Un fuerte viento golpeó su rostro, mientras que a la distancia se escuchaban explosiones, Francis hizo caso omiso a los ruidos que se oían y se concentró únicamente en su agarre a medida que subía las montañas que rodeaban el Cañón.
“Cuidado, suele haber serpientes por entornos cómo este, si escuchas algo avisa y déjame revisar primero” dijo el soldado Gil que estaba guiando el camino.
“¿Qué sonidos debería estar atento? -Respondió Francis- es difícil escuchar con el viento y las explosiones de fondo”
“Pues tendrás que empezar a ignorar las dos cosas, tenemos que llegar a los nidos en unos días y pronto habrá cada vez más peligros”
“llevamos ya dos días subiendo ¿estás seguro que habrán nidos en lo alto?”
“Seguro, si no están de nuestro lado estarán del otro, y con suerte ellos lograrán hacer bien su trabajo”
“¿Cómo puedes estar tan seguro que encontraremos un nido?”
“Porque les gusta hacer sus nidos en lo alto, son muchos y hay un enorme espacio sin contacto humano del otro lado, a no ser que esas tierras se convirtieran en un terreno montañoso en los últimos dos siglos los registros dicen que esta cordillera debería ser la única estructura natural lo suficientemente alta, y si nunca han atravesado la cordillera escalando es porque hay algo que se lo impide… solo espero que no sea un dragón”
“¿Qué tiene si fuese un dragón?”
“ Si es un dragón entonces estaremos todos muertos, por ambos lados… y todas las tierras de Lord cruel que intentamos defender se convertirán en un mar de cenizas y muerte”
En ese momento un fuerte ventarrón los golpeó nuevamente, casi llevándose a Francis con él, solo los rápidos reflejos de Gil le permitieron clavar la soga que los sostiene para evitar la caída de ambos.
“Gracias” Dijo prontamente Francis
“No te preocupes, pero ten cuidado, de ahora en adelante será más difícil el terreno”
“¿Cómo es que estás tan calmado ante todo esto?”
“Tuve entrenamiento explorador hace un par de años, cuando Lord Cruel quería expandir sus dominios, hubo varios muertos surcando zonas montañosas como estas, y aprendí a no ser uno de ellos”
“Eso… eso es bastante útil”
“lo es ahora, aunque te juro que deseaba nunca haber sido parte de eso cuando nos dimos cuenta que la exploración no sería fructífera en absoluto”
“¿y eso por qué?”
“porque todo lo que encontramos era terreno baldío”
La charla continuó mientras seguían su camino, escalando lentamente la montaña hasta que la oscuridad se precipitó sobre ellos, armaron su campamento, lo más cercano que podían a una pared y comieron raciones secas y frías, pues no podían darse el lujo de encender un fuego y revelar su posición, durante la noche procuraban dormir cuanto podían, aunque hubo un momento en que una enorme luz los despertó, a sus ojos casi podía jurar que el sol había salido con más prontitud de lo normal, hasta que retornó la oscuridad.
sus mentes les decían que algo estaba ocurriendo y que debían bajar para ayudar, pero procuraron centrarse en su deber, y aunque desearían poder seguir escalando de noche, la poca visibilidad los haría caer muy fácil, por lo que solo podían esforzarse en dormir y seguir escalando.
A la mañana siguiente prosiguieron su camino, hasta que de repente vieron como un enorme rayo de luz, como si del cielo hubiese una lupa gigante canalizando la potencia del sol los deslumbró, al poco tiempo, otros tres rayos cayeron en la cercanía.
“Mierda, ese fue un ritual de Nahr, la lucha debe estar difícil allá abajo” Exclamó Francis ante la situación.
“Definitivamente ha de estar difícil, pero estará peor si no nos concentramos en subir”
“Al principio no se sentía tan peligroso como ahora, pero… ¿cómo le haremos para enfrentarlos?”
“No lo haremos, nos esconderemos todo lo que podamos y buscaremos unos huevos que están mal posicionados para arrojarlos”
“¿escondernos? pero si solo son wyvernos”
“¿Solo son..? ¿qué? ¿qué dices?”
“Son wyvernos ¿no?, esos mini dragones que usan algunos caballeros de este”
Gil soltó un suspiro profundo ante este comentario y miró a Francis.
“Mira, hay varias cosas mal con lo que dices empezando con lo de dragones, pero dejemoslo en que un wyverno puede calcinar a un devorador como si fuese una vaca cualquiera, y si nosotros no tenemos cuidado nos destrozará con aun más facilidad”
Francis tragó saliva ante esta noticia, creía que estaría a salvo mientras subía la montaña y por eso se ofreció voluntario sin dudar ni un instante, pero ahora tenía noticias que su misión era tanto o más peligrosa que la defensa en lo bajo del cañón.
repentinamente, la escalada se volvió mucho más silenciosa, mientras Francis y Gil, que hacía de guía, se concentraban cada vez más en lo que los rodeaba, atentos ante cualquier sonido o peligro.