Semana 8. Lunes.
A David le costó muchísimo hacer que Robinson aceptase esa locura, de hecho, se tiraron toda la noche debatiendo con la junta si se debía de hacer o no. Resolviéndolo finalmente con una votación que se ganó por un voto, lo que provocó mucha indignación por parte de varios miembros. Aunque la decisión ya estaba tomada, así que de nada servía quejarse.
Tras esto, David se acostó casi a las cinco de la mañana, pero como la misión se iba a hacer por la tarde para ir con luz, aprovechó lo máximo que pudo para dormir antes de poder reunirse con su equipo.
– Hola, chicos – David entró en el despacho que les había concedido el ministerio y en el que estaban todos menos Kate.
– ¿Por qué se nos ha convocado a esta hora? – Fue lo primero que dijo Alessia.
– Tranquila – David levantó la mano indicándola que se relajase a la vez que rodeaba la mesa para ponerse delante de todos –. Vamos por pasos – bajó la mano y se quedó de pie frente a sus compañeros –. Lo primero que os tengo que decir, es gracias. Gracias por querer ayudarme una vez más. Sobre todo después de que cada uno de vosotros hayáis aceptado volver a la escuela – fue mirando uno a uno hasta pararse en Lucas –. Ya que… Tanto Kate como Lucas, Emily y yo, no vamos a regresar. Al menos de momento – miró a Nicole y vio la cara de poco satisfecha que tenia –. Tenéis que comprender que hemos estado fuera tres años y que lo que sucedió en el pasado nos ha cambiado la vida por completo, pero… Seguimos siendo nosotros mismos. A pesar de que estamos más distantes y de que apenas nos reunamos.
Nicole se acercó a David de repente y le abrazo fuertemente.
– ¿Pero…
Nicole rompió el abrazo con él y se fue a hacer lo mismo con Emily.
– Hemos leído en los libros de historia lo que habéis hecho… Y nos ha parecido admirable, así que tomaos el tiempo que queráis – rompió el abrazo y se fue hacia Lucas para hacerle lo mismo –. Sobretodo tú, nuestro pequeño campeón – hizo que se levantará para darle un abrazo –. Y no nos tienes que dar las gracias por nada, ya que cada uno de nosotros siempre va a estar ahí para el que lo necesite – rompió el abrazo y al instante los demás se levantaron para hacer lo mismo, acabando Lucas entre lagrimas.
– Gracias, chicos – comentó tras toda la tanda de abrazos –. Muchas gracias por el cariño que nos habéis dado y sinceramente… – Pausó –. Espero que esto se acabe ya, no solo por el mundo, si no por nosotros y por los que se han ido… Ya que creo que necesitamos un descanso y disfrutar de la vida como lo hacen otros – reconoció –. Ya que para vosotros tampoco ha sido fácil llegar hasta esta fecha. Así que gracias por arriesgar vuestras vidas.
– ¡Chicos! ¿Ha empezado la…. – Kate entró corriendo en la sala y se quedó quieta al ver las caras serias de los demás y la cara llena de lagrimas de Lucas –. ¿Qué ha pasado?
– ¿No estabas en una misión? – Se sorprendió David.
– Ya la he acabado – Kate avanzó hasta encontrar un hueco en el que ponerse –. Y como ya no tenía nada más que hacer, he decidido venir, ya que al fin y al cabo, ¿aun pertenezco al equipo no? – Miró a David.
– Por supuesto – asintió él algo sorprendido por la actuación de ella –. Toda ayuda es bien recibida – admitió.
– ¿He llegado tarde? ¿Me he perdido algo? Estáis muy…
– Solo les estaba dando las gracias – contestó él –. Has llegado justo a tiempo, iba a comenzar a explicarles lo que íbamos a hacer.
Kate asintió y se calló.
– Respondiendo a tú pregunta, Alessia – la miró a ella –. Hacemos la misión ahora porque tenemos que ir a América.
– ¿América? – Repitió Alessia.
– Sí, a Bolivia – agregó él –. Tenemos que…
– ¿Os interrumpo? – Guillermo entró en la sala.
– ¿Papa? – Se sorprendió él.
– Solo os vengo a dejar eso – dejó un aparato electrónico muy pequeño y que tenía un laser encima de la mesa –. Sabéis en donde está, pero no la profundidad a la que se encuentra, así que con eso lo hallareis rápidamente – explicó –. Y por cierto, tened cuidado. Dicen por ahí que quieren sabotearos, así que no deis la llave a nadie, ¿vale?
– Sí, claro – asintió David algo a cuadros.
– ¡Suerte! – Guillermo salió de la sala.
– ¿Para qué quieren sabotearnos? – Preguntó Kate mirando a David.
– Supongo que querrán quedarse la llave y esconderla para no dársela al enemigo – fue lo único que se le ocurrió a David.
– Pero la votación…
– Las votaciones a veces no sirven para calmar los nervios de la gente – interrumpió David a su chica –. Y más siendo la misión que es…
– Llave, votación, sabotaje… Que alguien me explique lo que está pasando – soltó Nicole algo perdida.
– Tenemos que encontrar una llave. Llave que se consigue pasando una prueba. Prueba que no sabemos que es, pero sí que sabemos la ubicación – explicó de forma concisa.
– ¿Y lo de la votación y el sabotaje? – Nicole parecía interesada en el tema.
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Editado: 17.07.2022