No me gusta disgustarme con la gente que amo. Incluso evito que las discusiones se salgan de control pero, hoy Leo se excedió. Una cosa es intentar ver la situación desde una perspectiva distinta, y otra, tachar de egoísta, impulsivo y manipulador al alguien que en ese momento no puede refutarlo. Nada te da ese derecho, y menos si no explicas en que te basas para darle esa descripción, ni siquiera si es alguien a quien hasta hace solo unas horas llamabas amigo.
—Solo vete Leo. Necesito estar sola. —Le digo y me alejo de él.
Subo la escalera lentamente y me distraigo con los cuadros y portarretratos que cuelgan de la pared. Hay fotos mías de cuando era niña, en algunas estoy sola, en otras con mama, hay otras más recientes en las que poso con mis amigos y Paul. Me causa gracia que Lu tiene el cabello de un color diferente en cada foto que aparece, y son unas siete.
Entro a mi habitación y me encuentro con vidrios regados por el suelo. Busco para ver que se pudo haber roto, y gracias a una corriente de aire que antes no había, descubro que el origen del desastre es mi ventana. No me explico cómo es que esto sucedió, pero de igual modo salgo a buscar con que limpiar. Estoy sola en casa, mi madre se fue a almorzar con unos clientes a los que les está planeando su boda, pero dijo que volvería pronto, tuve que convencerla de que no había ningún problema con que ella saliera un par de horas.
Mi habitación no es muy grande, así que no tengo más que mi cama, la cual está en el centro de la pared del fondo, y es como el elemento que organiza el resto de cosas. Hay un closet que abarca toda la pared frente a esta, con compartimientos destinados a ser guardarropa, escritorio, peinador y biblioteca. A la izquierda están la ventana y la mesita de noche, y a la derecha la puerta de entrada y el baño. Es decir no hay lugar para esconder demasiado así que fue fácil encontrar lo que rompió el vidrio de la ventana. Una piedra, envuelta en papel y cubierta con una bolsa. Asumo que es alguna broma de los chicos vecinos, y suelto todo a la papelera, en la caída se desperdigan y me percato que el papel trae letritas pegadas, intento alisarlo un poco y quedo helada al leer solo "Venus". Reviso la bolsa a ver si hay algo más que la piedra, pero está vacía. Dejo el papel sobre la mesita y término de barrer toda la habitación, debería haber algo que acompañe la nota, pero no encontré nada distinto a zapatos bajo la cama.
Busco mi celular para comunicarle a mi madre acerca del incidente pero no lo consigo en la habitación, ni la sala, tampoco en la cocina, de hecho ya hace rato no lo he visto, dejo de buscar, sospecho que mi mama se lo pudo haber llevado. Vuelvo a mi habitación y encuentro la nota en el suelo, la levanto y me percato que es una factura de compra. Me quedo atónita al ver que está a nombre de Paul, pero mi alma cae al suelo de forma vertiginosa cuando termino de leer la descripción de la compra “ANILLO ALTA JOYERÍA 1895. REF: H4210200”. Un anillo Cartier. Instintivamente me quito el anillo que encontré ayer y descubro que dentro tiene grabada la fecha de hoy. Mis latidos se aceleran. Empiezo a sentirme muy ansiosa, necesito de algún modo confirmar o descartar lo que tengo en mente, así que voy a mi laptop y busco la referencia del anillo, y efectivamente es el mismo que desde ayee tengo en mis manos.
Un torbellino de emociones se dispara en mi interior. Paul compro un anillo de compromiso. Un anillo al que le grabo la fecha de hoy, que se supone estaríamos en una aventura que el mismo planeó junto a mis amigos, los mismos amigos que reconocieron el dichoso anillo, ya que ambos enloquecieron al verlo en mi mano. Necesito explicaciones.
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Editado: 19.07.2018