3. Cazadores Legendarios. Las Reliquias del Rey Mistico

2. Un duro golpe en el peor momento

La directora salió corriendo de la enfermería, dejando la sala en silencio absoluto. Todos se miraron con todos hasta que sin decir nada,Derexsalió de la enfermería acompañado de Stephen. Sin saber qué hacer, Izan salió de la sala para investigar aquel edificio. Y por último, Sarah y Eric salieron al pasillo, dejando a Roberto descansar.

– Que temperamento tiene esta mujer... –Dijo Eric suspirando.

– Lo sé. Ya se dará cuenta ella sola de sus actos – le comentó Sarah.

– Eso no te lo crees ni tu...

– Bueno. Dejemos ese tema, que ya estoy harta – Sarah rodea con sus brazos a Eric, quedándose a un palmo de distancia –. ¿Qué tal la herida?

– Bien. Ya se ha cerrado del todo gracias a esa crema especial – se acercómás aun Eric.

– Me alegro. Así esta noche podemos salir a cenar –propuso Sarah mirándole a los ojos.

– Con que esas tienes eh... – Dijo Eric con tono de vacile y a continuación se besaron de forma apasionada.

–Agh. Qué asco por dios. ¡Queréis parar!– Se quejó Henry mientras evitaba el mirarlos.

–¡Henry! ¿Qué haces aquí? –Preguntó Sarah.

– Stephen me ha dicho que os tenía que ayudar en algo. Pero no me ha dicho el qué – dijo Henry con bastante curiosidad.

– Ah. Las reliquias. Queremos que busques información acerca de ellas – dijo Sarah mientras veía como Henry apuntaba algo en la tablet–. Ya me encargo yo. Eric, puedes irte – dijo Sarah desviando su mirada hacia Eric.

– ¿Nos vemos esta noche a las 9? ¿En el sitio de siempre? – Propuso Eric.

– Ok. Perfecto – Respondió Sarah con una sonrisa de lado a lado.

 

A la noche, Eric estaba en el restaurante de siempre, en la mesa de siempre, en la silla de siempre y como no, atendido por el de siempre. Como de costumbre, llegó pronto, así que se entretuvo con el móvil viendo las ultimas noticias que había sobre España y sobre su ciudad, Madrid. Estaba leyendo la noticia acerca del desarrollo urbanístico de Madrid Norte, cuando Sarah le interrumpió.

–Has llegado antes ¿Cómo siempre, no? – Le dijo Sarah mientras le da un beso a Eric en la frente y a continuación se sienta.

– Bueno. Es una costumbre –explicó Eric mientras dejaba el móvil en la mesa.

–¿Qué estabas mirando? – Le preguntó Sarah mientras se acomodaba en la silla.

– Nada. Una noticia acerca de Madrid – dijo Eric sin apenas interés.

–¿Algo interesante? –curioseó Sarah.

– No nada. Solo que al parecer ya han desbloqueado el desarrollo de Madrid Norte – le explica Eric brevemente.

–¡Chicos! – Apareció de la nada el vampiro –. ¿Quéqueréis?

– Hoy vamos a lo sano. Quiero una ensalada de pasta –respondió Eric mientras veis como el vampiro lo apuntaba en tan solo un segundo.

–¿Y tú, querida? – le preguntó el vampiro a Sarah.

– Lo mismo, por favor –añadió ella, haciendo que Eric se extrañase.

–¿Para beber? –Preguntó por unaúltima vez el vampiro. Que miró primero a Eric, pero su expresión era de no tener ni idea, así que miró a Sarah en busca de una respuesta.

– Una botella de vino tinto, por favor –respondió al fin Sarah.

–Tráemetambién un vaso de agua –añadió Eric justo antes de que el vampiro se marchase.

–¡Entendido! – Se marchó el vampiro en un abrir y cerrar de ojos.

– Bueno Sarah. ¿Qué planeas? ¿Por qué esta cena? Normalmente soy yo el que propone estas salidas – Eric sentía bastante curiosidad mientras veía que Sarah se había maquillado.

–¿Es que siempre vas un paso por delante?– Refunfuñó Sarah.

– Tranquila. No era mi intención– se disculpó Eric.

– Te he traído aquí para conocerte más – le explicó Sarah –. Apenas se algo de ti fuera del mundo mágico. Nunca hablas de tus padres. No sé si tienes familia o no. Que has estudiado, a que ibas a dedicarte antes de que tu vida cambiase, gustos musicales, que te gusta hacer en el tiempo libre... Es una larga lista de cosas interminables.

– Con que eso era... Me lo podías haber dicho, no hubiera pasado nada –respondió Eric con una sonrisa.

– No sé, quería hacerlo de forma diferente –Sarah se sinceró.

–Aquítenéis– apareció el vampiro con toda la cena. Dejó los dos platos y por último la botella de vino –. Que aproveche – desapareció de nuevo el vampiro.

– Veras. Mis padres viven en un pueblo a una hora y media de Madrid. Les agobiaba tanto la contaminación y el estilo de vida, que decidieron irse. Mantengo el contacto con ellos lógicamente. Hablamos por teléfono una vez por semana y nos solemos ver una o dos veces cada año – pausó Eric para dar dos bocados a la ensalada –. ¿Familia? ¡Claro que tengo! –miró a Sarah, que estaba empezando a cenar –. ¿Qué estaba estudiando? Ingeniería. Pero creo que fue un error, creía que era una cosa, pero es otra completamente diferente – pausó para beber un poco de vino y comer un poco de ensalada –. ¿Trabajar? Pues ni idea la verdad. ¿Gustos musicales? Música pop. ¿Qué me gusta hacer en mi tiempo libre? Pasarlo junto a ti.




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