A través de mi

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CAPÍTULO 4: TRISTEZA

El enojo se vuelve tristeza, tu cuerpo y mente se vuelve a eso sientes que desfalleces, ya no eres tú, aunque por fuera estés feliz por dentro pides auxilio.

En cualquier dificultad que estés pasando ya sea por la primera o segunda, no tiene que ser así y por eso te presento a Jesús, mi compañero de vida.

Entonces, aprendamos a sanar pero ya no solos, con Jesús, recordad que nos dijo: “Ustedes todavía no han sufrido más que pruebas ordinarias. Pero Dios es fiel y no permitirá que sean tentados por encima de sus fuerzas. En el momento de la tentación les dará fuerzas para superarla”, solo necesitamos a Jesús, vayan, pero vayan como niños cuando hacemos algo mal y nos arrepentimos, porque él ya nos dijo: “Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí: El Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos”, después de todo, para Dios todos somos hijos que buscan consuelo en él, por lo tanto, seamos como niños contándole nuestros problemas, él ya nos conoce solo seamos sinceros con el Señor.

Y si no sabemos qué decir, digámosle: “Pero tú, Señor, no te alejes; fuerza mía, ven pronto a mi auxilio”

CAPÍTULO 5: SORPREZA

Es sorprenderte cómo él llega a nuestro auxilio como nos cubre con su manto y como nos vamos recuperando poco a poco, pero él es el único que nos puede sacar de lo más profundo.

Entonces, clamemos como dice: “Señor, te llamo, ven a mi sin demora, oye mi voz cuando grito”, Jesús nos escucha, siempre nos hace sentir su amor.



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En el texto hay: espirital, devocion

Editado: 25.08.2024

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