Me dijiste que me querías, me confesaste que yo también te gustaba. Que quisieras tomar un avión y llegar rápido conmigo.
Eso fue como un sueño, del cual nunca quería despertar. Me preguntaste si queria ser tu novia y yo, con mi cara muy sonrojada, casi llorando de alegría, dije que sí.
Tú en un país, yo en otro. Tan cerca y tan lejos, como enero y diciembre.
Pero nos queríamos muchísimo, eso creía.
Y Era lo más importante.
Rayos... cada vez que lo recuerdo se me cae la vida en pedazos... Y es bueno, así aprendo la lección. Así comprendo que no es bueno confiar en gente como tú.