2min-shots

Antónimo de amor

Odiaba a Choi Minho.

Odiaba lo atlético que podía ser.

Odiaba lo guapo que podía ser.

Odiaba lo popular que era.

Odiaba que siempre lo molestara por tener su cabello largo.

Simplemente lo odiaba.

Y ni se imaginan cuánto lo odió cuando comenzó a salir con su hermana. Media hermana.
Daba igual.

No quería que un rompe corazones como él estuviera con ella.
Seul Gi se merecía algo mejor.

—Deberías dejarlo—Taemin comentó enojado viendo como su hermana se preparaba para salir en una cita con él.

Su hermana rodó los ojos.
—¿Otra vez con lo mismo, Tae?

Él se cruzó de brazos aparentando ser más serio e inteligente que ella.
Aunque ambos sabían que no era cierto.

—Deberías dejar tus celos de lado y alegrarte por mí—dijo mientras acomodaba su flequillo y se pintaba los labios nuevamente.

—No estoy celoso. Sólo te cuido.

—Como sea, ¿por qué te cae tan mal?

Técnicamente, ni él tenía una respuesta precisa para eso. Simplemente no le agradaba.
Como cuando ves a una persona y piensas “no me agrada” sin conocerla. Exactamente era así.

Aunque en el fondo, no estaba siendo cien por ciento sincero consigo mismo.

—¿A qué hora vendrá?

—Ya debería haber venido.

Taemin quedó confundido.
—¿Hace cuánto debería haber venido?

Seul Gi miró su reloj y luego regresó su mirada a su ropa—Hace una hora.

—¿¡TE DEJÓ PLANTADA?!

Otra razón para odiarlo.

—No seas exagerado. Probablemente sólo se atrasó.

Seul Gi no se veía preocupada en lo absoluto.
Casi parecía que no le importaba Minho. Sólo le importaba su maquillaje, porque llevaba frente al espejo veinte minutos. Taemin se indignó y bajó a la sala, puso el canal de comidas y se quedó viendo unos minutos, hasta que su hermana bajó a toda prisa.

—No vendrá, debe arreglar su auto.

¿Su auto era más importante que su novia? Já.

—¿Y a dónde vas entonces?

Seul Gi lo miró con una expresión obvia—No me quedaré aquí, ya me arreglé. Saldré de fiesta.

—Cuídate. Y no llegues tarde.

Se arrimó a su hermano y lo besó en la mejilla. Acto seguido salió dando un portazo.

¿Se enfadó o no?

Aish, quién entiende a las mujeres.

Habrán pasado unos veinte minutos hasta que escuchó un auto aparcarse afuera. Sus padres estaban visitando a su abuela, era imposible que hubieran llegado antes.

Cuando se asomó por la ventana vio al ser que más odiaba a punto de tocar el timbre, y Taemin deseó haberse ido con su hermana en lugar de verlo a él.

Púdrete.

Tú y mi timbre, el cual deberé desinfectar luego.

El timbre sonó una vez, pero él se negó a atenderlo.
Sonó otra vez, lo mismo.

Una vez más y se hartó.

En cuanto abrió la puerta no le dio tiempo ni a saludar y él ya le había gritado en la cara.
—Seul Gi no está.

Lo miró de cerca.
Lo miraba de arriba a abajo y el menor se removió incómodo.

—No me mires así, baboso.

Minho puso una maliciosa sonrisa. No era tan tranquilo como aparentaba este tal Taemin.
—Yo... Lo siento. ¿Puedes enviarle un mensaje? Olvidé mi celular.

Taemin dudó.
Pero lo dejó pasar mientras él buscaba su celular y llamaba a Seul Gi.

No contestó.

Demonios.

Intentó nuevamente mientras la mitad de sus sentidos estaban concentrados en vigilar al intruso. Bueno, a Minho. Le mandó un mensaje y dejó su celular a un lado, pero justo después de hacerlo, Minho lo tomó de las muñecas y lo pegó a la pared.

Taemin luchó y se removió para intentar zafarse, pero era inútil, era más grande y fuerte que él.
El menor estaba desesperado y aterrado. El castaño tomó un mechón de su largo cabello y lo olió.

Su cabello era una de las razones por las cuales Minho siempre se burlaba de Taemin. Parecía una chica con el cabello largo y castaño.

—No me toques—comentó decidido.

Pero el mayor sólo se arrimó aún más a Tae y pasó su lengua por su cuello.
—¡Qué asco, vete!—le gritó en el oído.

—Eso es imposible, eres irresistible.

Taemin evitó tanto como pudo sonrojarse, pero le fue imposible y a Minho le gustó.

—Te recuerdo que sales con mi hermana—dijo a centímetros de sus labios.

—Pero a decir verdad—pausó—tú me interesas más que Seul Gi—intentó besarlo pero Taemin le mordió los labios.

Qué gatito rebelde.

Pellizcó un pezón de Taemin y lo hizo gritar, aprovechó la oportunidad para meter la lengua en su boca.
Exploró la cavidad del menor mientras éste intentaba cerrar la boca con rabia.

O al menos intentaba morder a Minho.

¡Suéltame!

Apoyó su pierna izquierda entre las piernas de Taemin abriéndolas y sintiendo la creciente erección.
Terminó de chupar sus labios—No estás tan en contra de esto como parece, Taeminnie.

Respiró con dificultad.

—Cállate, es una reacción natural.

—Como digas—llevó su mano para masajear el miembro del menor mientras Taemin le clavaba las uñas en el cuello.

—Gatito, estás bastante húmedo aquí abajo.

No debería hacer eso, no debería sentir eso, y absolutamente no debería hacer nada de eso con Minho.

Con Minho.

Su mente no dejaba de vagar mientras tenía los ojos cerrados a punto de soltar palabras irracionales.
Y ninguna de ellas era para detenerlo.
Abrió los ojos como platos cuando sintió cómo le bajaba los pantalones y luego el bóxer.

—No... no... ¡Minho!—cuando bajó la mirada lo tenía entre las piernas chupando su miembro.

Minho. Choi Minho. Está chupando. De arriba a abajo.

Detenlo.

Choi—aunque habló, simplemente se escuchó como un gemido—No...

Los cabellos de Taemin estaban pegados a su rostro y a su cuello gracias a la transpiración. Estaba excitado, caliente y fastidioso.
Y las tres eran causadas por Choi Minho.

La sensación era tan placentera.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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