiera.