Detrás de Escena

Minho estaba sentado sobre una de las escaleras que daban al escenario, por las cuales aparecería Taemin y sorprendería al público.

Los gritos crecían con cada minuto que pasaba, todos esperando a que apareciera.

Minho veía cómo terminaba de ponerse la ropa, admirando cada trozo de piel que mostraba. Taemin le sonrió de manera pícara y Minho se lamió los labios. No obstante, el menor le dio una mirada de advertencia.

“Luego”.

Asintió y le hizo unos gestos para que se acercara, Taemin lo hizo chistando. 
—Minho~ —el nombrado posó sus manos en su cadera, pegándolo más a él—Debo salir ahora—soltó, pero sus manos ahora estaban frotando el pecho de su compañero de grupo.

—No es justo—intentó hacer un puchero—Vine a acompañarte, merezco una recompensa.

—No me tientes—le advirtió, pero la mirada intensa de Minho le pudo—Bien—se acercó lentamente a su boca y pegó sus labios a ella. Los miembros del staff los miraban sonriendo enternecidos; escenas como esas pasaban casi siempre. Movió aún más la boca aumentando el roce mientras las manos de Minho apretaban completamente su cintura, sin dejar que se moviera siquiera unos centímetros.

Taemin gimió en cuanto sintió el bulto de Minho clavarse sobre el suyo, logrando excitarlo.

—Hyung, tengo que—Minho lo interrumpió con un último beso antes de liberarlo y guiñarle un ojo. Abrió y cerró la boca pronunciando silenciosamente unas palabras, las cuales Taemin entendió luego de unos segundos.

“Hazlo bien, hermoso”.

Taemin intentó ocultar su sonrojo y le sonrió antes de subir al escenario. En cuanto los gritos aumentaron de golpe, Minho se levantó y se dirigió al camerino del chico.

La música se escuchaba desde allí. Se recostó y comenzó a tararear las canciones de Taemin. Luego de media hora, se durmió.

Mientras Minho abría los ojos lentamente, un peso en su pecho lo ponía en alerta. Abrió los ojos de golpe y vio a Taemin con la vestimenta de “WANT” encima suyo; provocativo a más no poder.

—Qué agradable sorpresa—balbuceó acariciando sus manos.

Sonrió pícaro y tanteó los botones de su traje bajo la mirada atenta de Minho. Los desabrochó y se la quitó, dejando ver su pecho.

—¿Quieres...?—insinuó con un poco de pena.

—Esas cosas no se preguntan.

Taemin se abalanzó sobre su cuello y comenzó a besar cada rincón de él, mientras Minho, manoseaba su parte trasera, metiendo la mano dentro de su ropa. Comenzó a mover su cadera creando más fricción entre ambos cuerpos, todo sin despegar sus labios del cuello del mayor, y éste comenzó a frotar con una de sus manos el miembro excitado de Taemin.

Minho levantó la espalda del sillón y se sentó, se quitó la prenda superior, empujó a Taemin sobre su espalda y se posicionó encima. Desabrochó su cremallera y tironeó del traje; separó sus piernas y se posó entre ellas.

—Min~ te necesito—rogó. Se quitó su ropa interior e intentó quitársela a Minho; éste lo ayudó, quedando ambos cuerpos desnudos, rozándose.

Posó sus manos sobre las piernas de su compañero y las subió, dejando a la vista su agujero. Taemin cerró los ojos ansioso, estaba ardiendo. El show lo había dejado exhausto, pero aún así tenía muchas ganas de entregarse a Minho.

—Relájate.

Entró desesperadamente rápido disculpándose al instante, pero estaba igual o peor de caliente que Taemin—¡Min-ho!—gimió adolorido.

Esperó unos segundos para moverse y cuando lo hizo, Taemin acomodó sus piernas alrededor de él; ahora era él quien lo apresaba. Tiró la cabeza hacia atrás y comenzó a moverse, entrando y saliendo de su pareja, deleitándose con los sonidos obscenos que hacía.

Minho puso ambas manos una a cada lado del rostro de Taemin, encerrándolo, y éste apretaba sus brazos mientras era empotrado al sillón.

Al día siguiente tenía otra presentación, así no podría bailar como siempre, pero amaba esta sensación, mas no el dolor del día siguiente. Las caderas le dolerían terriblemente, tanto que Minho tendría que cargarlo de aquí para allá, como ya ha pasado varias veces.

—Hyung, ¡sí, más!—su cuerpo estaba rendido totalmente ante él, además de que encajaba completamente con el de Minho.

Unas gotas de sudor se asomaban por la frente de Minho y caían sobre el abdomen de Taemin; la mirada de éste se clavó sobre su miembro siendo frotado por Minho. 
En cualquier momento llegaría el orgasmo, ambos estaban tocando el cielo con las manos.

—Tae—atacó sus labios dejándolos rojos por tanta fricción.

Taemin lo miró abrumado, estaba a punto de venirse, al igual que Minho. En cuanto logró hacerlo, se desparramó en el sillón, y luego Minho hizo lo mismo sobre él.

Se quedaron en silencio, admirando ambas respiraciones coincidiendo entre sí. Taemin se durmió y Minho salió de él. Le colocó su ropa interior y él se puso la suya, para luego tapar ambos cuerpos y recostarse a su lado, sintiendo su calor.