Sigo viendo como July, Lucas y Marta hacen todo lo posible para que las cosas salgan bien, me siento algo mal con solo ver y no estar ayudando, pero cuando me les iba a unir negaron con la cabeza, enviándome a tomar asiento, diciendo que era la invitada y debía dejarme consentir, aun así, siento la necesidad de serles útil.
Estar en mi asiento, mientras observo como todos charlan alegres, los niños juegan en el brinca-brinca o cualquier cosa que se les ocurra, hace que me encuentre demasiado feliz y al mismo tiempo algo extraña, ya que mis papás siguen en la ciudad aunque ya haya pasado la primer semana, que es el tiempo que solo se quedan, y luego todo se vuelve más extraño que sin importar que estén presentes, Alec y yo seguimos actuando como lo acordado y a mis padres actúan como si fuera algo demasiado normal.
El chico tiene su brazo arriba de mis hombros apegándome a su cuerpo, mientras sostiene una cerveza en su mano y tiene una conversación con Felipe acerca de Naruto, aunque intente unirme sería imposible porque no sé nada de eso y ellos son unos fanáticos por completo, les encanta hablar de ello y podrían pasar horas haciéndolo, para nada me molesta, más bien me encanta ver como Alec platica emocionado de algo que le apasiona, podría pasarme horas mirándolo y sin sentir como pasa el tiempo. Eso es lo que hago porque cada quién está ocupado en lo suyo, hasta Owen se fue alejado de nosotros hace como una hora para hablar por teléfono con una chica que por ahora solo es su amiga, pronto dejará de serlo porque mi hermano lleva días planeando la mejor manera de pedirle que sea su novia, es un total romántico, tanto que cuando le dije que solo se lo pidiera, como Alec lo hizo conmigo, me dio un golpe diciendo que es una tontería, que debe ser especial, como era de esperarse, me volví a burlar y de nuevo me golpeó.
Tengo mi vista fija en Max jugando con sus amigos, intento adivinar a qué, pero todo resulta tan confuso que está resultándome casi imposible, tanto como aceptar que ya cumplió diez años.
Siento como una mano agarra con delicadeza mi barbilla y hace que levante mi rostro para recibir un rápido beso en los labios, sonrío con los ojos cerrados, al abrirlos veo a Alec dándome su preciosa sonrisa y de nuevo me da otro beso, estoy segura que si no nos encontráramos a la vista de todos lo besaría ya mismo, pero solo me queda enrollarlo con mis brazos escondiendo mi rostro en su pecho para oler su tan característico perfume, él me abraza con fuerza y comienza a darme pequeños besos en la cabeza. Ese es mi problema con él, eso es lo que hace que no pueda comprender nada de lo que sucede dentro de mí, sus diminutos detalles que tiene conmigo son tan especiales, no necesito si quiera que diga algo para sentir todo lo que quiere transmitir, las pequeñas acciones que toma logra hacer que caiga rendida por completo, tanto que terminé una relación, solo por Alec.
No cabe duda que antes de tomar la decisión me lo pensé demasiado, no sabía qué hacer y mi mente se estaba convirtiendo en un torbellino con todas las cosas buenas y malas que contraería hacerlo, el problema fue que todo pasó demasiado veloz, cuando me di cuenta que ya estaba dentro, era demasiado tarde para escapar y lo estaba disfrutando bastante.
Sebastián es tan maravilloso chico que en cuanto el profesor le indicó que sería mi compañero para ese proyecto, ambos congeniamos muchísimo, no parábamos de hablar y al terminar las clases fuimos por un café, seguimos charlando hasta que mis papás llamaron para que ya fuera a la casa, luego de eso por supuesto seguimos saliendo cada vez más, sus amigos y los míos ya afirmaban que éramos novios, pero siempre lo negábamos, porque así era, aunque mis amigas y demás personas afirmaban muy seguras que seríamos una pareja increíble y que se notaba a kilómetros que existía química, algo no terminaba de convencerme, disfrutaba el tiempo a su lado, pero siempre había algo que me molestaba de mí, una incomodidad que no se iba.
Con el paso del tiempo, ya no revisaba tan seguido mis mensaje con Alec y por fin estaba creyendo que eso terminaba, podía tener una relación normal, por eso, cuando Sebastián me pidió ser su novia, acepté sin pensarlo, no existía nada que me lo impidiera y era muy feliz con él, todos podían darse cuenta.
La fecha para el verano se encontraba pisándonos los talones, intentaba ignorar lo que eso significaba y solo concentrarme en los cuatro meses que llevaba con el chico, pero era difícil y se empeoraba con Owen que no paraba de preguntar qué iba a hacer, porque si seguía con Sebastián, el trato con Alec no podía dar inicio y se terminaría.
Pasé días pensándolo, buscando todas las posibles razones buenas para no terminar por primera vez la relación formal que tenía y que iba de maravilla, hasta que tomé la decisión, iba a seguir, no pensaba dar fin solo por algo que dura una semana y después actuamos como si nunca hubiera sucedido, tenía algo real y no pensaba arruinarlo.
Ya me encontraba planeando la forma en que iba a decírselo a Alec, pero con solo imaginar su rostro viéndome con alegría, listo para recibirme entre sus brazos, me quebraba y ni en mi imaginación podía formular palabras, en una de esas veces, terminé llorando y no tuve el valor de ir con mi hermano para que me dé su apoyo, debido a la vergüenza que sentía por lo que estaba sucediendo, solo agarre el celular y comencé a ver las fotos de mi galería para ver las que tenía con Sebastián y conseguir el valor que me faltaba, subí tanto que llegué a la última fotografía que me tomé con Alec, ambos acostados en el sillón y con una mueca extraña, luego otra en el mismo lugar riéndonos de manera tan natural, después una donde está dándome un beso en la mejilla y así seguí, mirando todas las que había, era extraño que existieran más con él cuando nos veíamos tan poco. En los videos lo que más se escuchaba era mis carcajadas y después las de él, ahí fue cuando dejé de estar confundida y entendí lo que debía hacer.