Ya no estabas.
Otra vez, de vuelta a mi oscuridad.
Otra vez ahogándome, sola, en mi mundo sin color.
Al lado de alguien a quien ya no amaba por tu culpa.
Alguien que quizás me hacía más daño que tú.
Pero el tiempo pasó rápido y el amor que sentía por ti, empezó a esfumarse.
No es bueno mirar atrás, sin embargo, yo sentía algo de culpa, no se por qué demonios soy tan extraña. Después de dos meses sin hablar, te envié una de esas manitos amarillas que te saludan. Lo hice por facebook, porque ya había borrado tu número y tu whatsapp.
Quería demostrar que solo no te guardaba rencor, tal vez pensaste que yo te extrañaba y hasta yo lo pensé por un segundo, pero en verdad no era así. Yo sentía que te había superado, después de haberte llorado un río, un mar y un diluvio.
"Hola"
Cuando vi eso, sonreí. Pensé que no ibas a responderme y que me odiabas.
Pero no, parecías estar muy tranquilo.
Me contaste muchas cosas, como habías estado, todo lo que habías hecho. Tus viajes, tus vacaciones...
Yo estaba dispuesta a recuperar al menos nuestra amistad.
Pero tú...