A Beautiful Memory

Capítulo 2. El lento marchar del tiempo lo cambia todo.

Taehyung.

Catorce días. Han pasado catorce días desde que descubrí que Eun Hye me engañó sin ninguna clase de remordimiento. No he tenido contacto con ella, tampoco ha venido a verme, sólo hay silencio, mucho silencio e indiferencia. Me acurrucó un poco más en las sabanas de mi cama, abrazando con mayor fuerza la almohada en la que me encuentro recargado mientras sigo boca abajo, soltando un largo suspiro.

Tengo los ojos hinchados por tanto llorar y dormir, mi nariz esta congestionada y roja de tanto que la he limpiado, mi estómago ruge un poco debido a que tengo hambre, de seguro ya es la hora de comer, pero estoy lo suficientemente cansado para ir a la cocina a comer algo. Soy la imagen misma de la decepción, dolor y tristeza, ese soy yo ahora. Mi tío me ha dado permiso de faltar estos días hasta que me sienta mejor, pero, ¿cómo se cura un corazón, esperanzas, sueños, promesas y sueños rotos?

Estoy tan vacío, tan desmotivado y defraudado por el amor mismo, que no sé cómo continuar. Me dijeron que el amor lo puede todo, cura todo, que es la felicidad misma cuando lo repartes y recibes. Nunca me dijeron que el amor también hiere, duele y te hace sentir tan vacío, Me siento tan diferente, tan indiferente y tan contrariado. Mis abuelos, padres y amigos me han estado haciendo compañía en momentos, lo agradezco mucho.

De seguro están preocupados por mí, porque nunca me vieron de este modo, es un shock para ellos. Creo que lo que más les impresiono fue que apenas salí del hospital, fui a la joyería donde compré ese anillo de matrimonio para devolverlo. No quiero nada que me recuerde lo iluso e ingenuo que fui, tampoco como estaba tan seguro de unir mi vida con una persona que nunca conocí por completo, aunque saber eso no impide que anhele que vuelva.

Quiero verla atravesar esa puerta, decirme que fue un error y que me ama, que me diga que hice mal para cambiarlo y ser felices como antes, sin embargo, de repente recuerdo como me dijo que el amor que una vez me confesó sólo era una mentira, una farsa, una ilusión, y con eso, surgen las siguientes preguntas: ¿De verdad éramos felices? ¿De verdad ella me amó? ¿Tan fácil fue fingir y engañar? ¿Tan fácil fue romperme en mil pedazos?

Gruño, escondiendo la cabeza en la almohada, para amortiguar mis gruñidos. Estos pensamientos me están volviendo loco, me hacen creer que soy débil, vulnerable y un dominado. No quiero eso, no lo quiero, quiero olvidar, quiero ser feliz como antes, quiero dejar de sentir como se me pudre el corazón y el alma.

Unos leves toques en la puerta llaman mi atención, murmuró un adelante, alzando la almohada de la cabeza para ver entrar a Hoseok y JungKook. Algo bueno de todo esto, es que Jin y JungKook han regresado de Londres, donde se fueron a estudiar por cuatro años. Al parecer, los últimos meses no fueron los mejores, se ven algo desanimados y dolidos, pero me alegra que estén aquí, los días no eran los mismos sin ellos.

Jin se ha incorporado en la empresa y JungKook a la preparatoria, donde sigue con su vida en anonimato hasta su mayoría de edad. Giró lo suficiente en la cama para sentarme y recargar la espalda del cabecero.

–Tae, tu abuela dijo que ya era hora de comer, así que Kookie y yo te hemos venido a acompañar –anunció Tae, fijándome en la bandeja con comida que traía, mientras JungKook saludaba emocionado con la mano.

–Gracias, chicos –murmuré sin muchas ganas.

–De nada, Hyung –contestó JungKook, sentándose a mi lado –. Tu cabello está muy revuelto –señaló, jugando con uno de los rulos.

–Desperté hace poco, debe ser por eso.

–En ese caso, ya debes tener mucha hambre, así que vamos a comer –sugirió Hoseok, tomando un poco de arroz con una cuchara, guiándola a mi boca –. Vamos, Tae, di “ah”.

Hice una mueca, intentando sonreír ante su gesto infantil, aceptando la cucharada de comida que me ofreció. Para llenar el vacío, comenzaron a hablar de sus cosas. Hoseok me hablaba de su trabajo y JungKook de la escuela. Me distraje brevemente al escucharlos, ponerles atención y responder de vez en cuando. Me tranquiliza tenerlos aquí, llenando el vacío, acompañándome y haciéndome ignorar mis pensamientos.

Uno de esos pensamientos no se va, de hecho, resuena un poco en mi mente, hasta que decido expresarla en voz alta.

–Hoseok, ¿qué pasó con la chica que ayude? ¿lograron localizarla? –pregunté de repente, porque necesitaba saber que estaba bien.

–Bueno, no ha sido sencillo encontrarla, pero uno de sus médicos me dijo que estaba estable y fuera de peligro, de hecho, que la llevarían al extranjero a atender sus quemaduras, que, si no eran muy graves, si necesitaban tratamiento –me respondió él.

–No era lo que esperaba, pero al menos ya está mejor y fuera de peligro.

–Hiciste una gran acción, Hyung, fuiste muy valiente –me halagó JungKook, palmeando mi brazo.

–Supongo que al menos una vida pudo salvarse –murmuré irónico, sintiendo mis ojos arder por las lágrimas.

–Tae, no digas eso –dijo Hoseok con voz suave, dejando la bandeja en la mesita de noche, para tomar mi mano –. Tu aun tienes una vida, familia y amigos que te apoyan y aman, ¿qué más necesitas?

–Necesito olvidarla, superarla y dejarla atrás, pero me duele, me duele mucho –rompí a llorar, apretando mi puño libre en la sabana de la cama –. Dijo que me amaba, que confiaba en mí y era su todo, pero me mintió, me engañó y destruyó todo de mí. Fue tan repentino y doloroso darme cuenta de la verdad, pero me mata más saber que aun la amo, que espero que vuelva para perdonarla y cumplir las promesas que hice.




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