?CAPÍTULO ÚNICO?

Me removí como gusano en la cama en busca de la parte fría de la cama, porque en la que estaba se sentía muy caliente.

Poco a poco fui abriendo mis ojos con demasiada pereza, pero no logre casi nada. 

Aun con los ojos cerrados tantee en mi cama en busca de mi bebé blanco. De por si soy medio idiota y con sueño...agarrenme que me les voy.

Cuando pude tomarlo entre mis manos, lo encendí.

¡Yisus! 

Cuando abrí los ojos en busca de la hora todo el bendito resplandor, al cien, me dio en los ojos. 

Me repetí mentalmente que no debía de dejar todo el brillo puesto y que no hay nada en mi cuarto a las tres de la mañana. 

Cuando recobré un poco de mi consciencia me percate de que mi teléfono no estaba reproduciendo la música que dejo habitualmente para ahuyentar demonios, pero luego recordé de que no la había dejado puesta.

Imbécil.

Volví a agarrar el teléfono para ver la hora y eran las doce del mediodía. 

Me enoje conmigo misma por no dormir más de ocho horas. Todo era culpa de la universidad a la cual aun no entro por la bendita "pandemia" del coronavairus, pero que aun así cuando fui a entregar mis papeles y tomarme la foto horrenda tuve que hacer el sacrificio de levantarme temprano porque "disque" se llenaba. 

Pura mierda.

Estaba más vacío que el bra de mi mejor amiga y que el mío, y que el resto de mis amigas.

De repente y sin previo aviso, recordé lo que había soñado hace unas horas. Todo mi cuerpo sintió nauseas cuando recordé que quién estaba en mis sueños era uno de mis ex's. No era un sueño, era una pesadilla horrible.

Trate de estirarme lo más que pude para levantarme de la cama e ir al baño. Antes de salir abrí las cortinas de mi cuarto y todo pronosticaba que iba a llover. Las montañas estaban completamente opacas.

¡Dios manda la lluvia que no hay agua en mi casa!

Un golpe en la puerta hizo darme media vuelta y caminar hasta ella para ver a uno de mis bebés dentro de la casa.

—Hola mi amor —dice mi mami sentada en el mueble con el teléfono en manos y con el televisor encendido.

—Buenos días ma —digo agachándome para tomar la carita preciosa de la cosita peluda de mi casa—. ¿Y el viejo?

—Anda haciendo un trabajo.

Termine de acariciar a mi bebé peludo y me encamine sin decir nada hasta el baño para ir a hacer pis. 

Me sentía fatal. Estaba agarrando una costumbre bien fea de estarme acostando a las cuatro o cinco de la mañana leyendo libros en Wattpad.

Si mi mami se da cuenta, santísima regañada la que me va a dar.

Cuando me mire al espejo entrecerré los ojos.

—Hola hermosa —me dije coqueta.

Me lave rápidamente las manos y salí del baño para caminar hasta mi cuarto de nuevo. Largas tierras.

Hoy había amanecido con ganas de escribir.

Sin más me dispuse a la tarea de abrir mi computadora y abrir Chrome para poder entrar a mis historias en Wattpad. La vida de escritora no es nada fácil.

Tuve una fantástica idea para crear un ambiente "gracioso" en los personajes. No sabía si resultaría, pero me dispuse a poner mi imaginación en marcha. Estaba como loca escribiendo hasta que mi mamá me interrumpió.

Con pereza me acerque hasta la puerta y saque la mitad de mi cuerpo para preguntar qué quería.

—Gisselle anda compra guineos y carne molida para los perros. —Estiró el dinero hacia mi, pero no lo agarre.

—Espéreme un ratito —digo volviendo a meterme en el cuarto y cerrando la puerta.

Había algo que si me enojaba y era ir a la pulpería. A veces ni siquiera me entendía, porque la tenía justamente enfrente de mi casa. Pero siempre lo he dicho y lo citó de nuevo...

"Nací por cesárea, eso quiere decir que no quería nacer. La hueva ya viene instalada en mí, como el software en computadora."

Me volví a sentar enfrente de mi computadora, pero esta vez tome a mi bebé blanco en mis manos para revisar los mensajes del WhatsApp y lo demás. Lo normal, mi familia siempre me llenaba de mensajes el teléfono.

¡Dios! Quítales el internet.

Tenía mensajes de otros grupos —mis compas de siempre— y mensajes de mis amigas. No iba responder aun. Entonces me di la tarea de revisar los estados. Todo igual. Había uno que otro que era sobre lo de Anonymus. Tenía que estar al corriente de todo el chisme, pero lo haría luego. Respondí algunos estados para luego salirme de la aplicación.

Entre a Wattpad y todo estaba calmado.

Salí de nuevo a la sala y mi mami me volvió a decir lo que tenía que comprar.

—Compra los guineos, la carne molida. Compra queso también y les traes semitas de seis para que coman por mientras. —Yo solo memorizaba cada cosa—. Si no hay carne molida, compra dos libras de pollo.

—¿Qué vamos a comer?

—Hace tajadas con tocino y queso.

—¿Yo?

—Sí, vos.

Entrecerré mis ojos y ella hizo lo mismo. Ni modo, hoy era la Cenicienta. Volví a meterme al baño para peinarme y cepillarme la boca.

Cuando salí me sentía del asco, aun tenía sueño y andaba con mi cara de zombie trasnochado.

Entre nuevamente a mi cueva y comencé a buscar con la vista mis crocs, pero no los mire, tampoco me iba a agachar para ver debajo de la cama. Salí para ir a buscar un par de chanclas al de mi mami y las primeras que vi, me las puse.

Pedí de nuevo el dinero y salí de la casa solo para cruzar la calle e ir a comprar las cosas.

—Te desapareces muchacha —dice el señor sonriendo.

—Ya sabe que yo nunca salgo de mi casa —me rió porque es siempre así. En la cuadra o mejor dicho, en la colonia casi nadie me conoce por ser tan ermitaña.

Con pereza empecé a pedir cada una de las cosas que mi mami me mando a comprar. De paso me compre un litro de jugo de naranja y dos paquetitos del kiki maijen tu mai celf.

¡Uy! Kieto.

Dije mentalmente al sentir mis tripas ronronear del hambre. 

Perra hambre la que me cargaba.

Como era de esperarse el señor y la señora de la pulpería se iban a tardar lo que ellos quisieran. Tampoco era como que tenía mucho pedo por eso.