Rubby
No podía sentirme peor con lo que está pasando, me siento verdaderamente perdida y sé que es lo que tengo que hacer. No quiero, pero es por un bien mayor y con eso debo sentirme feliz y capaz de lo que está pasando. El sacrificio no está nada mal, solo tengo que concentrarme y aguantar el tiempo necesario. El respirar se me hace cada vez más complicado, pero me mantengo firme en mi decisión de ser parte de todo y, al mismo tiempo, de nada.
No puedo creer que todo esté escrito en una especie de evangelio, biblia o lo que sea que Dios haya creado para mantener la esperanza de la humanidad. No obstante, yo no soy un mundano, soy una híbrido y eso… Eso quiere decir que, quizás, no tenga que hacer lo que está escrito, ¿o sí? Estoy un poco confundida ante la situación, pero me mantengo con mis dudas y miedos.
Debo pensar en algo mejor que me haga darme cuenta de que las cosas no siempre tienen que ser malas. El sacrificio no es demasiado arriesgado, bueno, sí lo es, pero quiero creer que es para salvar a todos de Jenna, ya que de ese modo los príncipes del infierno también desaparecerán de la Tierra. Este mundo fue creado para los seres humanos, no para sobrenaturales, hay que admitirlo, ya que aquí solo estamos viviendo de prestado. Mi tiempo ha llegado a su fin, pero no diré nada a nadie, solo haré lo que esté a mi alcance y lo haré de la mejor manera posible.
Tal vez sé lo que hay que hacer, solo que no me siento lista para apuntar con mi propio ser a esos oponentes tan feroces que la vida me ha puesto. En lo único que pienso ahora es en una oportunidad para salvar a Castiel, no puede estar muerto, ya sé que él tiene que seguir en algún lado. Es un ser poderoso y no merece morir, no todavía, su tiempo no ha llegado.
Me cubro con la manta y cierro los ojos para luego ver el mensaje que Castiel me envía, por fin lo puedo ver. Me sorprende que esto esté sucediendo y que no se trate de una alucinación de mis sentimientos más concretos.
—¡Luke! —Grito con todas mis fuerzas.
La situación dura solo un instante, ya que él llega rápidamente junto a mí. Lo observo con una pequeña sonrisa que se dibuja sobre mis labios ante la situación en la que me encuentro. Él me mira sin poder comprender, pero se me queda viendo y esperando que le cuente la razón por la que lo llamé.
—Rubby… —Se acerca hacia mí con un poco de nerviosismo en su mirar—. ¿Qué es lo que sucede?
Una ola de silencio recae en la habitación, solo dura el tiempo necesario, pero cuando ya no puedo seguir con el misterio que asecha el cuarto, suelto una carcajada sonora y lo observo negando con la cabeza.
—Lo vi… Vi a Castiel —confieso con seriedad en mi tono de voz.
La cara de Luke cambia radicalmente cuando escucha lo que se desprende de mis labios. Se ve contento y no puedo creer que así sea, teniendo en cuenta de todos los problemas que ellos han tenido en el pasado; no obstante, sé que él quiere más a Castiel que a su propio padre.
—¿En dónde está? —Alza ambas cejas mirándome y esperando una respuesta de una vez por todas—. Dímelo, Rubby, ya no soporto el silencio de tu parte.
Siento una presencia más poderosa que la de Luke, así que sé que se trata de mi madre, le dedico una sonrisa y asiento con seriedad en mi mirada.
—En el Olimpo —dice Tamara que aparece junto con Dios.
Todos los presentes se quedan observando a Dios, no puedo negar que yo también soy una de las que lo está observando. No puedo creer que ahora se designe a hacer un acto de presencia. Uno de sus hijos se está muriendo y recién ahora aparece. Espero que, al menos, tenga un plan para liberar a mi padre.
Luke hace caso omiso a Dios y se focaliza en Tamara.
Lo único que deseo es encontrar el modo de salvar a papá, por ahora es lo único que me preocupa, bueno, también la humanidad. Ellos no tienen la culpa de nada de lo que está pasando, solo han quedado en medio de una pelea divina.
—¿Cómo lo sabes? —Pregunta Luke.
No sé es posible que todos sepan todo, pero que yo no sepa nada de lo que está pasando.
—Porque todos lo hemos visto. Hemos recibido un mensaje de su parte…
Aquellas visiones, sueños o lo que sean que nos han enviado, están llegando por alguna razón y no podemos dejar que se pasen. Hay que hacer algo para poder salvar a Cass, tengo que pensar un plan o algo para salvar su vida.
Ahora no solo hay que salvar la vida de mi padre, también la de Luke, la de la humanidad y… si es posible, salvar la mía. Sinceramente, algo me dice que esta será mi última aventura.
—Los tres están viendo este tipo de cosas —añade Luke con un tono de preocupación en su tono de voz—. ¿Es acaso un pedido de ayuda de Castiel?
Dios asiente con la cabeza tan solo una vez.
—Así es. Sí —responde Dios mientras me observa.
Bien, hasta ahora la situación es bastante sencilla. Hemos recibido un mensaje de ayuda de mi padre, pero el problema es que no sabemos cómo hacer para ayudarlo. Sabemos que no hay modo de entrar en ese mundo con facilidad, pero… ¿Cómo vamos a salvar la vida de mi padre? Tengo miedo de no poder hacer nada, eso se siente muy mal y no quiero perder el tiempo sin hacer absolutamente nada. Necesito saber qué poder hacer.
—Bueno, ¿cómo se supone que iremos al Olimpo? —Me atrevo a cuestionar alzando ambas cejas—. Porque… Yo no tengo ni la menor idea de cómo hacerlo.
Dios parece tener una respuesta concreta para la situación, pero no se atreve a responderme. Supongo que no debe ser nada bueno, pero hay que hacer todo lo necesario para ayudar a Castiel. No hay mucho tiempo para hacer las cosas bien, tenemos que armar un buen plan para que todo se termine de una vez por todas, necesito que alguien me…