Después de dejar a Hee Do con Ho-Jin, no puedo soportar el dolor y decido regresar al bar donde estaba Hee Do para beber un poco de soju. El dueño del bar me reconoce y me dice: hace rato estuviste aquí, ¿verdad?. Asiento con la cabeza. El señor se sienta y me comenta: aquella joven que llevaste no lo ha estado pasando bien, ¿verdad? desde que rompió con su novio.
Yo le digo si, él señor continúa: recuerdo verla aquí llorando, diciendo que perdió su arcoíris. Nadie sabe a qué se refiere. Sin embargo, últimamente ya no la he visto. Los rumores dicen que la habían visto feliz con un chico.Me imagino que es su nuevo novio.
Solo asiento la cabeza, intentando contener mis lágrimas. Después de tomar un poco de soju decido regresar.
En el autobús, tomo la decisión de regresar inmediatamente a Estados Unidos. Estar en Corea solo me hará sentir peor.
Una vez en Estados Unidos, me dirijo hacia mi jefe. Apenas me ve, me pregunta ¿no se supone que debes estar en Corea?
Yo le digo fue una equivocación mientras le ofrezco una caja de ginseng que traje de Corea.
Él enojado me respondé: más vale que regreses a Corea, o si te quedarás sin trabajo.
Le sujeto la mano y me arrodillado le digo: acepte mis más sinceras disculpas. No volveré a cometer errores.
Mi jefe, aún molesto dice: estarás a prueba unos días. Si cometes un solo error, regresarás a Corea.
Le sonrió y me levanto, le digo :le prometo que así será.Lo abrazo y le agradezco repetidamente.
Así fue como estuve a prueba algunos días. Después de eso, volví a adaptarme al ritmo que tenía antes.
Pasaron los meses y, cada vez con menos frecuencia te recordaba. Cuando lo hacía, Hee Do, simplemente sonreía y te enviaba los mejores deseos, esperando que estuvieras bien.
De vez en cuando veía tus competencias. Te veías bien y llena de vida. Observe que en algunos torneos y entrevistas que Ho-Jin te acompañaba y cuidaba.
Y como era de imaginarse, un día llegó lo que más me temía, era una carta de Corea.
Apenas llegué del trabajo, mi jefe me la entregó y me dijo que la persona que la envió no sabía mi dirección. La tomé y ví que era de Hee Do.
Estuve ansioso todo el día, pensando en esa carta mientras trabajaba. Finalmente, llegó la noche. Tomé la carta y la abrí en mi recámara.
Apenas comencé a leerla, sentía un nudo en la garganta. La carta decía:
"Hola Yi Jin soy Hee Do, espero que te encuentres bien. En ocasiones ha podido observar tus reportajes, te ves bien. Pero pasando de tema quiero decirte que fuiste una persona muy importante en mi vida y quisiera que me acompañaras a dar este gran paso en mi vida, te espero en mi boda". Junto a esta nota traía la invitación. El nombre de Hee Do y Ho-Jin se veían reflejados en la invitación.
La boda era en 15 días y surgió un dilema en mí.No sabía si debía ir, pues verte feliz, Hee Do, me hacía feliz. Sin embargo, no sabía cómo eso me afectaría.
Pasé varios días pensando en que hacer. Hablé con varias personas a ver qué opinaban al respecto. Aunque la mayoría me dijo que no fuera ,ya que sería incómodo para el novio, pensé en ir.
No sabía con qué vestirme. Visité varias tiendas de ropa y me probé muchos trajes, pero ninguno me gustaba.
Hasta que finalmente encontré uno que me agrado, era un traje color azul.
Reservé mi boleto de avión y estaba listo para ese día. Sin embargo, como si fuera una señal o casualidad surgió un inconveniente.
Mi jefe me llamó justo cuando estaba al aeropuerto. Se había producido un atentado. Todos los reporteros estaban ocupados y no había nadie más disponible.
Me dijo ya sé que debes ir a esa boda, a pesar de que todos dijimos que no fueras, pero necesito que vayas a cubrir el reportaje. Luego podrás viajar.
Confundido y sin saber qué hacer, le respondí: no puedo ir ya estaba todo planeado.
Mi jefe, enojado me dice: debes de ir o te quedarás sin trabajo y cuelga.
Pensé un momento y decidí hacer el reportaje. Llegué al lugar y todo estaba cercado. Los policías nos informaron que no podíamos pasar, ya que todavía había personas adentro del lugar y estaban secuestradas.
Después de estar una hora ahí en aquel lugar, se escuchan disparos y gritos.
Todos entramos en pánico, de pronto sale un tipo con una mujer. La está apuntando a la cabeza, además dice que nadie se acerque o la volaré la cabeza como lo hice con la anterior.
Todos estabámos consternados y no sabemos que hacer.Sin embargo, un policía logró dispararle al hombre.
La reportera inglesa que estaba a mi lado se asustó y se apoyó en mi pecho. Después de un momento, la policía arrestó al sujeto.
Hice mi reportaje, la jovén inglesa se me acerca y me dice que si la acompaño a tomar un café.
Me disculpo y le digo que debo de ir a una boda.
Ella me pregunta: ¿vas solo?, te puedo acompañar.
Le digo lo siento la boda es en Corea, salgo corriendo y tomó un taxi.
Una vez en el aeropuerto, intenté comprar un boleto, pero no hay. Solo hay uno para el día de mañana.
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Editado: 02.09.2024