A Beautiful Memory

Capítulo 7. Admitir tus errores a ti mismo, es el primer paso para sanar.

Taehyung.

 

Necesito una explicación, y la necesito ahora.

 

He estado pensando casi a cada instante, sobre ese encuentro sorpresivo que tuve con esa chica pelirroja, aquella que salvé hace dos años, encontrándomela de nuevo en un sitio que jamás esperé. Actué como un idiota con ella, y no habló sólo de mi grosero modo de contestar, también por no saber el modo correcto por el cual debía dirigirme a su persona. Mi mente era un caos de preguntas, la única que logró salir fue la siguiente:

 

"¿Quién eres?"

 

Quería tirar de mi cabello, al notar que no había sido del todo claro. Sí, quiero saber quién es ella, que fue lo que sucedió después de ese día, y lo mas importante, si es que me recuerda. El discurso de Hobi sobre como fui alguien muy raro con ella lo ignoré enormemente, y a pesar de que al final logré salir con el auto que quería, también lo hice con demasiadas preguntas en mi cabeza. Quisiera dejar de pensar en ellas, pero no me es posible.

 

¿Qué fue de ella en estos dos años? ¿Se recuperó bien de sus heridas? ¿Soñará en las noches con ese día? ¿Habrá sufrido alguna clase de trauma? ¿La ha pasado bien desde entonces? Preguntas como esas hacen eco en mis pensamientos, imposibilitándome una total concentración en el trabajo, por lo que decidí escaparme a mi refugio en casa, ese pequeño rincón que me ha llegado a calmar y relajar en muchas ocasiones.

 

Tenía una habitación que me servía de estudio cuando quería cantar, bailar, tocar algún instrumento, escribir alguna canción, pintar una acuarela o editar algunas fotografías que haya tomado. Ahora, estaba concentrado dibujando un bonito paisaje que algunas veces contemple en Alemania, mezclando algunos colores con los pinceles y a veces con mis dedos. Había un desastre de colores en mi bata, pero no me interesaba mucho, quería silenciar mi mente por unos momentos.

 

Hacer este tipo de cosas me hace muy bien, me tranquiliza mucho. A pesar de que mis pinturas no son algo que se podrían exhibir en alguna clase de museo o galería, me hace sentir contento el poder expresar mis emociones de un modo más artístico y bonito. Al mirar el reloj en la pared, me doy cuenta que ya casi es hora de mi próximo trabajo. Tomó los pinceles y la charola, colocándolas en una mesita cercana, luego los limpiaré como se debe.

 

Me quitó la bata, colgándola en el perchero, quedando en una sencilla playera blanca y pantalones holgados grises. Caminó hacia mi habitación, yendo hacia mi armario para escoger la ropa que usaría para esta reunión. Me decido por una camisa de mangas largas color crema, pantalones cafés oscuro levemente ajustados y un cinturón del mismo color con hebilla dorada.

 

A terminarme de vestir, voy hacia el espejo de mi tocador, notando mi cabello ondulado bastante alborotado. No se ve tan mal, sin embargo, tampoco quiero parecer desarreglado, así que tomó un poco de cera para el cabello, acomodando del mejor modo que puedo mis ondulaciones. Cuando terminó, voy hacia la mesita de noche por mi celular, cartera y llaves del auto, saliendo para dirigirme a la entrada.

 

Me calzó los zapatos, dejando las pantuflas en su lugar, tomó el abrigo del perchero y salgo del departamento, para ir al estacionamiento en el piso de abajo. Cuando estoy dentro del auto, introduzco la dirección que me dieron, dirigiéndome a mi destino con ayuda del GPS. Ryu no me dio muchos detalles cuando me habló hace unos días, sólo me pidió que ayudará a una amiga suya con unas prendas para las cuales necesitaba un modelo.

 

No pensaba hacerle ese favor, no estaba de humor para hacer este tipo de cosas, pero considerando que Ryu muy pocas veces me pide favores como este, que fue muy insistente y prometió que su amiga no me fastidiaría, acepté. Puse un poco de música para disfrutar del viaje, porque al parecer, el lugar estaba a las afueras de la ciudad, así no me aburriría y desviaría mis pensamientos de la chica pelirroja a la que nombre ninfa.

 

Es irritante pensar tanto en ella, me genera un malestar incómodo en mi estómago, algo que le atribuyo a la curiosidad y sorpresa de nuestro encuentro. Todo sería diferente si las cosas hubieran sido de otro modo, si ese mismo día no hubiese sido el día en que rompieron todo de mí. Sacudo la cabeza, no quiero pensar ahora en eso, quiero olvidarlo y fingir que jamás existió, y aunque sé que es imposible, me fuerzo a hacerlo.

 

Finalmente, llegué al lugar, estacionándome cerca de una especie de fuente redonda, bajando para observar más atentamente el lugar. No sabía que existía un lugar así de pacifico en Seúl, parece que la ciudad jamás dejará de sorprenderme. Todo es tan armonioso, lleno de paz y luminoso, me tienta a buscar un lugar cercano o semejante a este, crear una especie de refugio que me mantenga lejos de mis negativos pensamientos y sentimientos.

 

No me di cuenta del tiempo en que me quedé contemplando todo el lugar, pero al ver el reloj en mi muñeca, me di cuenta que ya habían pasado unos minutos del inicio de la reunión. Caminé con rapidez a la puerta, buscando algún timbre que tocar, y cuando lo logré presionar, casi me rio del sonido, parecían campanas. Cubrí mi boca con una mano, antes de alzar la vista, al notar la puerta ser abierta, así que me enderecé, aclarando mi garganta.

 

-Disculpe por la tardanza, me entretuve un par de minutos con la hermosa vista de su jardín -fue lo primero que dije, inclinando con ligereza mi cabeza -. Soy Kim Taehyung, el modelo que va a... ayudarla -susurré la última palabra, observando mas cuidadosamente a la persona frente a mí.

 

No creo en las casualidades.

 

No creo en las coincidencias.

 

No creo en el destino.

 

Y aquí estoy, de nuevo frente a frente con la chica pelirroja que me ha atormentado la mente desde hace varios días,




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