Su mirada azul grisácea estaba fija a mis ojos húmedos y rojizos. Él estaba esperando el momento en el que yo dejara de llorar.
Pensé que solo se me saldrían unas cuantas lágrimas, pero me equivoque, ese pequeño llanto se prolongó un poco más de lo esperado. Así que había estado abrazada a él por un buen tiempo y luego me hizo sentarme en una de las sillas que había en la cocina, para luego tomar unas cuantas servilletas, arrodillarse enfrente a mi y pasarlas con delicadeza por mis mejillas.
Suspiró y decidió por mi, que ya era el momento de dejar de llorar.
–Cualquier cosa que te haya hecho o dicho ese tipo no te puede derrumbar de esta manera, he visto que eres más fuerte que esto, tu lo sabes, así que levántate y sigue siendo esa Elisa Moore que es un cofre de maravillas difícil de abrir –habla suave, en un tono tranquilizador.
Toma mi cara entre sus manos y como por instinto cierro los ojos y los presiono como si no quisiera ver lo que va a hacer. Siento como se acerca a mi oído y me murmura algo:
–Ahora quiero que sonrías ¿Okay?
Asiento y abro los ojos, él sigue cerca de mi, pero ya no me da temor de que haga algo indebido, porque él entendía que eso no va a pasar.
Toma una de las servilletas que tiene en su regazo, con una mano sostiene mi barbilla y con la otra limpia cuidadosamente mis mejillas.
Con cada movimiento que hace se concentra más, mientras tanto yo miro sus hermosos ojos azules grisáceo.
No sabía en qué momento exacto había dejado de limpiar mis lágrimas, pero de lo único que me doy cuenta es que lleva unos segundos mirándome.
De pronto, se escucha que alguien se aclaraba la garganta, ese simple sonido nos alarmó a los dos y términos parados y muy alejados uno del otro.
Tratando de volver a la realidad, miro a la persona correspondiente de la interrupción.
Era imposible, increíble y todo lo que terminará con "ble".
Casey estaba parado al frente de nosotros, en la entrada de la cocina.
–Quiero explicaciones, ahora –habla con exigencia.
Se merece mi explicación, la verdad, fue víctima de mi loca decisión.
Josh me miraba preocupado, espera una respuesta por parte mía, volteo a mirar a Casey, este también espera una respuesta mía.
No se que hacer, ni que decir o por donde empezar a contar los echos.
Suspiro muchas veces de modo que parece que me falta la respiración, eso era lo que sentía.
–Mi abuela murió sin haberse despedido de mi y cuando sucedió eso me sentí abandonada, sentía que no merecía estar con mi abuela, entonces, como no merecía estar con ella tampoco merecía tener una familia, tener amigos o tener una vida feliz –limpie una lágrima que se me había escapado e intenté calmar mi respiración. Para las primeras noches, simplemente odie la vida, odie estar viva y mi abuela muerta, odie cada segundo que pasaba sin ella, pero no podía hacer absolutamente nada, también odie eso. Odie tantas cosas, que tener todo lo que yo pensaba que no merecía se me hacia fastidioso, como si todo fuera solo un estorbo.
Paro de hablar para volver a calmar mis respiración, miro a Casey, el cual parece estar perdido en lo que era el inicio de mi explicación. Volteo y miro a quien reflejaba una infinidad de emociones en su rostro, me miraba preocupado, pero enojado y a la vez triste. Ese chico me sorprende de todos las maneras posibles.
Comienzo a hacer ejercicios respiratorios para mejorar mi respiración, inhalando y exhalando.
Josh esta tan preocupado que al ver que mi alargada pausa es por mi dificultosa respiración, comenzó a rebuscar en la alacena un vaso, a los segundos lo encontró fue directo al refrigerador y tomó la jarra llena de agua.
Me extiende el vaso y sin dudar lo tomo para comenzar a beber. Beber el agua me ayudó mucho para calmar mi respiración.
Miro de nuevo a Casey, él me miraba dolido, esta en todo su derecho de mirarme de esa manera en la que hace romper mi corazón en mil pedazos.
–Yo siempre supe que era como un estorbo, estorbo en mi casa, estorbo en el colegio, estorbaba alrededor de las personas que eran mis amigos. Y digo "eran", porque yo los aparte, tengo muy clara que mi soledad es causada por mi misma. Aunque de alguna manera me siento bien estando sola, creo que estoy destinada a estar sola.
Lo que había dicho hasta me hizo pensar. Lo que había estado hablando lo sacaba de los pensamientos que tengo en estos momentos. Pero, nunca había pensado en eso de "estar destinada a estar sola" aunque es una buena descripción de mi vida y futuro.
–En fin, es mejor así y disculpa por creer eso, porque se que nuestra amistad fue muy bonita y todos pensábamos que iba a hacer una amistad eterna, aunque después de todo, en los días que sucedido lo de mi abuela y mis pensamientos arrebatados, tu estabas... Pensando en crear algo nuevo conmigo y lastimosamente yo pensaba en alejarme del mundo, tan empeñada estaba en esa idea que... –estoy pensando mucho en lo que voy a decir– rompí tu corazón sin pensarlo dos veces –comencé a llorar sin querer– Lloraba todas las noches por haber echo eso, hasta que me convencí que lo mejor para ti era no pensar en mi de esa manera.