A simple vista, a difícil comprensión

“Everybody”, el nuevo mini álbum del grupo SHINee había salido, y era un éxito, sobre todo por su canción principal, con el mismo nombre.

La coreografía, poderosa, interesante. Se veía difícil pero fácil a la vez. Era todo un arte resumido en un poco más de tres minutos.

La coreografía.

Esa que incomodaba tanto a Taemin como a Minho.

Todo por ese paso.

Ese, en el que Minho se pegaba a él y lo tomaba por la cintura. 
Taemin tuvo un pequeño “accidente” la primera vez que la ensayaron, lo bueno es que ni Kibum, ni Jonghyun, y mucho menos Onew se dio cuenta de eso.

Taemin se había excitado. Sentía las manos de su Hyung en la cintura, apresándolo y pegándolo hacia su… Bueno, eso.

Por su parte, Minho se sentía un poco extraño cuando lo hacía, le gustaba la sensación de pegarse al menor, pero no era algo que podría admitir. Por suerte los fans nunca se dieron cuenta de lo que pasó en una presentación en específico. En la que Minho estaba erecto, y Taemin lo sintió, lo sintió todo, porque el descarado de su Hyung presionó todo contra él, y su rostro se enrojeció.
Por supuesto siguió cantando como si nada.

Ese mismo día, cuando llegaron al departamento que compartían, Jonghyun y Kibum se habían ido a una sesión de fotos, y Jinki debía asistir a un evento de caridad. 
Quedaron solos.

—Taemin—llamó al menor haciéndolo volver a la realidad.

—¿Sí? ¿Qué?—soltó mientras se acomodaba en el sillón.

—Necesito hablar contigo.

Yo igual.

—Durante Everybody—

—Minho, detente.

Taemin agachó la mirada intentando disimular el color que había tomado su rostro al recordar esa sensación. Tres segundos antes de que pasara, miraba los rostros de sus fans mientras sonreía intentando emocionarlas, pero luego su rostro cambió. No se puso de piedra, tampoco exageró la reacción, simplemente miró hacia abajo mientras los dedos de Minho se clavaban en su cadera atrayéndolo hacia él. 
Él no entendió si Minho lo había hecho a propósito o qué.

Sí supo que esa sensación le gustó, pero por pura lógica no podía permitirse ese lujo.

—Taemin, espera, es importante—quiso frenarlo antes de que Taemin se encerrara en el dormitorio.

Hizo lo que ambos deseaban y se negaban.

Lo tomó por la cintura y se pegó a él. 
Taemin se quedó inmóvil. Separó los labios varias veces para hablar, pero sus cuerdas vocales se negaban a largar un sonido. Sus manos estaban temblando bajo el tacto de Minho sobre él.

—Taemin—acercó su boca a su oído y el menor largó un suspiro.

La alarma en su cabeza se encendió.

—Minho, ¿qué…?-

Pasó sus brazos alrededor de su cintura y lo abrazó llevándolo hacia atrás, se sentó en el sillón con Taemin aun encima suyo.

Taemin no tenía fuerza. Si bien comía, y comía bastante frutas, no tenía ni un medio de la fuerza que tiene Minho. Dejó sus manos apoyadas en sus piernas, expectantes.

Esta posición era común entre los dos durante la era de Replay. Pero habían crecido.

—Suéltame.

No le hizo caso, sólo lo obligó a darse vuelta, cosa que fue difícil en esa posición, pero cuando lo logró, Taemin quedó con ambas piernas alrededor de él.

—No podemos hacer esto—bajó su mirada y se mordió el labio cuando vio el estado de su Hyung. Él estaba igual.

Desde que se dieron un beso accidentalmente en un programa de variedades en la era de Ring Ding Dong, Taemin decidió alejarse de él. No tanto, pero ya no había tanto tacto como antes.

Antes cualquier excusa les venía bien para tocarse.

Y parece que el ciclo estaba a punto de reiniciarse.

Minho llevó un mano al rostro de su compañero y lo acarició suavemente, mientras el opuesto se acercaba aun más al tacto en su mejilla. Como un gato.

Tenía tantos deseos de hacerle algo.

—Taemin. Mírame.

Abrió los ojos y vio cómo el rostro de Minho estaba cerca del suyo. Automáticamente cerró los ojos y no se movió, el mayor tomó eso como un sí y se acercó a él.

Comenzó un beso que tenía la intención de ser tranquilo y suave, pero el problema surgió cuando Taemin se removió encima suyo frotando las entrepiernas juntas.

Él no podía soportar eso. Un beso salvaje apareció de la nada mientras le dejaba marcas de agarre en sus muslos. Llevó sus brazos rodeando el cuello del mayor y separó más los labios mientras aceptaba la lengua que insistía en entrar en su boca.

Minho mordió su labio superior hasta hacerlo sangrar y él no se quejó, estaba más ocupado intentando tocar el pecho marcado que poseía, a comparación del suyo, bastante blanco, un poco marcado, pero no como ese.

Era bastante consiente de cuántas flamers quisieran estar en su jugar ahora mismo. Lo mismo pensaba Minho.

—Tae, bebé.

Amaba cuando le decía así. Ese apodo no lo había escuchado en mucho tiempo viniendo de él.

—Detenme antes de que sea tarde.

Las manos de Taemin fueron a parar a su pecho intentando separarlo, pero se distrajeron, se olvidaron de su orden y comenzaron a manosear cuanta carne encontraban.

—Deja de excitarte, maldita sea.

—No es mi culpa.

Abandonó toda oposición y le dejó al descubierto los abdominales a Minho. Le quitó la camisa y la arrojó lejos, acercó su lengua y la pasó por la piel bronceada del mayor.

Minho dejó sus brazos estirados en el respaldo del sillón, uno a cada lado, y disfrutó viendo cómo su compañero lo degustaba. Él era mayor que él, debía detenerlo, pero su mente estaba ocupada imaginando qué tan apretado sería el ano de Taemin. De sólo imaginarlo, se acaloraba más y más.

Si tan sólo la gente, sus fans, los medios se enteraban de esto.

—Minho.

Centró su mirada en los labios contrarios y se aventuró a profanarlos nuevamente. Era irresistible. Siempre había sentido cierta atracción hacia el menor del grupo. Y sabía que Taemin no era ajeno a eso, él simplemente no decía nada. A ninguno de los dos le molestaba que las fans lo juntaran como una pareja. Tampoco les incomodaba hacer un poco de fanservice para ellos, pero esto era otro nivel.