C A P I T U L O 2 7

Mi vida era un completo caos, solo se basaba en ir a la universidad después quedarme hasta tarde haciendo más pinturas y cuando ya era hora iba a las carreras, llegaba a mi casa a refrescarme y hacia toda la tarea que me dejaban en la Universidad.

Creo que era más que obvio que dormía alrededor de tres horas, a veces me sentía como las series de los doctores cuando son internos o algo parecido donde apenas duermen.

Pero creo que todo valía la pena, estaba juntando bastante dinero en el tiempo que llevaba claro que aún no me acercaba mucho a línea de meta (lo cual esperaba llegar con mi exposición) pero me estaba esforzando. Parecía que todo se había resumido a tener el dinero.

Sonó mi teléfono, frotándome los ojos lo agarre, sentía aún los ojos pesados y mis parpados se estaban cerrando pero forcé mi vista para prestar atención al celular.

Ahora si estaba bien despierta.

Había un mensaje de un número desconocido pero no era necesario la duda, sabía quién era, había varias fotos de mi familia, de mis hermanos yendo a la escuela, jugando en la casa, de mi mamá trabando, de mi padre en la calle.

Se notaba que los habían estado siguiendo por semanas habían bastantes fotos que lo comprobaban, hasta abajo había n mensaje;  No olvides que eres muda en esta situación linda, el tiempo sigue corriendo y espero que con ellos también mis billetes.

Apreté fuerte mis dientes hasta el punto que pensé que me iban a reventar mis muelas, quería gritar, llorar, estaba desesperada y asustada, mi familia es lo que más me importa en este mundo, esos dos lindos y alegres niños son mi mundo y los estoy poniendo en peligro sin importar lo que haga.

Me quedaba menos de un mes, pero en una semana era mi exposición solo me quedaba pedir que fuera un éxito sino no creo que hubiera mucho futuro.

Mi mañana no podía iniciar mejor.

Me levante para iniciar a arreglarme, después de la universidad tenía una cita con mi representante para que quedara todo listo el evento así que no me iba a dar mucho tiempo alistarme después.

Así comenzó mi mañana, con la misma rutina de estas semanas.

Tome mis clases con normalidad, comí con mis amigos y me topé con Cameron viéndome como se volvió costumbre las últimas semanas.

Había llegado la hora y estaba emocionada, entre al restaurante y visualice rápido a mi representante y al señor que estaba interesado en mi trabajo.

Martha y Franck.

Fui rápido hacia ellos y con una gran sonrisa los salude.

Hable con ellos sobre que pinturas se iban a escoger para el evento, vimos la dinámica que tendría que ser y la logística del evento, el orden de los cuadros, desde el que más llamaba la atención, el más profundo de cierta manera y el que vendía más fueron de los principales aspectos que teníamos que ver.

Le enseñe las pinturas que ya estaban listas y las que aún estaba trabajando, me dio algunas críticas constructivas pero al final creo que fue una reunión bastante productiva pero me sentía un mojos de nervios, me quedaban menos de una semana y me sentía más que abrumada.

Aprovechamos el tiempo para que pudiera ver otra vez el lugar donde se iba a desarrollar la exposición, era un lugar muy amplio completamente en blanco, tenía una pared que era un ventanal y hacía que entrara una luz hermosa, fácilmente me enamore del lugar.

Era elegante pero simple a la vez y con un toque delicado.

De solo imaginarme el evento se me hacía un nudo en la garganta y quería gritar como una niña chiquita que le acaban de dar su regalo de cumpleaños.

Otro día había pasado y me encontraba comiendo con mi familia y me sentía la chica más feliz de este universo.

Mi papá, mi mamá, mis hermanos y yo cenando como una familia, sentía como se llenaba mi corazón de ver la felicidad en la cara de mis hermanos.

Estábamos festejando el cumpleaños de mis hermanos y ellos habían pedido esta cena como regalo de cumpleaños. Me dio tanta ternura como unos niños pequeños querían un regalo tan simple pero especial como este.

Imagino que ha de ser difícil para mis papás, me gustaba obsérvalos y es que a veces cuando uno de ellos no se daba cuenta veía al otro de una manera especial, o se lanzaban miradas entre ellos dos que solo ellos podían entender.

Sabía que aún se querían más de lo que era de esperarse por el tiempo que han estado separados  solo que aún no entendía porque no lo volvían a intentar.

Era como si la felicidad del otro estuviera al alcance de sus manos pero simplemente no estiraban la mano para agarrarla, pero tenía la corazonada que no esperarían más tiempo.

Fue divertido ver como mis hermanos empezaban a jugar con el espagueti y hacían caras raras cuando el otro se comía su comida, como mis papás los reprendían cuando se les caía comida por estar jugando, disfrute el que me preguntaran como estaba y que sucedía en mi vida.

La cena tuve que terminar cuando mis hermanos se estaban durmiendo en la mesa así que volví a mi departamento y aproveche para organizar un poco mi cuarto cuando encontré una libreta de Cameron en mi habitación.

Cameron Stewart

No sabría decirte con exactitud cuándo inicio todo, honestamente no lo recuerdo, solo que había recibido una llamada de un número desconocido.

—Me alegra que contestaras primo.

Creo que sabemos que no hace falta que se presente, ya sabía que era Tomas, él y yo habíamos sido muy unidos en nuestra niñez, nuestros padres eran hermanos entonces la mayoría de nuestra infancia la pasamos juntos, llegó un punto donde lo consideraba un hermano.

Fue hasta que hace unos años perdimos el contacto con ellos de manera radical, no sabíamos que había pasado con ellos fue como si la Tierra se los hubiera comido de un día para otro.

Pero sabía que Tomas no tenía las mejores intenciones desde chicos, de hecho fue gracias a él que yo caí en mi peor momento, el me enseño todo lo que en ese tiempo sabía.