—Hoy trabajaremos en otro tipo de prueba, —dijo Óscar.—se trata de que te metas en la mente de alguien pero cuando él esté despierto. —explicó viéndome fijamente.
—Pero se supone que sólo puedo meterme en los sueños —enfaticé esa última palabra—de los demás, no en su mente. Así que no sé cómo haré lo que pides.
Tras haber sufrido el ataque de pánico la noche en que Kohem me habló al oído antes de regresar a su dormitorio, Aker le sugirió a mi parte dejar la prueba—otra vez—porque él piensa que eso es lo que me tiene algo nerviosa. Mi padre accedió diciendo que no quería forzarme ya que era más importante mi salud mental y física.
Ya pasaron cuatro días desde el desmayo, los primeros dos días estaba nerviosa, no había visto a Kohem para preguntarle sobre lo que dijo y tampoco habíamos tenido las terapias o mejor dicho "sesiones" que se habían planeado.
Los últimos dos días me comencé a calmar, no quería pensar en nada ya que eso empeoraba en los avances que hacíamos en las pruebas. Porque cada vez que sufria de un ataque de pánico no quería pensar, ni hablar o saber nada acerca de sueños, pruebas o cosas que no tengan una respuesta dada por la ciencia.
No es que no crea en cosas de otro mundo o algo así, porque lo que yo hago no creo que la ciencia pueda recrear lo en alguien más, pero si necesito algo que me diga que tiene su lógica.
Ayer, mi padre le dijo a Óscar acerca de una prueba diferente a las demás, porque según él hay que avanzar más de lo que ya lo hemos hecho. Aunque sinceramente no creo en ningún avance. En las dos sesiones no hice nada más que: tener miedo, sufrir de pánico y no entender lo que ocurria a mi alrededor, en ese plano.
Pero según mi padre hoy haría algo diferente porque estaba seguro que obtendría un cambio.
—Ya verás es muy fácil, —inició Oscar—lo que tendrás que hacer es...—fue explicando poco a poco que hacer, dijo que sería casi igual a las otras pruebas pero esta vez la única diferencia sería que yo y la otra persona —que sería Aker— estaremos despiertos, la música será la misma, me pondrán los mismos cables en el cuerpo para calcular los latidos del corazón, la actividad del cerebro y más cosas que no quise escuchar.
Estamos en la misma habitación —la 8— estoy sentada sobre la camilla observando a aker, quien está discutiendo con Óscar.
Aparentemente él no quiere hacer la prueba conmigo alega que tiene que ser Oscar sólo porque sabe más acerca de la prueba de lo que él sabe.
—No y es una decisión final. —expresó rotundamente Oscar—Tú lo harás, yo no porque yo sé más que tú sobre eso y tengo que darles la indicaciones para que todo salga como queremos.
—Eres un idiota ¿lo sabes no? —dijo agarrando una silla alta y colocándose delante de mi.
—Lo sé, no me canso de escucharlo. —tomó otra silla y se posicionó a nuestros costados, tomó su libreta y un lápiz, prendió la música rara de siempre en los auriculares de siempre y me lo tendió.
—Esta vez no trates de dormir, sólo concéntrate en entrar a la mente de Aker, puedes cerrar los ojos si quieres, pero no te du-er-mas.
Asentí. Deje que la música me inundaron los oídos como siempre, al principio era puro ruido, como estática, luego se fue convirtiendo en una relajante música para mis oídos. Sentía como si me fuera a dormir pero estaba luchando para no hacerlo, de alguna manera podía sentir como si mi cuerpo estaba con lapsus de sueño pero estaba consciente. Por así decirlo.
—Piensa en Aker, —habló Oscar.—concéntrate en su mente, entra en ella Heyden.
Intenté pensar en él como dijo Oscar, quería entrar en su mente aunque fuera por unos segundos. En mi cabeza sentía como una vibración, sentía como avanzaba sólo que no me movía, de pronto vi un oscuridad a mi alrededor era como estar en el espacio, se veían pequeños puntos que parecían estrellas, a lo lejos observaba unas líneas como leves tonos azules como el polvo que queda de una estrella fugaz al pasar.
Sentía como esas líneas— que eran como cinco, tipo polvo estelar —en diferente posición me llamaba, no realmente; sino, sentia como si mi mente quisiera acercarse a ellas, podía sentir una vibración que ellas desprendían. Me acerque lo más posible a una, intenté tomarla pero al acercarme para tocarla ésta se expandió y me trago dejándome ver cientos de destellos y líneas que se movían por doquier, como los viajes en las peliculas por algún tipo de agujero de gusano. Me estaba mareando de tanto movimiento hasta que esté paró y salí de ese extraño viaje.
Aparecí en una habitación totalmente blanca, bien iluminada. En el piso, paredes y techo, había como un sistema de almohadillas como para evitar que un niño se golpearan pero estaba totalmente vacía la habitación, no vi niños, ni juguetes que me dijeran que era la habitación de uno.
Estaba viendo las paredes cuando por el rabillo del ojo derecho observe la silueta de alguien pasando a mi costado, lo que hizo que me sobresaltara y la observará.
—¿Kohem? ¿Co-mo? Se supone que debo de estar en la mente de Aker, no aquí.
—Lo sé, yo hice que vinieras aquí, mi energía te llamo, tú hiciste el resto —explicó. La observe con detenimiento porque creí que era un juego de mi mente.
Estaba parada con sus brazos cruzados delante de mi, ella me miraba ¡¡Oh por Dios, me miraba!! Sé que dirán que es normal que lo haga, pero no; no lo es. Ella no puede ver, siempre anda los ojos cerrados. Pero esta allí parada delante de mí con sus ojos bien abiertos, mirándome.
—¿Como puedes verme? —inquirí desconcertada.
—Puedo hacer lo que yo quiera aquí, es mi mente, la controló a mi gustó y poder. —no se escuchó como si estuviese alardeando. Per por alguna razón al escucharla decir eso un escalofrío recorrió mi piel, porque me recordó esa vez, la vez que hable con el hombre misterioso.
—Okay, entiendo. Pero, ¿De verdad eres ciega?
—¿Eso es lo único que quieres saber? —me encogí hombros.—Si, pero mi poder me permite ver. —explicó. Iba a replicar algo, porque no entendía nada.—sé que no entiendes a que me refiero, pero lo sabrás en uno de estos días, cuando sea el tiempo.