Heyden
—Ay. —me quejo al sentir un dolor punzante en las sienes. Paseo mis ojos por toda la habitación hasta el reloj de mesa por que no recuerdo que hora es o por le menos que día es. Un pequeño Deja Vú se apodera de mi, al observar el reloj.
—8:30 am. —repito, y un asomo de recuerdo se implanta en mi.
Varios "recuerdos" de haber despertado a esta misma hora y con el mismo dolor de cabeza me azotan, aunque no recuerdo nada más de esos días, solo el despertar. Solo tengo una leve sensación de ya haber vivido esto, antes.
¿Lo habré hecho en otra vida?
Toques en la puerta seguidos del chirrido de esta al ser abierta, me sacan de mis pensamientos existencialistas. El hermoso perfil de mi amigo se asoma un poco por el espacio que hay. Se adentra sonriendo dejando una bandeja de comida sobre la mesita de noche, él es tan lindo conmigo, siempre se asegura de que coma y tome mis pastillas; las cuales he dejado de tomar.
Pero él no sabe...
—¿Como dormiste, guapa? —se acerca a mi, aun en la cama.
Besa mi coronilla. —No sé, siento todo bien confuso. ¿Alguna vez has sentido un Deja Vú.?
Mi amigo traga saliva casi nervioso y procura no verme a los ojos para responder. —Bueno... si, pero eso es normal. Ayer dormimos hasta tarde y me imagino que te sientes rara por las pocas horas de sueño que tuviste.
Puedo sentir su repentino nerviosismo, ahora siento las emociones de otros a flor de piel, como si yo estuviera en sus zapatos. ¿A esto se refería Hendrick?
—Puede que tengas razón... —otro recuerdo me azota.—¿Pero no te fuiste ayer por qué te necesitaban en otro lado?
Se atraganta con su propia saliva—.No, bueno si... ¿qué recuerdas?
¿Porqué ese nerviosismo amigo? ¿Recordar? Si supiera que no recuerdo nada del día de ayer, solo ruidos distorsionados yyun gruñido animal.
—Solo eso, —miento.—de ahí creo que me dormí. Tal vez si sea por lo que dijiste. —me encojo de hombros.
Asiente sonriente, usando su sonrisa como una capa para ocultar su nerviosismo, pero yo siento muy bien que sigue nervioso hasta los huesos. Pero... ¿porqué? Obviamente no le voy a preguntar por qué sé que puede mentirme para ocultar lo que sea que este ocultando.
—Me tengo que ir guapa, pero regresaré luego de la hora del almuerzo. Hoy hay prueba con Hendrick. —se impulsa usando sus manos, me acaricia el pelo con la misma y otro recuerdo distorsionado me invade.
Se despide con un leve beso en mi boca, sale y me dispongo a pensar en el mini recuerdo que su caricia me trajo.
No logro ver más haya de oscuridad al cerrar mis ojos para recordar, pero al tratar de recordar que sucedió una pequeña sensación de caricia y ruidos casi inaudibles se implantan en mi. El único sonido que suena más entendible es un pequeño "como si de verdad te importara".
La voz se asemeja a la de Kohem, pero su tono de voz suena más a una intranquila que a la misma neutral de siempre. Nunca he escuchado en ella algo más que no sea seriedad, por que eso es lo que ella irradia. Siempre con su andar relajado y firme, la apacibilodad en sus facciones te hace pensar que no tiene sentimiento alguno.
Pero yo no soy quien para criticar, ella tendrá sus razones para ser como es y no la culpo.
Mi mente no para de repetir una y otra vez esa frase, me pase todo el día pensando de quien puede ser esa voz.—aunque no descarto que sea mi amiga la asiática.—estuve hablando con medio laboratorio. Entable conversaciones con todo mundo, incluso con los guardias de seguridad. Pude observar que incrementaron la seguridad de cada puerta y pasillo que consideran importante, lo cual se me hizo algo raro.
Luego de charlas amenas con desconocidos que ni sabia que existían pero ellos si sabían de mi existencia, me dispuse a almorzar con Jean, no es alguien muy conservador. Ademas dijo que le dolía la garganta y no quería empeorar nada hablando.
Hablamos de Lilieth, de cuanto la quiere, y me alegra que ella tenga a alguien que la quiera y le demuestre cada vez su amor. Jean me escuchó cuando le hable de Aker e incluso cuando insulte a Óscar, pero no pasó de largo su incomodidad al haber hablado mal del gruñón ese.
¿Porqué se habrá enojado? No entiendo, no hable mal de él.
Se despidió alegando que tenia papeleo que hacer, dijo que fue una buena platica y que le diera sus saludos a Lili cuando la viera. Ahora mismo estoy sentada sobre una banca del verde patio del laboratorio esperando que lleguen todos, aunque no quiero ver a Hendrick por qué siento que le caeré a golpes en cuanto lo tenga enfrente.
Llevo más de quince minutos sentada bajo el sol y el primer rostro que veo al girarme es el de Hendrick, seguido del rostro de mi amigo. Mi amigo me sonríe y se posiciona a mi lado mientras Hendrick me observa aguantando la risa seguro por el show que hice al golpearlo.
—¿Sabes que tenemos una boxeadora en el laboratorio? —inquiere Hendrick a Aker con tono burlón y su tonito me hace hervir la sangre.
—¿Quien, Lilieth? Si, ella me dio un derechazo cuando quise opinar sobre Jean...
—No, —lo interrumpe.—yo hablo de la rubia que tienes al lado. —mi amigo me observa extrañado.—¿Aun no te dice? Hace dos días que me dio un golpe como si yo fuera un saco de boxeo y hasta el sol de hoy no me dice por que lo hizo.
Siento la mirada de Aker sobre mi, pero no me atrevo a quitarle la mirada a Hendrick. Estoy a punto de hablar pero varios pasos detrás de nosotros me salvan. Óscar avanza casi empujando a Kohem, quien solo camina con la cabeza gacha.
—Sentimos la demora, tuvimos un problema en el camino.
Hendrick hace un gesto de restarle importancia al asunto y barre el lugar para cerciorarse de que nadie falta, pero como de costumbre sé que mi amiga es la que falta.
—¿Donde esta la que se come con la mirada a todo lo que se mueve? —cuestiona refiriéndose a Lilieth.