51 Cartas Para Despedirse

CARTA #9

Querido Tú:

Tengo tantas cosas que preguntar que me la vivo imaginando conversaciones contigo en donde das respuesta a todas mis dudas. Pero, preferiría no encontrarme contigo, aunque muriera sin respuestas. Recuerdo todas las veces que coincidimos tras tu regreso y con orgullo digo que ésta es la primera carta que escribo sin llorar, o por lo menos no he llorado en lo que he escrito.

Cuando te fuiste, pensé que mi corazón se detendría y me llegué a odiar tantas veces porque seguía latiendo aunque tú no estabas, algunas veces creía que latía con la esperanza de volverte a ver pero cuando te vi de nuevo descubrí que mis esperanzas eras confusas y superficiales. Me esperabas todos los días para saludarme y algunos compañeros decían que siempre preguntabas como estaba. Cuando volviste, cuando deje de odiar que volvieras, cuando te pude ver la cara de nuevo; asumí mi viejo rol de protectora, intente que te quedaras aunque no fuera a mi lado. Solo desee que no salieras de mi vista.

Parecía siempre que ibas a romperte. Tu ansiedad delataba una torre de preocupaciones acumuladas por el paso del tiempo. Te quería mirar todos los días pero no quería que tu me miraras. Dicen que te volviste agresivo con aquel viejo amor que tú me conocías. Nunca quise comprobarlo. Pero según sus historias parecía que querías golpearlo. Siempre te defendí. No permití ni un segundo dudar de ti. Yo también era un rosario de preocupaciones, quería verte terminar una carrera o verte feliz haciendo lo que sea que te gustara, pero por mucho tiempo. No quería que esta semana fueras carpintero y a la siguiente apicultor.

Sentía que si cambiabas tan fácil de oficio o profesión, también podías cambiarme a mí en cualquier momento. Mis amigos me decían que solo la gente rica puede darse el lujo de cambiar de carrera cada seis meses. Un día, una de tus nuevas compañeras se acercó a mí para preguntarme como conquistarte. Tus nuevos compañeros eran tan jóvenes, llegaron a la universidad después de que te fuiste. Tus nuevos compañeros no sabían nada de nosotros. Tus nuevos compañeros me habían visto caminar por los pasillos sola en todo el tiempo que ellos llevaban en la universidad. Pero aunque eras mucho mayor que ellos (unos 6 años), seguías luciendo tan atractivo y perfecto. Para ellos nuestra historia triste no existía.

Si volvieras de nuevo, ellos tambien se habrían ido. Recorrerías sólo los pasillos por los que una vez caminamos. Probablemente aquel lugar no movería las fibras de tu cambiante alma, pero el viento atrapado entre los edificios te hará recordar mi cabello despeinado. Te preguntarás quién lo peinó cuando te fuiste, ¿acaso deje que alguien más lo trenzara? ¿Alguien froto mi cabello como tú lo hacías? Quiero que me extrañes en cada rincón de la universidad, de tu casa o iglesia. Quiero no extrañarte cuando tú me extrañes.

Como siempre, yo.



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En el texto hay: cartas, desamor, despedidas sin rencuentro

Editado: 12.05.2022

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