Lunes, Octubre 21
—Hola Holly, disculpa que te llame tan temprano pero me preguntaba si ¿me podías hacer un favor? —cuestiono Cameron dudoso.
—Supongo que aunque no se me va a pagar por este favor lo puedo hacer.
—Genial, muchas gracias. Deje en mi departamento unos papeles que los necesito para entregar una tarea, están alado de mi cama en el buro.
—Entiendo, lo buscare y te lo traeré.
Nos despedimos y después colgamos, agarre todas mis cosas, me asegure de cerrar bien y me encamine hacia su departamento. Cameron me había comentado donde se encontraba su llave de repuesto por lo cual seguí sus instrucciones y a los pocos segundos ya estaba adentro.
—Es más ordenado que yo —murmure impresionada.
Bien a buscar los dichosos papeles.
Creo que me retracto, puede que todo lo demás este ordenado excepto su cuarto, ¿se puede desordenar un cuarto de forma tan horrible en pocos días? Porque yo lo recuerdo bastante limpio.
Me senté en el piso cruzando mis piernas y empecé a rebuscar entre sus cosas para encontrarlo.
Lista de Holly.
Fruncí el ceño de solo leerlo y aunque sabía que estaba mal pero agarre la pequeña hoja donde estaba mi nombre.
Objetivo:
1.Hablarle a Holly
2.Ganarme su confianza.
3.Se abra a mi
4.Hacerme su amigo
5.Ha...
¿Qué rayos? ¿Es que era un plan?, ¿Abrirme a quién? A que me salgan una mala jugada donde soy el ratón de laboratorio.
Es mi problema que tan abierta o cerrada puede ser con las personas, ¿cómo se atreve a querer manipular mi vida?
No me importa que tan nobles fueran sus causas para adentrarse en mi vida, al final fui un juego de laboratorio.
Cuando visualicé los dichosos papeles los tome botando la lista y sin más me fui, le deje los papeles a un conocido de Cameron, lo menos que quería era verlo.
..
Estaba harta.
El increíble profesor - imploro que noten el sarcasmo- quiso que hiciera un dibujo para los grados menores al nuestro.
Pero simplemente no me salía, las gradas estaban llenas de mis hojas hechas bola y mis cosas regadas.
Por lo general casi nadie venía aquí, por eso es mi lugar preferido, es tan silencioso que me ayuda para dibujar y aunque como cualquier persona normal se sentaría en las gradas me siento algo expuesta cuando he intentado estar ahí así que su parte interna es mi favorita, eso sin contar que como cualquier chica tiene sus hormonas cuándo los chicos viene a entrenar.
—Si intentabas sorprenderme has fallado —hable arrancando otra hoja de mi libreta con enojó y desesperación.
—Si pues tú vas a sorprender a tus nietos cuando sepan que si abuela mató a los árboles y por eso están en Marte.
Levante mi vista frustrada.
—¿Qué deseas Cameron? No estoy de humor.
El chico soltó una carcajada sentándose a mi lado.
—Jamás estas de humor Bluberry —hice una pequeña mueca cuando dijo el apelativo.
—Mis padres no me pusieron un nombre para que tú me llames como quieras.
—Pero si yo me partí la cabeza pensando en él, aparte de que es como tú —se llevó una mano al pecho con extrema exageración —no aprecias mi esfuerzo.
—Sí, tienes razón no lo valoro, ahora ¿por qué estás aquí?
Cameron soltó un largo suspiro —Digamos que he hecho las paces con tus amigos y hemos planeado una salida al cine.
—No tengo ganas gracias, tengo tarea—recogí mis cosas dejando el lugar limpio y me levante.
El chico frunció su ceño enojado y se plantó enfrente a mí.
—Holly eres una persona demasiado difícil, ellos son tus amigos y me eh querido adaptar a tu entorno pero no lo haces fácil, hay veces en la cual eres más abierta pero en otras ocasiones eres cerrada y mal humorada.
—¡¿Y qué quieres que sea?! ¿La princesita correcta que no hace nada mal?
—¡Quiero que seas tú! Quiero que me dejes ver a la chica dulce e interesante que hay en tu interior.
—Esa chica se fue hace mucho apenas quedan rastros de ella Cameron, supéralo, no soy tu experimento con el cual puedas jugar a quitarle la curita de un jalón ni la cual te puedas distraer.
—No quiero jugar contigo quiero ayudarte.
—¡No necesito ayuda Cameron! Entiéndelo de una buena vez, hay partes de mí que no pueden ser recogidas por otras personas.
—Todo el mundo necesita ayuda Blueberry, tal vez no pueda recoger aquellos pedazos que se encuentras esparcidos en el suelo pero si puedo ser el hombro en el cual te puedas desahogar cuándo vallas recogiendo los uno a uno.
—¿Por qué quieres ser el hombro de mis pesares? No necesitas más problemas Cameron suficiente ya tienes con los tuyos.
—Quiero estar para ti porque sé que es recoger los pedazos solo sí que no haya nadie que te apoye.
—Pero si Cameron tiene al mundo en sus pies ¿no? Tiene a la mitad de la escuela clamando de tu atención y una familia que te apoya ¿Cómo es que esta solo el gran Cameron Stewart? —mi tono de voz salió demasiado sarcástico más de lo que debería.
—...Quieres que te cuente mis problemas cuando ni siquiera te conozco, ¿ser yo? ¿Qué te pase mis problemas? Lo único que se de ti es que eres un niño mimado que trata a las mujeres como trapos y esa información ni siquiera viene de ti Por favor no sé nada de ti NADA Cameron —y se una pequeña pausa— no me vengas a hablar de que soy complicada cuándo no sé nada de ti.
—Escucha Holly nunca juzgues a una persona por lo que aparenta ser, puedo tener la reputación de un patán o una familia presente pero no has sido capaz de ver a través del telón, así que no cometas el error de juzgarme cuando yo nunca lo hice contigo.
Y así Cameron se fue enfurecido dejándome con un mal sabor en la boca y un remordimiento que me superaba.
Sabía perfectamente que Cameron no es lo que aparenta, me lo dejó muy claro desde el momento en que lo conocí.
—Creo que me pase —murmure a la nada, me frote mis manos contra mi cara frustrada.