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Capítulo 20: Carpe diem

Abro los ojos gracias a la luz del sol, que me da directamente en la cara. Me siento y miro a los lados.

¿Dónde quedo la carretera?, lo pregunto porque estamos en medio unos árboles.

Cierro los ojos y me cubro la cara. ¿Dónde está Dan? ¿Cómo es posible que durmiera en el techo sin caerme?

— ¡SIGRID! — Daila grita a mi derecha, retrocedo rápidamente, pero caigo del techo del auto en el intento. La risa de Daila llega al instante y palabras que no alcanzo a entender del todo.

— ¡NO HAGAS ESO! — le grito levantándome, ella ríe y sube al techo del auto.

— Lo siento, es que... — habla entre risas — estaba aburrida — miro en el interior del auto, estamos solas.

— ¿Dónde están ellos? — pregunto mientras saco mi mochila del maletero.

— No lo sé — responde — se fueron hace poco, Dan me dijo que te diga que vuelven pronto — sonrío y subo al techo del auto junto a ella, le doy el libro del Principito.

— Este es para ti, lo cogí en Solsona,  pero se me olvido dártelo — ella lo toma y me abraza — leamos espalda contra espalda — le digo dándole la espalda, coloco mi mochila entre mis piernas, miro a los lados y saco el diario.

“El señor Scott nos ha pedido a los trabajadores que escribiéramos este diario, para realizar una cápsula del tiempo,  quiere que las futuras generaciones se enteren de cómo es el mundo de ahora.

Le conté a Briana y creo que le gusto la idea, porque también decidió hacerlo. Ella es mi vida, cada vez que la miro cuando está distraída no paro de pensar en cómo una mujer como ella llego a mi vida y se quedó...”

Habla de mamá,  de cómo reía al escuchar la radio, habla de la forma en la que su cabello se movía cuando caminaba e incluso menciona la forma en la que cantaba mientras hacía el desayuno, me encantaría ver a mi madre haciendo ese tipo de cosas, o al menos me encantaría verla aunque sea unos segundos más.

No sé qué sería de mi sin ella y no quiero averiguarlo…

Me pregunto si Cole pensó alguna vez algo parecido a eso sobre mi, ¿él en algún momento sintió miedo de perderme?.

Levanto la cabeza y miro al cielo con lágrimas en los ojos.

— Te extraño tanto.— susurro y dejo que una lágrima caiga por mi mejilla.

— VOLVIMOOOOS — grita Dan, yo limpio cualquier rastro de aquella gota de agua y guardo el diario — ¡OH POR EL CIELO SANTO! — grita y yo me doy la vuelta rápidamente para verle la cara  — ¡¿A QUIÉN SE LE OCURRIÓ DARLE UN ARMA A ALGUIEN TAN PEQUEÑO?! — miro a los lados buscando a alguien apuntandonos, pero sólo estamos nosotros. Él señala a Daila y le quita el libro — antes, decían que un libro es un arma muy poderosa,  yo lo creo — le devuelve el libro a Daila y yo bajo del techo del auto.

— ¿Ya te dije que estas loco? — él niega con la cabeza sonriendo para luego levantar los hombros.

— Querida Sigrid, no es estar loco es solo vivir y disfrutar de otro día de sol en este asqueroso mundo. Tenemos que aprender a vivir como si este fuera el último día.— dice — Carpe diem —susurra la  última frase, una que Cole decía muy seguido. Lo miro y me da dos golpes suaves en la cabeza, sonrío ante su acto olvidando la pregunta que estaba maquinando — ¿qué tenemos para comer?  — pregunta y pasa por mi lado, tomo mi mochila y la abro para revisar su contenido.

— Yo tengo latas y fruta — miro a Daila y ella repita lo que dije, Lois exclama un “yo igual” sin levantar la vista de su mochila — pues comeremos fruta — saco cuatro manzanas, le doy una a Dan, otra a Daila cuando le ofrezco la manzana a Lois, él toma mi muñeca y me acerca.

— ¿Podemos hablar? — me pregunta susurrando. Asiento y él tira de mi brazo, alejándonos un poco de Dan y Daila.

— Podíamos hablar allí tranquilamente — le digo zafando  su agarre.

— Quería… — baja la cabeza — quiero disculparme por mi comportamiento de ayer, yo sólo quería y quiero protegerte…— me mira y luego vuelve a bajar la cabeza — por eso le he pedido a Dan que me enseñe a disparar… — lo interrumpo.

— ¿Eso hacían? — le pregunto y señala a su espalda

— Si, unos metros hacia allá — se mira las manos — yo quiero ayudarlos, quiero protegerte porque yo… — se calla y luego levanta la cabeza — porque eres importante — al ver que no digo nada pasa por mi lado y va en dirección al auto.

Me siento en el verde pasto y empiezo a comer la manzana, a la vez que pienso en mi madre, en mi padre, en Toev, en Cole… en todo.


 



Ya he acabado la manzana y llevo un rato aquí sentada, aclarando mis pensamientos y tratando sacar conclusiones de los Toevs, pero no he llegado a nada. En ese lapso de tiempo he sentido tres pares de ojos sobre mí, analizandome. Dan es el valiente en acercarse a mi.

— Hey — dice y yo sólo levantó la mano, se sienta a mi lado — es buen chico — levantó la cabeza y sigo su mirada. Está mirando a Lois que  se encuentra dentro del auto, leyendo un libro — sólo quiere protegerte — asiento y él suspira — no sé en lo que piensas, pero él quiere hacer algo bueno no sólo por ti, por todos — asiento y miro al cielo — Cole era como mi hermano, y cuando entramos a Toev fui a la que era su casa y vi a su madre — toma aire — mi madre — susurra — ella estaba ahí tendida, sin vida, igual que la tuya. Daila y Lois también perdieron a sus seres cercanos, como tú y yo.

— Yo no la quería — le digo mirándolo a los ojos, tal vez así mis palabras suenan un poco verdaderas, niega con la cabeza.

— Yo vi cómo llorabas por ella — se hace el silencio — pero me refería a Cole, sé que lo querías pero hay cosas que debes dejar en el pasado, Sig, hay cosas que debes dejar como recuerdos. No te estoy diciendo que lo olvides, recuérdalo, recuérdalo como tú quieras, guarda esos momentos pero no te quedes sólo con ellos, haz más porque estamos hechos de momentos, estamos hechos de recuerdos… yo lo recuerdo, la recuerdo… los recuerdo y eso no me impide hacer nuevos recuerdos — hace silencio pero me mira — Sigrid… — le tapó la boca con la mano y le señaló el lugar donde Lois dijo que dispararon.

Allí  se ve una persona, luego otra y  otra más, están lo suficiente lejos como para no verles el rostro pero lo suficientemente cerca para llegar a nosotros en segundos.

 



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En el texto hay: zombi, secretos, peligros

Editado: 15.08.2019

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