Capítulo 4
Después de llegar a casa me dirigí a mi habitación tan pronto como se detuvo el auto. – señorita Molín no tengo apetito iré a descansar, por favor comuníqueselo a mi abuelo, tenga buenas noches, me dispuse a tomar un baño con sales aromáticas me sentía agotada por el día de hoy; me coloque mi pijama de seda para ir a dormir una vez tumbada en la cama empiezo a recordar y llegan muchas imágenes de cuando era pequeña con mi madre y padre a mi lado, riendo siempre estábamos riendo, como si la vida se tratara de las risas y los buenos momentos junto a ellos.
En mi mente solo pienso que ya no soy esa chica alegre, llena de sueños, los cuales no recuerdo cuales son, fabrique nuevos recuerdos con el tiempo después de que no recordara nada luego del accidente, que yo estoy en una ciudad de papel y que yo soy una gente de cristal gris sin personalidad, que en cualquier momento puede romper el papel de su ciudad y caer; junto con ella puedo romperme y desaparecer en mil pedazos.
Me despierto con una lágrima en mis ojos muy asustada y exaltada por no recuerdo que cosa una vez me quede dormid, me puse mi bata sobre la pijama y fui a dar un paseo matutino alrededor de la casa, estaba amaneciendo pero aún no salía el sol completamente, mientras caminaba encontré el banco y me senté y me quedé pensativa, antes de salir de la habitación tome un cuaderno y mi bultico con los lápices de colores y una vez sentada en el banco mientras habría mi cuaderno y comencé a dibujar lo que se me viniera a la mente sin control y empezando a dejar fluir mis emociones.
Jack.
En el avión siento como alguien de voz masculina me susurra en el oído, - señor despierte ya es hora para aterrizar y debe colocar su cinturón de seguridad, abro mis ojos aun pesados por el sueño y los estrujó para poder despertar bien, bostezo al mismo tiempo que engrapo mi cinturón de seguridad para después despertarme con un gemido en los labios y el aeromozo se aleja un poco y lo llamo otra vez – ¡sobre cargo! - ¿! ¿¡Si, señor dígame!? - y pedí un capuchino con mucha crema batida y un poco menos de leche descremada.
Al aterrizar el avión suelto mi cinturón de seguridad una vez el avión se detiene completamente y la voz de la sobre cargo se escucha en francés decir “pasajeros con destino a parís, hemos llegado con un buen clima y seguros; una vez desabrochen sus cinturones de seguridad espere a que su compañero salga y tome su equipaje de mano para que usted de igual forma continúe los pasos y pueda salir del avión sin ningún inconveniente, gracias por ser un fiel usuario de nuestra línea aérea Delta Air Line” me levanto y abro el porta equipaje para sacar mi bulto, no acostumbro a viajar con molestas maletas, pero traje una por si acaso, también no era que sería un viaje largo, solo quería comprobar el estado de salud de mamá y que no fuera un puto plan para que viajara a parís; dejar la universidad por un tiempo parecía entretenido y así me sacaba de encima a la pesada de Alexandra Pakiston, la más buena de la universidad, pero pesada como plomo; el recordarla se me hace agua la boca pero el solo recordar que me dijo que deseaba que fuera el padre de sus hijos me hizo reconsiderar la idea de volvérmela a follar, baje y fui a buscar mi maleta y vi a una persona con traje muy fino y ensacado al igual que tenía un cartel muy grande con mi nombre y me dirigí hacia él.
- Hola joven Naismith lo estaba esperando, sus padres estarán muy contentos de verlo. -dijo con timidez, pero con precisión.
-Por favor solo Jack. -respondí.
-Soy su secretario por el tiempo de su estadía aquí, mi nombre es Mateo Prix – dijo y me extendió la mano.
-Un gusto señor Prix, pero no trabajara conmigo, dígale a mi madre que vine de vacaciones no para ir a juntas y aburridas reuniones, que para eso mejor me hubiera quedado. - dije para luego ir y coger un taxi y decir - A la mansión Naismith por favor (le mano ir de Naismith s'il vous plaît).
Ya en el taxi y camino a casa, encendí mi celular, por eso de que no se pueden prender en los aviones y usar las aplicaciones, agarré mi teléfono y pude ver un mensaje que decía:
“Esa noche fue especial espero que se repita, y me busques una vez te aburras de tu querida esposita; te ama con locura”
Atte.: Megan Maxwell.
Me quede muy sorprendido, por el contenido del mensaje y de como ella sabía eso, a lo mejor se lo dijo borracho, pero no creo; no soy de esos ebrios que dicen la verdad borrachos y no lo recuerdan, Me dispuse a contestar ese mensaje.
“Lo siento Preciosa, Yo no repito nada con nadie, solo una noche es la regla... Amor.”
Pdta.: dile a alguien más que repita contigo… Besos
Cerré el teléfono y me dije - ¿quién será no me acuerdo de ella?, la única con la que estuve recientemente fue la rubia del vestido de dos colores, que era bastante buena en la cama, - pero bueno se quedara con las ganas. El conductor me veía con deseos de preguntar algo y lo ignore cogiendo el teléfono marque el número y acercándolo a mi cara esperaba mientras sonaba que alguien contestara.
Natalia.
-Señorita que hace fuera de la casa tan temprano y con este clima; dijo Rosa entregando me una manta la cual puso sobre mis hombros y acomodo a mi alrededor.
- ¿me puedo sentar señorita? Me pregunto tomando asiento sin siquiera esperar la respuesta.
-No podía dormir y el dibujo me ayudo a relajarme. -dije cómoda dónde estaba.
Dibujé a muchas chicas modelando la ropa que les quise poner, me encanta el arte de la indumentaria, por eso cada vez que puedo convino mi ropa como me siento en ese momento.
Mire qué bello quedó señorita, pero ahora entre a la casa, me dijo señalando me la dirección hacia la entrada que se encontraba cerca de nosotras por donde ella salió con la manta.
-Está bien y gracias nana, dije y me fui en dirección a la casa junto con la manta abrigándome todavía.