22 de Diciembre del 2019
En el recinto había mucha gente, la gran mayoría gritaban, otros aplaudían y alzaban las manos dirigiéndolas hacia un escenario enorme lleno de luces de tonos rojos, azules y blancos. Estaban a la expectativa de lo que se avecinaba y las emociones que corrían por dentro a cada uno de los presentes los impulsaba a comportarse de maneras distintas. En medio de esto las luces se apagaron y todo quedó en completa oscuridad, cuando se volvieron a encender estas eran de color verde oscuro, giraban en círculos apuntando a la parte superior del escenario, debajo de ellas todo era oscuridad hasta que todas las luces se dirigieron al centro de este y todos los presentes quedaron en completo silencio, las luces se quedaron quietas formando la palabra Dark lights con ellas, luego se formó la silueta de cinco hombres.
En el momento en que los artistas se separaron y se dirigieron hacia sus posiciones, un joven de veintiocho años quedó estático en medio del escenario, aquel joven alto, de ojos cafés claros y pestañas largas, de cabello medianamente largo y bien peinado hacia atrás, de contextura delgada, de rasgos faciales finos pero fuertes observó por pocos instantes a los presentes y finalmente se dispuso a acercarse a su lugar. En el momento en que la primera canción sonó Alex, su compañero, comenzó con una armoniosa y dulce voz. Él terminó su parte y él siguiente sería Daniel, pero en el momento en que le correspondía su voz no se escuchó, por el contrario, él solo permaneció por pocos segundos mirando hacia adelante, sin embargo cuando cayó en cuenta que era su turno ya era demasiado tarde. Sus compañeros lo miraron sorprendido, pero continuaron con lo establecido.
Al notar lo que había sucedido, Lorena observó directamente desde un extremo escondido del escenario a Daniel y se extrañó al verlo tan desorientado ya que era la primera vez que él se comportaba de manera tan extraña.
Pasó casi una hora y media de haber comenzado el concierto, los artistas se tomarían un pequeño descanso en el que lo utilizaban para tomar agua y cambiarse nuevamente para continuar. Lorena se dirigió hacia el camerino en donde estaría Daniel y los demás jóvenes, al entrar allí vio a Alex, Juan, Lucas, Mark y Santiago hablando y riendo, lo que no era común es que Daniel no estuviera con ellos.
- Hola chicos. - Lorena entró y les sonrió a todos mientras que ellos le devolvían la sonrisa. - ¿Saben dónde está Daniel?
- Si. - Santiago señaló en dirección contraria a la que ellos estaban. - Se fue para el cuarto conjunto. ¿No crees que está actuando algo extraño?
- No sé, solo he estado con él por poco tiempo. ¿Por qué lo dices?
- A mi parecer también está actuando extraño. - Mark tomó del brazo a Lorena y la encaminó en dirección en la que Santiago le había indicado. - No es habitual que se quede pasmado en medio del escenario. Habla con él y pregúntale qué está sucediendo, luego nos cuentas para saber qué podemos hacer porque hace tiempo no nos cuenta nada sobre él y ha estado distante. Me preocupa que esté pasando por malos momentos.
- No creo que me diga nada…
Mark soltó a Lorena y ella comenzó a caminar lentamente en la dirección que le habían indicado, al abrir la puerta de la habitación conjunta noto que él estaba sentado enfrente del espejo mirando su celular y contestando algunos mensajes, ella se acercó lentamente a él sin intención alguna de mirar sus mensajes, cuando la vio guardó inmediatamente su celular y la miró con rencor.
- ¿Qué estás haciendo aquí? - Daniel se paró de la silla y cruzó los brazos cerca del pecho. – No te he llamado ¿Qué quieres?
- Lo siento por venir, solo quería saber cómo estás. - Lorena dejó de caminar y le sonrió. - ¿Necesitas mi ayuda con tu peinado, o maquillaje?
- ¿Te he pedido ayuda? - Daniel la omitió por completo y se sentó nuevamente. - Cuando salgas, cierra la puerta.
- Daniel, solo quiero saber que te sucedió hoy en el escenario. - Ella se acercó a él y se paró justo detrás. - Sé que algo te ha sucedido…los chicos y yo también estamos preocupado por ti.
- No tienen que estar preocupados.
Daniel se levantó de la silla y salió de la habitación provocando un golpe ensordecedor con la puerta. Ella se quedó por algunos minutos sola en la habitación y luego se dispuso a salir de allí, cuando llegó donde se supondría que tendrían que estar los demás chicos noto que en esta solo estaba Lucas.
- ¿Hablaste con Daniel? - Lucas tomó algunas cosas e invitó con un gesto de cabeza a Lorena a que caminara junto a él.
- No pude hablar mucho. ¿Los demás se fueron con él?
- Si, también salí junto a Daniel, pero me devolví porque se me había olvidado unas manillas.
- ¿Te devolviste por unas manillas? - Lorena miró las manos de Lucas y vio unas manillas plateadas pequeñas sobre la muñeca. - Es la primera vez que las veo.
- Me las regalaron ayer.
- ¿Puedo saber quién fue? - Lorena le sonrió y él se puso tímido. - Quisiera saber quién es la afortunada…
- Lore, no pienses mal… Es una amiga. - Lucas dejó de caminar y apagó un poco los ojos. - ¿No es Isabella?
- Si, si es ella. ¿No es raro que venga a un concierto?
- Si es muy raro… - Lucas tomó el hombro de Lorena y hablo con un hilo de voz apenas perceptible. - Te la dejo a ti, a mí no me cae bien. Más tarde nos vemos al finalizar. – Lucas camino y pasó al lado de Isabella sin mirarla mientras ella se acercaba a Lorena.
- ¿Dónde está Daniel? - Isabella se paró enfrente de ella y la miro desafiante.
- En este momento debe estar por volver al escenario. Si te parece te puedo indicar donde está él.
- No, lo voy a estar esperando en el camerino. - Isabella se giró y dio pocos pasos para luego parar. - Cuando lo veas dile que lo estoy esperando en el camerino y haz lo que sea para que los otros no nos interrumpan.