Día 1.

Domingo 20 de Octubre. 11:11 pm.

Querido Diario:

Desperté hoy con la esperanza de que fuera una pesadilla. Que vería mi teléfono con un mensaje de él diciéndome "Buenos días  mi reina". Pero no fue así, aun siento que todo es irreal.
La comida me sabe mal, hasta llegar al punto de vomitar. Todo se me juntó. Los males sentimentales si afectan el cuerpo No se que haré ahora. Anoche me dijo que al llegar a su casa se quebró. El dijo que se había privado de sentir cosas negativas pero con todo esto, nos quebró el corazón. Tal vez el alma. Si llego a conseguir lo que me propuse, estoy segura de que aún lo haré pensando en él. En decirle, "Mira esto, ¿podemos regresar?"... Pero no funcionará tan fácil, ¿cierto?

No sé cuánto tiempo más pasará. Pero estás últimas horas se me hicieron eternas.

Sólo espero a la noche para llorar.

Cuando intento comer me da asco. Y termino vomitando. Empiezan a notar mi cara. Perdí el brillo de mi rostro. Es como si me hubieran quitado una parte de mi. Tampoco me reconozco al espejo. Hacia tiempo que no veía a esa parte mi toda destrozada, vi grietas como si de una artesanía de barro se tratase. Algo que va con mi personalidad, alguien que me hacía sentir llena. Solo él. Me siento sola. Quiero decirle que lo extraño. Quiero abrazarlo, besarlo. Hacerle reír. Acariciar su cabello y su barba. Dejarle muchos besos en su mejilla y en su carita. Dejar que duerma en mi regazo. Absolutamente todo me recuerda a él. Todo.
No creo superar esto. Pero estaré aquí, esperando por él. Que diga que me ama. Lo extraño tanto. No me es fácil conciliar el sueño. Y eso que con solo cerrar los ojos visito a Morfeo, pero ya no puedo. Mis fuerzas son pocas, ya no me rio como antes. Lo que me daba risa ya no me da gracia. Él era una luz que me protegía y me hacía sentir segura.

¿Dónde está mi luz?