Irreal

Minho paseó su mirada por el rostro nervioso y tímido de Taemin. Desvió la mirada y la llevó hacia la pantalla de su celular para ver la hora, pero extrañamente no pudo leerla, además de que el nerviosismo de su amigo lo preocupaba y lo desconcentraba.

Minho miró sus manos, pero no logró enfocar su mirada en ellas ya que Taemin finalmente habló.

—Minho...

Minho volvió su vista al de cabello rosa—¿Sí...?—preguntó, pero Taemin seguía en silencio—¿Qué es lo que querías decirme?

Estaban sentados en su cama. Su dormitorio estaba completamente en silencio.

Le dijo que tenía algo que decirle, pero desde que habían entrado al cuarto, Taemin no había soltado ni una palabra. 
—Yo... —sus mejillas estaban algo rosadas.

—¿Qué es?—su propia curiosidad lograba impacientarlo.

El joven de cabello rosa parecía estar dudando mucho.

—Es... vergonzoso decirlo... —agachó la cabeza, mirando hacia sus piernas. Sus dedos nerviosos apretaron su pantalón y sus ojos se centraron en los detalles de sus anillos. Minho no reconocía los anillos que tenía puestos.

Colocó su mano izquierda en su espalda, acariciándola amigablemente—Puedes decirme lo que sea—intentó consolar a su amigo mostrándole una sonrisa.

Taemin sonrió al instante, pero su sonrisa se borró a los pocos segundos.

—Yo... —comenzó, desconectando su mirada de Minho— ...soy distinto a ti...

El ceño del azabache se arrugó.

—¿A qué te refieres?—sin entender.

—Físicamente... —dijo lentamente.

La mirada de Minho se clavó sobre el rostro abochornado de Taemin, quien no quería mirarlo.

—No entiend-

—Soy transexual.

Aquellas dos palabras dejaron en total silencio la habitación. Minho seguía mirando a su amigo, recalculando lo que le había dicho y esperando que dijera que le estaba tomando el pelo o algo así, pero aquello no sucedió.

Taemin estaba mirando hacia abajo, sin moverse. Juntaba sus piernas y sus puños estaban sobre sus muslos, apretaba el pantalón con los dedos.

La mirada de Minho bajó por su cuerpo, ignorando su chaqueta negra abierta y su camiseta blanca con letras negras y dirigiéndose hacia su jean azul, hacia aquella zona de la cual el menor estaba hablando.

Taemin se puso a jugar con el brazalete que tenía en la mano izquierda. Estaba muy avergonzado como para mirar a Minho.

—¿Es... en serio?—preguntó volviendo la mirada a su rostro.

Taemin respondió después de un largo silencio—Sí—dijo por lo bajo—Eres mi amigo, y no sé... —pausó—Sentí que debía decírtelo.

Minho estaba anonadado.

Volvió a concentrar su mirada en la parte baja de Taemin. Pensar que su amigo no tenía lo mismo que él ahí abajo era... extraño, pero no lo asqueaba.

En realidad, Minho...

Lo que estaba pensando era muy descarado, pero no podía evitarlo.

—¿Puedo... ver?

Apenas lo escuchó, los latidos de Taemin se incrementaron. Lo miró a la cara y Minho pudo apreciar perfectamente sus mejillas carmesí.

—¿Quieres... ver?—Taemin preguntó lentamente, algo avergonzado. Luego de varios segundos sin respuesta, agregó—¿No me crees?

—No, no—respondió rápidamente—No es eso. Es... —no sabía cómo justificar su pedido—No importa, no tienes que hacerlo... si... —su voz se fue frenando a medida que Taemin se quitaba las zapatillas, se situaba en medio de la cama y llevaba sus manos lentamente al cierre de su jean.

Taemin se bajó el cierre del jean azul lentamente, tímido, bajo la atenta mirada de Minho.

Cuando finalmente se lo quitó, los ojos de Minho se clavaron en su ropa interior, esperando notar la presencia de su bulto, pero no encontrándolo.

Taemin juntó sus piernas por un momento.

Sus dedos estiraron levemente el elástico de su calzoncillo, bajándolo muy despacio. Flexionó ambas piernas, aún sin separarlas, y terminó de retirarse la ropa interior.

La mirada de Minho se posó en sus pálidas piernas.

Minho se acomodó más cerca de él, justo enfrente suyo, y luego de unos cuantos e incómodos segundos, Taemin abrió las piernas. Minho prácticamente estaba entre ellas.

La mirada de Minho inmediatamente bajó hasta ahí, clavándose entre las piernas de su avergonzado y tímido amigo.

Taemin no le estaba mintiendo.

Su amigo no tenía lo que él sí ahí abajo.

Sus ojos no podían dejar de ver su abertura rosada; retenía toda su concentración. Tardó un poco en notarlo, pero Taemin no tenía bello en aquella zona.

Al darse cuenta de que Minho no dejaba de mirar su parte íntima, Taemin desvió su mirada, sintiendo sus mejillas arder.

Minho se colocó sobre sus rodillas, sin despegar la vista de ahí.

—¿V-Ves?—comenzó, tímido—No estaba min-

El cuerpo de Taemin se estremeció al sentir el tacto de su amigo entre sus piernas. Cerró los ojos por un instante y enfocó su vista en lo que estaba haciendo el azabache. El dedo índice de Minho estaba pasándose delicadamente sobre sus labios mayores.

Taemin atrajo las piernas hacia sí de la sorpresa.

—¿Q-Qué haces?—se movió un poco hacia atrás.

La mano izquierda de Minho estaba posada sobre la rodilla de Taemin, mientras su mano derecha estaba entre sus piernas, tocando con uno de sus dedos su parte íntima.

Llevó su dedo al centro, acariciando su parte rosada y Taemin suspiró. Inmediatamente lo miró a la cara, la cual estaba completamente sonrojada.

Un escalofrío lo recorrió de la cabeza a los pies en cuanto Minho presionó su dedo ligeramente hacia su interior.

—No... No hagas eso... —su voz salió entrecortada, soltando suspiros en el medio de la oración.

Taemin se mordió el labio y la expresión que se formó en su rostro le hizo a Minho ser consciente de lo apretados que estaban sus pantalones.

Minho regresó su mirada a lo que estaba tocando y presionó un poco más aquella zona sensible, logrando que suspirara nuevamente.