—Tienes que someterte otra vez a la prueba Heyden. —repite Aker por segunda vez
—No, no lo haré. No sabes lo que yo sentí al estar dormida o inconsciente, sea lo que haya sido eso. —dije sentandome en la esquina de mi cama observando por la ventana a los demás ayudantes de mi padre con pacientes.
—Entiendo, no pase por lo que pasaste pero, puede que haya significado algo y podamos obtener respuestas del porque puedes viajar a los sueños de los demás.
Aker me mira desde mi pequeña mesita de noche, al frente de la cama, esperando a que yo acepte su propuesta, la cual no me llama mucho la atención. Sigo con los ojos puestos sobre las personas en el patio pero de reojo lo observo, él esta impaciente.
¿En serio cree que es fácil para mi decidir?
No tiene gran paciencia.
—Ya ha pasado una semana Heyden y tenemos que seguir con el proceso, y lo más cerca que has estado de proyectarte en los sueños de alguien es cuando lo haces en los de tu amado Dylan.
¿Algo es algo, no?
Esta vez si lo observo —Eso no es asunto tuyo Aker, yo puedo hacer lo que yo quiera con mi poder, don o lo que sea.
—Si es de mi incumbencia ya que tu padre me a dado el trabajo de informarle todo lo que pase contigo, mejoras o avances. —se levanta de la mesita de noche y se dirige a la puerta. —Te guste o no, él igual te hará hacerlo y no lo podrás evitar.
Sale y asota la puerta con un aparente enojo.
La verdad no entendo su enojo, solo dije que no quería hacerlo, porque entrar en ese lapsus de sueño o viaje que hice no me dejó dormir en paz por varios días, hasta hace poco que me proyecte en el sueño de Dylan.
Sigo viendo por la ventana a las personas ir y venir, hasta que dos toques en la puerta me sacaran de mi insimismamiento.
—Pase, esta abierto. —me acomodo correctamente sobre mi cama.
—¡¡Hola!! ¿Como está mi mor favorita? —entra casi gritando mi mejor y única amiga, Lilieth.
—Mejir ahora que llegas, no sabes lo desesperante que es estar aquí sola, solo observando a las personas por la ventana.
—Lo sé preciosa, lo sé. Por cierto, ¿Le rompiste el cocoro al pobre de Aker? Estaba re-molesto cuando lo vi hace unos minutos al venir para acá.
—No le rompí nada, exagerada. —Volteo los ojos.—Solo le dije que no quería seguir con la prueba de hace una semana porque me dio mucho miedo, y pues, se molestó. Ya sabes como es. —hago un ademán para restarle importancia y me acuesto dramáticamente sobre la cama.
—Sé como es, y también sé que lo que sucedió te aterró, pero tienes que seguir con eso para poder saber como haces lo que haces. —explica imitando mi acción.
¿Porqué todos me dicen lo mismo?
—¿Oye de que lado estas.?
—Estoy del lado de la razón mor. Además, si yo tuviera tu poder quisiera saber de donde proviene.
—Pero yo no. —dije cabizbaja.
—¿Porqué no? ¿Temes ser lo que tus pasadas familias adoptivas dijeron?
—Exacto. Se que no lo soy, pero, ¿Y si de verdad puedo serlo? ¿Y si soy producto de algo malo y peligroso? Y si....—
—Ey, tranquila, no pienses esas cosas mor, no eres producto de algo peligroso como dices.
—¿Que tal y si?
—No lo sabrás si no sigues con la prueba. Además solo fue la primera vez, no sabes si será diferente la próxima.
—Mmm, lo pensaré, tal vez tengas razón.
—¿Como que tal vez? Siempre la tengo preciosa. —exclama con orgullo y reincorporandose. —Pero bueno, cambiemos de tema, cuéntame como te fue con tu preciado Dylan.
—De lo mejor, no te lo imaginas. —le cuento con lujo de detalles lo poco que sucedió con Dylan. Recuerdo los pequeños escenarios y me sonrojo de solo pensar en él.
—¡Así como lo dices hasta yo me enamore perdidamente de él, marica! —bromea divertida.—Es broma mor, jamás haría eso, ya tengo a alguien así de bueno; no le digas a nadie pero es uno de los ayudantes de tu padre.
—¿Porqué no me sorprende? —niego riendo. Es de esperarse, ella es muy coqueta con medio mundo.
Seguimos hablando sobre Dylan. Sobre lo loca que se pone Lilieth al estar cerca del ayudante de mi padre, cuyo nombre es Jean; de lo bien que la trata y las cosas cachondas que hacen que prefiero no mencionar.
Pasan varias horas desde que llegó y logró alegrarme con sus inventos, historias y anécdotas. Por eso es mi mejor amiga, es tan buena escuchando y dándole un brillo a la vida de los demás.
Un toque en la puerta nos saca de nuestro tema de amores fallidos y platónicos. La puerta se abre dándole paso a la silueta de un joven con traje de enfermero de unos veintitantos. Es el ya antes mencionado Jean.
—Lo siento si interrumpo algo, pero Lilieth, tenemos que ir a hacer los chequeos de rutina.
—Cierto, lo había olvidado. En un segundo voy Jean. —le guiña un ojo de manera coqueta y con un leve sonrojo. Jean asiente y sale. —Ay mor, ¿no es una hermosura? ¡Me encanta!
Ella, para mi, es la loca del amor.
—No creo que haya una persona más rápida que tú, con respecto a enamorarse de un chico en menos de un mes.
—El tiempo es lo de menos preciosa, lo que importa es la química. —se levanta, besa mi mejilla y se dirige a la puerta. —Además, te enamoraste de un chico por medio de un sueño.
—Touché.
—Bueno, ¡bye mooor! —Abre la puerta y para mi sorpresa Jean aun sigue allí. —Despídete Jean.
—Adiós Heyden. —sonríe y mueve su mano en señal de despedida.
—Adiós. ¡Y usen protección en el chequeo, aun no quiero sobrinos!
—¡¡Oye!! —la cara de Jean es un poema, rojo como el tomate, pobre, se presionó. Yo solo río disfrutando la cara de ambos.
Se van y me encuentro sola, de nuevo. Me acuesto boca arriba, viendo el techo, pensando: "¿Aker seguirá molesto? ¿Dylan pensará en mi como yo pienso en él?"
Quisiera averiguar eso ultimo, pero la amistad que tengo con Aker es mucho más importante que el amor platónico que tengo con un chico que solo puedo ver en sueños.