Taemin intentaba acostumbrarse a esto de “ser un vampiro”.
Se había mudado a una nueva casa, y había conseguido otro empleo, turno nocturno, por supuesto. A Minho le gustaba cuidarlo siempre que podía, y a él esto no le molestaba en lo absoluto. Minho había comprado un auto para las idas y vueltas por el bebé. Los antojos, las citas de ultrasonido, las compras a última hora, entre otras cosas. Entendía perfectamente el hecho de que Minho no pudiera salir de día porque era un vampiro puro.
Taemin por su lado, no era puro, entonces salir de día, no le causaría más que un simple dolor de cabeza. Ya tenía tres meses encima del embarazo. Él podía o no comer comida de humanos, pero gracias a que estaba embarazado, debía ingerirla sí o sí.
Se enterarían si su hijo o hija fuera o no un vampiro, cuando cumpliera los quince años.
—¿En qué piensas, cariño?—preguntó Minho mientras saboreaba el cuello de su pareja.
—Pensaba en qué estabas haciendo en ese lugar el día que te encontré—Taemin lo miró con curiosidad.
Es cierto, nunca le había dicho qué estaba haciendo allí a esa hora desmayado.
Si Taemin no hubiera llegado, y el sol salía él probablemente hubiera muerto.
—Me persiguieron unos lobos—contó bajo los ojos curiosos de su pareja—El alfa pensó que quería morder a su pareja, para “emparejarme”, aunque yo sólo tenía hambre. Estaba hambriento y por suerte me encontraste—pasó una mano por la mejilla del otro.
—¿Aún te persiguen?
—No. Hice las pases con Jong Hyun hace un mes. Él es el lobo alfa—Taemin hasta hace tres meses no tenía idea de la existencia de los vampiros, y pensaba que los lobos no se quedaban tan cerca de la ciudad.
El mundo está lleno de sorpresas.
—¿Cómo quieres que se llame?—cambió de tema el ex humano mientras Minho miraba su estómago con cariño.
—Mmm... no estoy seguro.
—¿Si es niña?
—¿Wendy?
—¿Y si es niño?
—¿Yooguen?
—Me gustan—contestó con una sonrisa Taemin.
Seis meses después.
—CONDUCE MÁS RÁPIDO MINHO, YOOGUEN QUIERE SALIR, Y NO QUIERE ESPERAR.
Por suerte se le había ocurrido salir de noche. O Minho no podría haber salido.
No. Yo hubiera ido sí o sí. Con capucha o lo que sea, no me perderé el nacimiento de mi hijo.
—No puedo ir tan rápido, tenemos que tener cuidado.
—Okey, está bien—Taemin se calmó por un segundo, pero inmediatamente las contracciones volvieron—¡Ah, por favor, Yooguen, tranquilízate!
—Faltan diez cuadras, amor. Vas a lograrlo.
Taemin sonrió intentando ignorar el dolor.
Cuando llegaron, Minho se bajó volando del coche para abrirle la puerta a Taemin y entrarlo al hospital.
—¡Disculpen, está a punto de dar a luz!—gritó a la primer enfermera que vio.
—No me sueltes, Minho.
—No lo haré.
Se mantuvo pegado a él todo el tiempo, y durante el parto sostuvo su mano dándole seguridad y confianza. El parto duró cuatro horas. Taemin estaba exhausto pero se mantenía fuerte y estaba decidido a no ceder.
Yooguen iba a nacer, ese día, sin duda.
Cuando dio el último grito y escuchó un lloriqueo, supo que estaba bien. Todos estaban muy bien.
—Lo hiciste, Tae—giró la cabeza hacia Minho, quien tenía los ojos brillosos.
Era raro ver a un vampiro llorar.
Y tenía tantas ganas de morder a Taemin, para marcarlo nuevamente, pero no podía hacerlo allí.
—Lo hicimos—miró al doctor quien le entregó sano y salvo al bebé—Hola Yooguen—comentó haciéndole mimitos.
Taemin se fastidió porque quería seguir abrazando y besando a Yooguen, pero las enfermeras debían limpiarlo y tenerlo bajo vigilancia unas horas. Pero lo entendió, y Minho estuvo acompañándolo.
Cuando estaban a punto de salir se encontraron con dos chicos, uno rubio bajo y con mirada seria, y el otro un poco más alto pelinegro.
—¡¿Awww, ese es Yooguen?!—gritó el pelinegro.
Taemin no los conocía, pero Minho sí, eran los lobos de antes.
El serio era el alfa, mientras que el más animado era su pareja, Kibum.
—Hola Jong Hyun, buen amigo—puso su brazo al rededor de su cuello.
—Recuerda que yo también puedo morder. Y peor.
—Sí por lo que veo—señaló el cuello de Kibum y éste se tapó apenado.
—¿Ustedes son...?
—El lobo feroz y su esposa—Minho comentó divertido.
Taemin se rio y le dejó a Kibum cargar a su hijo.
Cuando por fin volvieron a la casa, estaban tan cansados.
No sabían qué hacer primero.
Acomodaron a Yooguen en la cuna que tenían preparada y Taemin se lo quedó viendo enamorado por aquel chiquillo.
En eso, Minho se acercó de atrás y lo mordió en el cuello.
Taemin se removió y cuando Minho se separó de él, aprovechó para morderlo él.
—Vampiro pervertido.
—Entonces él será como su padre.
El comienzo de una familia feliz.
Con un secreto, un secreto un tanto peculiar.
Editado: 25.07.2020