Mi mano vuela a el bolsillo trasero de mi short pero el poseedor del arma hace un sonido como el que hizo Dan hace unas minutos o horas, me quedo paralizada y solo pienso en la pequeña de ojos grises.
Suspiro, pensé que nos mataría mientras dormíamos pero me engañe, tal vez es el tipo de persona que le gusta mirar a los ojos mientras las personas mueren en sus brazos. Se escucha un sonido igual al que sonó cuando el arma se puso en mi cabeza.
— Aleja el arma lentamente — escucho la voz de Dan hablar y un suspiro sale de mi boca.
— Lo tenía en el bolsillo — dice Lois saliendo del túnel y al ver la situación se detiene en seco.
— ¿Qué perderé si mato a esta chica? — dice una voz ronca a mi espalda — ¡¡¡YA NO TENGO NADA!!! — grita el hombre y mueve el arma mientras lo hace.
Me mantengo en mi posición pero muevo los ojos en busca de Daila, miro a Lois y él parece entender que la busco, niega a modo de respuesta.
— Solo lo voy a repetir una vez, amigo — dice Dan con un tono amenazante
— yo no tengo amigos… no tengo nada — dice la voz ronca — solo me tengo a mi. Dewey solo tiene a Dewey — dice y mueve de nuevo su arma por mi cabeza.
— Aleja el arma — dice y el hombre hace ese ruido de nuevo, entonces todo sucede.
Daila aparece en mi campo de visión, al lado de Lois, se acerca y lanza un cuchillo en dirección a Dewey, el hombre grita y separa su arma de mi cabeza. Saco mi cuchillo de mi pantalón corto, doy media vuelta agachandome en el proceso y se lo entierro al hombre en la pierna, el llamado Dewey vuelve a gritar y baja sus manos. Me hago a un lado y le doy un patada en el costado al mismo tiempo que Dan patea su espalda, Dan se pone sobre el hombre y yo corro para quitarle su arma.
La tomo y la guardo en la parte trasera de mi pantalón corto, Dan está revisando los bolsillos del hombre. Miro a Dewey tiene la cara sucia, es un poco calvo, su mirada irradia odio y da un poco de miedo, me sonríe y noto que sus dientes están amarillos con algunas pequeñas manchas negras, su mano se mueve y me doy cuenta que trata de sacar el cuchillo se su pierna, le piso la mano con toda mi fuerza y el hombre vuelve a gritar. Me agacho a su lado y tomo el mango del cuchillo.
— ¿Te duele? — le pregunto, y él asiente, le sonrío cruelmente y muevo el cuchillo arriba y abajo — aprende a diferenciar a quién amenazar y a quien no, idiota — un grito sale de su garganta y entierro más el cuchillo, Dan me mira asombrado y saco el artefacto rápidamente de su pierna, él suspira de alivio pero eso me enfurece, asi que vuelvo a enterrar el cuchillo. Otro grito de dolor sale de su garganta, muevo el cuchillo esta vez en círculos y él hombre cierra los ojos, saco el instrumento de su pierna y me levanto, Dan saca el otro de su brazo y me mira — limpialo, no quiero tener la sangre de este idiota encima — le digo y él lo limpia con el pantalón de Dewey, repito su acción para luego patear la cara del hombre y la espalda.
Miro a mi alrededor pero no veo a Daila ni a Lois por ningún lado, miro a Dan preocupada.
— ¿Este hombre no vendrá acompañado? — Pregunto y Dan levanta los hombros.
— Le dije a Daila que se escondiera — responde — ¡PALOMA BAILARINA! — grita, pero no sucede nada — creo que tenemos un problema — dice y yo cubro mi cara con las manos — ven, vamos a buscarla — dice y empieza a caminar en dirección a los árboles, lo sigo y cuando estamos dentro me mira y grita de nuevo — ¡PALOMA BAILARINA! — me concentro en buscar un movimiento entre los árboles y lo captó, empujó a Dan con la cadera y le señalo el lugar del movimiento, saco el arma que pertenecía antes al hombre y apunto, una figura alta sale de los árboles y tardo un segundo en reconocer a Lois.
— Son ellos — susurro y corro en su dirección, Daila corre hacia a mi y me abraza por las piernas, Lois llega a mi y me abraza igualmente, me arrodilló llevando a Lois conmigo, abrazo a Daila y ella llora en mi pecho — esta bien, Cálmate — le digo y ella asiente, Lois toma mi mejilla y me mira a los ojos, asiento con la cabeza y él sonríe. Daila se aparta y me mira con sus hermosos ojos grises llenos de lágrimas.
— Todo fue idea de Dan — dice y limpia sus ojos — él me dijo que me escondiera cerca y que pusiera en práctica mi puntería cuando el repitiera la pregunta — una lágrima cae por su cara — tenía tanto miedo de que te pasara algo — lágrimas vuelven a salir por sus ojos y las limpio.
— Hiciste un buen trabajo, hicieron los dos un buen trabajo. — le digo — Me gustaría decirte que no me pasará nada, pero no te mentire. Este es el mundo en que vivimos y vamos a encontrarnos peligros muertos o vivos muy seguido — le digo — hiciste un buen trabajo — sonrío y ella me devuelve la sonrisa, nos levantamos y ella corre hasta Dan y lo abraza, él le devuelve el abrazo y le dice algo.
— Deberías mejorar tus discursos — dice Lois en broma.
— Oh, cállate — le respondo y le sonrío, señaló con la cabeza a Dan y nos encaminamos hacia él, llegamos a su lado. Lo miro, no sé qué decir, él me mira me sonríe y señala mi cara.
— tienes sangre de bastardo ahí — sonrío y niego.
— Es sangre de bastardos muertos, dentro del túnel habían sombis — él baja la cabeza y creo ver una sonrisa en sus labios.
Vamos caminando por la carretera, pronto se ocultará el sol, Dan y yo hemos decidido parar en el siguiente auto que veamos, pero la carretera está vacía hasta ahora.
— Gracias por salvarme y ayudarme antes — le digo casi en un susurro.
— De nada — dice y patea una piedra — la verdad no tienes que agradecer, te ayudaste tú sola — dice y me mira — necesito que sepas que me impresionó de buena y mala manera lo que hiciste con la pierna de ese hombre — sonrío y él me señala — ahora tomaré en serio tus amenazas — dice serio.
Editado: 15.08.2019