demonio. Por último, usen el casco de salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios”, entonces, en cada momento exaltemos al Señor, y no tendré miedo, por qué: “¿De dónde me llegará ayuda? Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”, me acompaña: “Te preserva el Señor de todo mal, el guarda tu alma.
Él te guarda al salir y al regresar, ahora y siempre”
Me mandó para un propósito, me está entrenando y no voy a temer, soy hija del REY.
“Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia”.