Se levantó como todas las mañanas, se sentó al borde de su cama y observo la ventana. Pero no veía la vista tan Hermosa que Valencia ofrece desde un departamento en el último piso. Sino, literalmente, veía los detalles ventana. Observaba detenidamente las manchas de suciedad sobre el vidrio brillante, y se preguntaba si valía la pena limpiarlo.
Se dirigió a la cocina en pijama y con ojeras bien marcadas en la cara. Se asomo hacia la sala, para vertificar que se encontraba sola, normalmente lo estaba, pero era probable que encontrase a su mamá sentada en el sofá durmiendo.
Su madre trabaja en las noches y en las mañanas, con horarios no tan fijos y un buen salario. Cuando estaba en casa solo comía y dormía, poco hablaba con su única hija, lo sabía, pero a pesar de amarla, no era buena demostrando su cariño.
Aroa, nuestra protagonista, se preparó un café y se sentó en el comedor para posteriormente sacar su celular y ver los mensajes que se habían acomulado. Todos los mensajes eran de sus compañeros del colegio.
Los contesto todos de una manera cortante, ese día no tenía ganas de hablar con sus amigos, ya que había pasado por una situación embarazosa el día pasado. Y aunque nadie lo mencionaba, sabía que estaba en la mira de toda la peña que presenció ese acto de humillación que su supuesto novio, le jugo ayer al mediodía enfrente del cole.
No quería pensar en eso, ya había llorado lo suficiente antes de dormir. Quería sentir que, por primera vez, algo hace bien es su vida, que algo le de una razón para seguir con todo ésto. Carecía de metas de vida, no tenía pasiones tan fuertes como para tirar de ellas y seguir adelante.
Quería hablar con alguien, no con su mamá, no con sus amigas. Estaba empezando a hablar con ella misma en voz alta, más que una conversación, eran palabras sueltas, sobre todo maldiciones que decía cuando por su mente pasaba un recuerdo malo. También se dijo "Por que eres asi", preguntas frecuentes en momentos como éstos.
Decidió que hablar con alguien que no conocía, como un psicólogo para desahogarse era lo mejor. Un psicólogo parece una buena opción para una joven en su condición. Pero ella no quería recibir una ayuda tan directa, odiaba aceptar que requiere apoyo emocional.
Se acabó su Café, se dirigió a la tienda móvil de aplicaciones, y busco apps para hacer interamigos, quizá encuentre a alguien que no la haga sentir tan sola en este mundo tan amplio.
Descargo Meet People Free, reseñas de 5 estrellas, ofrecía un chat seguro y videollamadas que prometían encontrar amistades más cercanas. Editó su nuevo perfil con su primer nombre y un apellido falso. La foto de perfil era una donde apenas mostraba su cara, que se ocultaba un poco por su cabello color oro oscuro. Y en la descripción puso la frase más corriente y típica en este tipo de apps: "Quiero conocer amigos", cómo ven, no se lo pensó mucho. Lleno las demás casillas con su información real, Country: Spain, Age: 18, Genere: Female.
Quedó listo su perfil. Aroa Valdés estaba conectada en el servidor.
Habló con varias personas, aunque con ninguna tuvo una conexión tan relevante como ella esperaba. Conoció gente de España, Estados Unidos, Filipinas. Se entretuvo un rato charlando de cualquier cosa para no matar la conversación que ya había entablado con personas casi desconocidas.
Nada interesante, apagó su celular, y salió a comer algo, odiaba cocinar.