Rei era un muchacho apuesto en sobremanera; alto, delgado, albino. Tenía una mirada ufana y frívola, una voz seca y sensual, una actitud un tanto distante, no se abría a cualquiera, lo que sólo le hacía ver como un joven misterioso, y eso, enloquecía a todas las chicas de la escuela.
Para ellas, Rei era ese chico tsundere se los animes japoneses, y ellas se morían por ser la protagonista de ese shojo. Pero, había alguien, Hizashi, esa estudiante que no era risueña, pero sí sumamente popular por su gentileza y dulzura.
No era muy ruidosa, era silenciosa, respetuosa y atenta. Era una chica que no sólo era amable con él porque tuviera la esperanza de un romance de película, sino porque así era ella, la auténtica ella. Fue por eso que a Rei le era fácil hablarle, se sentía cómodo a su lado, le gustaba hablarle, pues pensaba que ella sería la única persona que era totalmente honesta al hablar con él.
Sentía que quería ser más abierto con ella.
Ese era el momento, finalmente, iba a poner en práctica aquella estrategia que había estado practicando todo el día en el espejo. En cuanto la miró entrar al salón, caminó en silencio detrás de ella mientras se dirigía a su pupitre. Cuando Hizashi dejó su mochila en su sitio, se inclinó a la altura de su oído y le susurró: buenos días.
Amaba coquetearle, pues siempre se ponía colorada como una amapola y se giraba a verlo nerviosa.
—¡B-buenos días, Rei! —saludó nerviosa girándose a verlo.
Ese era el momento, finalmente podría sacar a relucir su arma secreta. Se preparó mentalmente, tal y como lo hizo en la mañana frente al espejo, y le regaló una sonrisa.
La reacción de Hizashi no se parecía en nada a lo que esperaba. Simplemente se quedó callada, con una expresión un poco atontada, despejada, pensó que incluso parecía confundida.
—¿Ocurre algo?
—Oh, disculpa, no es nada —respondió negando con la cabeza mientras sonreía un poco—. Me quedé mirando tu sonrisa por tanto tiempo que me olvidé de reaccionar —Rei se sonrojó un poco y apartó la mirada.
—No digas cosas raras —murmuró volviendo a su habitual actitud tsundere.
—Rei, sonríes muy hermoso. Deberías hacerlo más a menudo.